C. Jesús y la
salvación según el Budismo
Los budistas podrían considerar
a Jesús como un maestro o un guía espiritual, pero definitivamente no lo
perciben como Dios o como el Salvador del Mundo.
En cuanto a la
salvación, la posición budista es muy similar a la posición hinduista, porque
su mayor objetivo es el nirvana, un estado donde hay paz total, sin sufrimiento
y sin deseos. A fin de alcanzar este estado de gozo, los budistas deben encontrar
el camino central, evitando todos los extremos de la vida. Para ello deben seguir
las Cuatro Verdades Nobles enseñadas por Buda:
1. La primera verdad
noble: cada persona debe aceptar la realidad del sufrimiento (dukka) en su
vida.
2. La segunda verdad
noble: cada persona debe aceptar que todo es impermanente (anicca) y cambiante.
El sufrimiento es causado por el deseo de lo impermanente.
3. La tercera verdad
noble: la forma de eliminar el sufrimiento es dejando de tener deseos y antojos.
4. La cuarta verdad
noble: seguir el camino de las ocho vías para adquirir las actitudes y las acciones
que conducen a eliminar el deseo.
El camino de las ocho
vías
Los ocho puntos se
dividen en tres principales categorías: SABIDURÍA (Panna), CONDUCTA ÉTICA (Sila)
y DISCIPLINA MENTAL (Samadhi).
SABIDURÍA:
1. Correcto
entendimiento: aceptar las cuatro verdades nobles y el camino de las ocho vías.
2. Correcto
pensamiento: renunciar a todo apego hacia nuestros deseos y a nuestro yo
ilusionario para lograr una perspectiva fuera del yo.
CONDUCTA ÉTICA: (acciones)
3. Lenguaje correcto:
hablar la verdad y hablar bien de otros.
4. Comportamiento
correcto: abstenerse de quitar la vida (no solo a humanos sino también a los
animales), abstenerse de robar, abstenerse del comportamiento inmoral, abstenerse
de mentir y abstenerse de embriagarse.
5. Vocación correcta:
llevar una vida que no infrinja las enseñanzas de Buda.
DISCIPLINA MENTAL: (actitudes)
6. Esfuerzo correcto:
luchar contra el mal y evitar los malos pensamientos; de esta manera se promueve
el bien.
7. Conciencia
correcta: pensar claramente acerca de los eventos de la vida personal.
8. Meditación
correcta: lograr el gozo de la iluminación.
Así pues, en el Budismo,
la salvación se logra a través del propio esfuerzo y la autoiluminación. No hay
necesidad de Dios, y no hay necesidad de un Salvador del pecado, pues el concepto
de pecado no existe; más bien, se habla de errores e ignorancia que se reflejan
en el deseo de aquello que no es permanente. Entonces el hombre es capaz de liberarse
a sí mismo de ese dominio de la ilusión y lograr el estado de nirvana, en donde
el yo y el ego están extinguidos.
En el Budismo no hay una enseñanza moral, sino que el hombre debe vivir
de modo correcto. La falta se atribuye mayormente a la ignorancia y puede
acarrear la pérdida del nirvana, lo que obliga a una nueva reencarnación.
Según algunos
estudiosos, Buda describió al nirvana como la esfera de la nada, la esfera de la
percepción y de la no percepción... el final del sufrimiento. Además, él
consideró que la cuestión de la otra vida no conduce a la edificación y que lo importante
para el hombre es extinguirse para huir de todo deseo. En otras palabras, la esencia
del nirvana es el estado del no-ser, donde se logra la extinción del fuego del
deseo.
La enseñanza budista
sostiene que la no-existencia es la única esperanza para escapar de los dolores
de la vida. En otras palabras, en el nirvana, el vacío es lo único real.
El Budismo busca afanosamente la emancipación de todas las formas de
pensamiento dualista, que rechaza. Predica que aceptar la existencia de algo
implica dar a luz a su contrario (es decir, el amor y el odio, la alegría y el
miedo, etc.), lo que resulta en una dualidad de “bien” y “mal” que niega
absolutamente.
CRISTIANISMO BÍBLICO
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- La Biblia enseña
que Jesucristo es Dios, es el Maestro, el Salvador y el Redentor, y nunca
negó que fuera Dios (Jn. 1:1, 14; 14:6, 11; Mt.17:5; 2 Jn.1:7; Col.1:15-17; 1
Jn. 2:22). Él enseñaba con autoridad, aunque con humildad decía que hablaba
en nombre del Padre que lo había enviado, pero obraba milagros con el poder
inherente a su condición divina. Los demonios a los que expulsaba sabían
perfectamente que él era Dios y todavía sus seguidores expulsan los demonios
en la autoridad de su nombre. Además, Jesús, como Verbo divino que es,
siempre invitó a los hombres a venir hacia él, y aunque murió, resucitó y se
sentó a la diestra del Padre, y prometió estar con todos sus fieles seguidores
hasta el fin del mundo (Mt. 28:19, 20). En cambio, Buda nunca afirmó que era
Dios y cuando murió, su cuerpo quedó en la tumba y no resucitó.
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- A través de la fe
en la muerte de Cristo y reconociendo que Cristo llevó una vida perfecta, el hombre
escapa del juicio de Dios por el pecado y puede vivir eternamente con Dios (Rom.
5:1, 9, 10; 1 Ts. 4:17, 18; Ap. 7:9, 10). Aquellos que mueren sin poner su fe
en Cristo sufrirán el tormento eterno en el infierno pero aquellos que confían
en Cristo, vivirán para siempre con él (Ap. 20:11-15; Jn.14:1-3).
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- Cristo ofrece en las Escrituras de la Biblia la promesa de la vida
eterna con él en gloria y paz interminables. En la Biblia, Dios es la fuente
de todo bien y para llegar a donde está él, necesitamos creer en Cristo y
vivir conforme a su voluntad. Así pues, Cristo predicaba la realidad del
pecado y la necesidad de arrepentimiento, como único medio para obtener la
salvación.
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CÓMO COMPARTIR EL
EVANGELIO EN ESTE CONTEXTO CULTURAL Y RELIGIOSO
Qué hacer
- Permita que los budistas
le brinden una explicación de sus creencias y prácticas particulares.
- Educadamente
comparta historias de la Biblia que ilustran el amor y el perdón de Dios.
- Enfatice el perdón
exclusivo encontrado solo en Jesús a través de la fe.
- Esté consciente de
las concepciones erróneas que pueden tener los budistas acerca del Cristianismo
debido al desconocimiento de la Biblia.
Qué no hacer
- Asumir que todos
los budistas creen o practican las mismas cosas.
- Hacer chistes de
las prácticas o creencias budistas tales como la meditación, el yoga, los
mantras, los rituales, las ofrendas en los templos, etc.
PARA REFLEXIONAR
El Budismo, tiene un tratamiento muy favorable en los medios de
comunicación porque coincide con el pensamiento moderno de desconocer o ignorar
a Dios. El Budismo se promociona en videos, y documentales y vemos cómo dan
testimonio del mismo algunos personajes populares. Tristemente, el objetivo del
Nuevo Orden Mundial es propiciar hombres conformistas y sin aspiraciones, que
guiados por una ética humanista sin Dios faciliten la consecución de sociedades
civiles estructuradas para someterse a la tiranía del Nuevo Orden Mundial por
no tener capacidad de respuesta.
El Budismo es promocionado porque un aumento de sus adeptos alejaría a
más hombres de la Verdad y de Dios, lo que facilitaría el control social.
Como el sistema no puede, a nivel general, extirpar del corazón del
hombre el sentimiento y el impulso hacia un ser superior, pretende sustituir lo
divino porque lo considera sustancialmente peligroso. Así se impulsan los
movimientos sectarios y la New Age – que distorsionan al máximo la
transcendencia – y el budismo, una filosofía atea – que desconoce y niega la
necesidad del alma humana de acercase al Dios vivo y verdadero, revelado en la
Biblia.
El Budismo tiene sus atractivos; entre ellos se encuentra el deseo de
vitalidad espiritual en medio del vacío de la vida secular, la promesa de la
paz interior, y la necesidad de un código ético explícito. Pero, el Budismo, y
el Cristianismo tienen una diferencia esencial en el modo de entender el mundo.
El mundo (el planeta tierra) es para el cristiano que lee la Biblia una
creación de Dios; por lo cual no hay necesidad de realizar un desprendimiento
tan absoluto de todo lo que le rodea para encontrarse a sí mismo en lo profundo
de su íntimo misterio mediante técnicas de meditación, sino que las obras de
Dios en la naturaleza revelan su carácter y nos llevan a adorarle en espíritu y
en verdad; además, mediante la revelación escrita de la Biblia podemos conocer
sus atributos y rendirnos en gratitud y amor al Rey de la gloria.
El discurso budista ofrece una enseñanza pacífica, sin prejuicios, e
inclusiva que puede hacer que su atractivo siga creciendo. Al ofrecer una
espiritualidad supuestamente libre de cargas doctrinarias y de toda autoridad,
puede atraer a las almas hambrientas que buscan plenitud y significado.
Entonces, para cualquiera que está desilusionado a fondo con el mundo
contemporáneo, y consigo mismo, el Budismo puede ofrecer muchos puntos de
atracción, como la sublimidad
trascendente de sus sutiles pensamientos de cuentos de hadas, el esplendor de
sus obras de arte, la magnificencia de su influencia sobre vastas poblaciones,
y el decidido heroísmo y refinada calma de aquellos que están inmersos en él. Sin
embargo, nunca podrá ofrecer una solución real y efectiva al problema del
pecado porque solo en Cristo hay perdón, reconciliación con Dios, paz genuina y
vida eterna.
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