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viernes, 23 de junio de 2017

Los Dones de Dios Parte III

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I. Palabra de sabiduría

Conceptos errados
Respuesta bíblica
- Este don describe a alguien que puede entender y declarar verdades bíblicas de parte de Dios, de tal manera que puedan ser aplicadas a las situaciones de la vida.
- Es la capacidad para saber cómo manejar dificultades y llegar al fondo de un problema rápidamente para encontrar soluciones.
- Es una revelación de sabiduría que va más allá de la sabiduría natural humana y le permite a la persona saber qué hacer o decir.
- Este don no debe ser interpretado como   entendimiento de la Biblia y sabiduría para aplicarla a la vida porque todo creyente recibe entendimiento y sabiduría de Dios si pide con fe (Stg. 1:5-8). Por otra parte, Dios llena de sabiduría a quienes le buscan y le sirven de corazón, y los guía a tomar decisiones acertadas (Hch. 6:1-7; 15:19-21; 1 Rey. 3:16-28).
- Este don debe tener un carácter especial y sobrenatural porque no todo creyente lo recibe.

DEFINICIÓN BÍBLICA: El don de palabra de sabiduría es una revelación sobrenatural de la sabiduría y los propósitos de Dios (lo que está en la mente y en la voluntad de Dios) para una situación específica de manera que sea manifestada de forma verbal a través de quien posee este don… por eso, se llama palabra de sabiduría (Gn. 41:28-41; Hch. 27:22-25). Este don se puede manifestar en sueños, en una visión de Dios, en un trato directo con la persona, mediante un ángel que revela un mensaje divino, escuchando la voz de Dios que habla claramente o dando una palabra espontánea y fresca de parte de Dios que no se había programado o pensado. Este don es confirmado por los hechos y por el resultado que Dios trae para cumplir su mensaje; de lo contrario, quien hable y no se cumpla su palabra, no habló de parte de Dios y está moviéndose en sus sentimientos o es un impostor y un farsante que busca un beneficio personal.

II. Palabra de ciencia

Conceptos errados
Respuesta bíblica
- Este don describe a alguien que puede descubrir y entender la verdad divina con una visión que solo viene por revelación de Dios; por ende, quien tiene este don comprende las cosas profundas de Dios y los misterios de su palabra.
- Este don no debe ser aplicado a un conocimiento bíblico ya que implica una revelación sobrenatural que solo Dios puede dar, mientras que dicho conocimiento puede hallarse en las Escrituras al leer, meditar y pedir a Dios iluminación y en comunión con él.
- Este don debe tener un carácter especial y sobrenatural porque no todo creyente lo recibe.

DEFINICIÓN BÍBLICA: El don de palabra de ciencia es una revelación sobrenatural de la existencia, naturaleza o propósito de una persona, cosa o suceso (pasado, presente o futuro) dado a nosotros por el Espíritu Santo para un fin específico, y que de otro modo no podría ser conocido; este don opera de manera que sea manifestada dicha revelación de Dios de forma verbal a través de quien posee este don… por eso, se llama palabra de ciencia (2 Rey. 5; Jn. 4:16-19; Mt. 26:34; Hch. 5:1-11). Al igual que la palabra de sabiduría, este don se puede manifestar en sueños, en una visión de Dios, en un trato directo con la persona, escuchando la voz de Dios que habla claramente o dando una palabra espontánea y fresca de parte de Dios que no se había programado o pensado. Este don también es confirmado por los hechos y por el resultado que Dios trae para cumplir su mensaje; de lo contrario, quien hable y no se cumpla su palabra, no habló de parte de Dios y está moviéndose en sus sentimientos o es un impostor y un farsante que busca un beneficio personal. Este don puede manifestarse combinado con la palabra de sabiduría para revelar lo que hay en el corazón y publicar un juicio o un propósito de Dios (Hch. 13:8-12).

III. Discernimiento de espíritus

Conceptos errados
Respuesta bíblica
- Este don describe a alguien que puede distinguir entre el verdadero mensaje de Dios y el del engañador, Satanás, cuyos métodos incluyen sembrar doctrina errónea y engañosa. Es usado también para desenmascarar falsos profetas, predicadores y maestros y combatir sus enseñanzas.
- Este don no debe ser aplicado a la capacidad de diferenciar y sopesar un mensaje puesto que Dios faculta a través de la misma Escritura a todo creyente diligente y consagrado en leerla, estudiarla y usarla, rechazando todo lo que esté en contra de la verdad divina (Mt. 24:4, 5; 1 Jn. 4:1; 1 Tim. 4:1-3; 1 Ts. 5:21, 22).
- Este don opera enteramente de una manera sobrenatural y las cosas que revela son del mundo espiritual y no todo creyente lo recibe.

DEFINICIÓN BÍBLICA: El don de discernimiento de espíritus es una habilidad sobrenatural de una persona para percibir qué tipo de espíritu está operando en cierta situación o persona (Ef. 2:2, 3), qué origen tienen ciertos fenómenos espirituales, si algo viene de parte de los demonios o de parte de Dios (Lc. 13:16; Hch. 8:20-23; 16:16-18); esta habilidad permite reconocer y entender la presencia y actividad de espíritus (sean demonios, sean ángeles o sea una manifestación del Espíritu Santo). Además, Dios usa este don para desenmascarar a quien aparenta ser bueno con actos piadosos pero que en realidad está bajo la influencia de los demonios.

Este don puede operar junto al don de palabra de sabiduría y el don de palabra de ciencia (Hch. 5:1-11; 13:9-12) porque Dios revela la operación de los demonios en una persona o en varias (discernimiento de espíritus), la condición interna que solo conoce Dios (palabra de ciencia) y un juicio divino que solo está en la mente de Dios (palabra de sabiduría).

lunes, 19 de junio de 2017

Los Dones de Dios Parte II

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b. Dones espirituales o sobrenaturales

Algunos llaman a estos dones los dones de manifestación puesto que Pablo utilizó la palabra griega fanérosis, la cual significa exhibición, expresión y manifestación. En otras palabras, Pablo define estos dones como manifestaciones sobrenaturales del Espíritu Santo que obra a través de los creyentes. 

En relación con los dones espirituales o sobrenaturales existen dos conceptos que debemos comprender a la luz de la Biblia: el poder y la revelación de Dios.

Conceptos errados
Respuesta bíblica
- Para muchos el poder y la revelación de Dios se manifestaron exclusivamente en los tiempos bíblicos (AT y NT) para confirmar el mensaje divino, respaldar y tratar a los patriarcas, los profetas, los apóstoles, los escritores bíblicos, la nación de Israel, la iglesia primitiva y naciones gentiles en su contexto, pero hoy no es necesario ver la demostración sobrenatural de Dios en revelaciones, lenguas, interpretación de lenguas, profecías, milagros, sanidades, prodigios, etc.
- El poder y la revelación de Dios se manifestaron en los tiempos bíblicos pero se siguen manifestando porque Dios es inmutable y soberano. Si Dios trató con diferentes naciones, con Israel y con la iglesia primitiva, usando su poder y su revelación, él no ha cambiado y sigue siendo libre y creativo para tratar con el ser humano. Obviamente, la Biblia es la herramienta primordial que su pueblo debe usar para juzgar cada caso porque también existen muchos abusos, falsos predicadores y falsas manifestaciones espirituales en diferentes lugares del mundo. El verdadero cristianismo se basa en la Escritura y evalúa lo que es de Dios, del hombre o del diablo.
- Otros consideran que Dios podría manifestar su poder pero no su revelación porque él no puede revelar nada más aparte de su revelación escrita, la cual ya quedó establecida en la Biblia.
- Es verdad que el canon de la Escritura está cerrado y que Dios no dará nuevas revelaciones especiales en relación con la verdad bíblica que ya reveló (Jud. 1:3; 2 Tim. 3:16, 17) pero Dios puede y sigue revelando a los hombres asuntos particulares para necesidades específicas en armonía con su revelación especial que es la Biblia (1 Cor. 14:26; Fil. 3:15). En ningún pasaje de la Escritura se hace referencia a la cesación de la manifestación divina en su soberanía con los hombres y con su pueblo; no pretendamos poner a Dios en un molde o limitar su propósito.
- Otros creen que su poder solo se manifestó en los tiempos bíblicos.
- No tratemos de limitar el poder de Dios porque él es soberano, libre y auto determinante para hacer su voluntad de manera creativa.
- Muchos afirman que los dones sobrenaturales relatados en el NT (o algunos de ellos) solo tuvieron lugar en el periodo de transición de la Ley y la Gracia (el primer siglo o el tiempo de la iglesia primitiva) a fin de llevar y confirmar con señales el mensaje del evangelio en esa época ya que no tenían la palabra de Dios completa. Cuando ellos iban predicando el evangelio, su mensaje era confirmado por el uso de los dones como señal. Ahora que tenemos las Escrituras no necesitamos estos dones para confirmar el mensaje de Dios; por tanto, ya no están vigentes.
- En al AT se manifestaron la mayoría de los dones sobrenaturales (y en este estudio se van a presentar pruebas bíblicas). Además, en la historia del cristianismo después del año 100 hay múltiples referencias y antecedentes de su manifestación; aún en la actualidad Dios sigue operando bajo estos dones que tienen un carácter sobrenatural.

En realidad, existen conceptos errados sobre los dones y a veces de definen de una manera incorrecta y usando pasajes bíblicos fuera de contexto; así pues, mediante este estudio, se pretende establecer una posición bíblica objetiva y revisando el contexto general de la Escritura a fin de no hacer interpretaciones personales.

A la hora de definir estos dones, tengamos en cuenta que no todos los creyentes reciben las mismas facultades pues el Espíritu las concede a quien él quiera de forma soberana (1 Cor. 12:11); sin embargo, todos los creyentes deben aprender sobre los dones y pedirlos para que Dios los otorgue según su propósito (1 Cor. 12:1, 31). En el caso de que un creyente haga un mal uso de los dones o pretenda mostrar un don que no posee, tal persona debe ser orientada y corregida con la palabra de Dios para que sea irreprensible y fiel (esto es responsabilidad de la iglesia y de los líderes); si no se corrige, entonces se debe orar a Dios y pedir dirección para tomar medidas al respecto y disciplinar a dicho creyente (el tema de la disciplina bíblica se ampliará en otro capítulo de este libro).

A la luz de la Biblia, hallamos 9 dones espirituales o sobrenaturales y podríamos agruparlos en 3 clases: dones de revelación (palabra de sabiduría, palabra de ciencia y discernimiento de espíritus); dones de inspiración (lenguas, interpretación de lenguas y profecía); dones de poder (fe, sanidades y milagros).

En muchas ocasiones, los dones se manifiestan al mismo tiempo y se complementan; sin embargo, debemos entenderlos y diferenciarlos.

jueves, 15 de junio de 2017

Los Dones de Dios Parte I


A pesar del sufrimiento humano y la maldad que existe en el mundo, la Biblia y la realidad de la vida humana siempre han demostrado que Dios es generoso y concede a los hombres diversos dones en el ámbito terrenal (Mt. 5:45; Sal. 136:25; 145:16; Stg. 1:17); asimismo, Dios es bondadoso y poderoso para otorgar dones ministeriales (como se estudió en el capítulo anterior) y dones espirituales o sobrenaturales (1 Cor. 12:1; 14:12), y en este capítulo nos centraremos en ellos ya que tienen un carácter especial y trascienden las bendiciones que todo ser humano podría disfrutar como criatura sobre la tierra según la misericordia de Dios.

En general, en el griego se usan tres términos muy similares para hablar de los dones que el Señor otorga:

- Doma: presente, dadiva, don (Mt. 7:11; Lc. 11:13; Ef. 4:8, 11).
- Carisma: gracia, don, dádiva, facultad, regalo (Rom. 11:29; 1 Tim. 4:14; 2 Tim.1:6).
- Dorea: dádiva, regalo (Hch. 2:38; 8:20; 10:45, 11:17; 2 Cor. 9:15; Ef. 3:7; 4:7; Heb. 6:4).

Al estudiar bien el NT podríamos encontrar 3 tipos de dones divinos:

-  Dones de gracia: son los regalos que Dios concede por su gracia (Mt. 7:11; Rom. 11:29; 2 Cor. 9:15; Heb. 6:4); por ejemplo, la voluntad de Dios a favor del hombre (Jn. 4:10); el don de Dios en Cristo para salvación de los que creen (Jn. 3:16; Rom. 5:15, 16); el regalo de la vida eterna (Rom. 6:23); el don del Espíritu Santo, su presencia, su morada y su operación en el creyente (Lc. 11:13; Hch. 2:38); el favor de Dios para alguien en situaciones específicas (2 Cor. 1:11); el don de continencia para no casarse o el don de casarse y tener una familia (1 Cor. 7:1-9; Mt. 19:10-12; Pr. 18:22). 
- Dones ministeriales: son las capacidades que Dios da para la edificación de todos los creyentes. Así pues, cada ministerio es un don de Dios para quien lo recibe (Ef. 3:7; 4:7, 8). A su vez, cada ministerio es un don (un regalo) de Dios para la iglesia (Ef. 4:11, 12).
- Dones espirituales o sobrenaturales: son facultades extraordinarias que Dios da para testimonio de su poder y para beneficio de la iglesia y la humanidad en general.

En ocasiones, la Biblia presenta los diversos tipos de dones en listas y combinados (Rom. 12:6-8; 1 Cor. 12) pero es nuestro deber investigar, diferenciar, buscar y desarrollar con la gracia de Dios los dones que él ha provisto para bendición de su pueblo. Ningún don nos hace mejores o superiores; lo importante es usarlos con humildad, buen testimonio, amor y fidelidad al Señor. Cada creyente tiene la responsabilidad de servir a sus hermanos conforme al don o dones que Dios le ha concedido (1 Ped. 4:10, 11).

La Biblia habla de muchos dones pero no hay un pasaje que contenga una lista completa de los dones otorgados por Dios a los creyentes; más bien hay diversas listas, referencias y citas bíblicas que mencionan los dones. Queda en nosotros leer las Escrituras, investigar, orar a Dios y reconocer qué talentos, habilidades y dones tenemos de parte de Dios para el servicio de los demás. Aún si la Biblia no mencionara un talento o una habilidad por nombre propio en el lenguaje actual, sería fácil encontrarla asociada al servicio, la enseñanza, el liderazgo, la administración, la atención a los necesitados, etc.

A continuación se ampliarán los dones ministeriales y los dones espirituales o sobrenaturales para tener una perspectiva más detallada:

a. Dones ministeriales 

Aunque ya se ha explicado este tema, recordemos algunos aspectos y desarrollemos otros: 

- Los dones ministeriales fueron parte del fruto de la victoria de Cristo al morir y resucitar entre los muertos para proclamar su reino y traer salvación a todos los que crean en él (Ef. 4:8).
- Apóstoles y profetas: ya no están vigentes porque su propósito culminó con el cierre del canon del NT como fundamento doctrinal para la Iglesia de Cristo.
- Evangelistas, pastores y maestros: todavía están vigentes porque su propósito es llevar el evangelio y hacer discípulos en todas las naciones. 
- Consejería.
- Visitación.
- Músicos y cantores.
- Porteros.
- Entre otros.

En la Biblia encontramos varios dones ministeriales indispensables para la iglesia:
- Servicio (Rom. 12:7). Este don aplica a todas las actividades que requieran tiempo, atención y dedicación en beneficio de otros.
- Hacer misericordia (Rom. 12:8). Este don aplica a todas las actividades que involucran el ayudar, socorrer, apoyar y dar la mano a quien la necesita.
- Ayuda (1 Cor. 12:28). Este don aplica a todas las actividades que requieran ayuda y apoyo en beneficio de otros.
- Repartir (Rom. 12:8). La palabra repartir viene del griego metadídomi que significa entregar, compartir, dar y repartir. Este don aplica a todas las actividades que requieran el dar o mover a otros a dar para necesidades específicas con liberalidad (sinceridad y generosidad).
- Enseñanza (Rom. 12:7). Este don aplica a todas las actividades que requieran conocimiento, experiencia, orientación y consejo al servicio de los demás.
- Exhortación (Rom. 12:8). La palabra exhortar viene del griego parakaléo que significa invitar, llamar, alentar, animar, amonestar, confortar, consolar y exigir. Este don aplica a todas las actividades que requieran el uso de la palabra, la consolación, la amonestación y la motivación hacia otras personas.
- Presidir (Rom. 12:8). La palabra presidir viene del griego proístemi que significa estar delante, gobernar, ocuparse y presidir. Este don aplica a todas las actividades que requieran liderazgo, estar a cargo y asumir responsabilidad (con solicitud) en asuntos que implican manejo de personas.
- Administración (1 Cor. 12:28). La palabra administrar viene del griego kubérnesis que significa dirigir, gobernar y administrar. Este don aplica a todas las actividades que requieran manejar personas, liderar y planificar.

Hay creyentes que tienen una mayor inclinación o pasión por determinado don y esto se hace evidente en su conducta, en sus gustos, en cómo emplean su tiempo, en sus preferencias y en su vida diaria, pero los valores y principios que cada don promueve son indispensables en aquellos que tienen la vocación y el llamado del Señor a fin de que sean útiles, provechosos y de bendición en donde quiera que estén. No es posible servir con excelencia a Dios y a los hombres si no tenemos una actitud abierta para ayudar, apoyar, hacer misericordia, dar, animar, enseñar y cuando se requiera, asumir un liderazgo, tomar iniciativas y mover a otros a hacer la voluntad de Dios. Todos necesitamos la oportunidad para descubrir, usar y desarrollar más todo lo que Dios nos ha dado. Seamos proactivos y no pasivos; hagamos que las cosas pasen y no esperemos que pasen; hagamos la diferencia… que no tengan que empujarnos, que tengamos las pilas puestas y el compromiso de obedecer siempre al Señor y ser útiles a toda la gente que nos necesite.

martes, 13 de junio de 2017

Los Ministerios de Dios Parte XIV

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II. Ministerio de visitación

El ministerio de visitación es un llamamiento noble dentro de la iglesia porque se dedica a compartir y ofrecer el amor de Dios a todos aquellos que se encuentren en necesidad espiritual, material, física y social. Quienes tienen esta tarea aceptan el compromiso de ser instrumentos de Dios en su proceso de ayudar, servir y restaurar a otros.

Todo creyente debería participar en la visitación y tener un tiempo para compartir con otros el amor de Dios, pero definitivamente no todos tienen la pasión y la actitud para este ministerio.

Cristo nos dio ejemplo para servir con esta actitud como dice la Escritura: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor” (Lc. 4:18, 19).

¿Qué caracteriza a quien desarrolla este ministerio?

- Es una persona que ha aceptado el llamamiento del Señor Jesucristo de servir a la humanidad en un espíritu de amor, entrega y dedicación.
- Puede ejercen su labor en instituciones públicas y privadas (asilos, cárceles, hospitales, orfanatos y diversas instalaciones) representando a Cristo y su mensaje, como un consejero espiritual y un servidor dispuesto.
- No espera que la gente venga a la iglesia con sus necesidades, sino que va a buscar a los necesitados en donde estén.
- Está atento a oír las penas y temores de la gente, comparte sus alegrías y esperanzas y los alienta en medio de los fracasos.
- Por su interés personal, su disposición de compartir con la gente en lo bueno y en lo malo, y por el socorro que les da, la gente siente el amor de Dios. Su compañía les da fortaleza para seguir adelante un día a la vez, manteniendo la vista en Cristo.
- Con su labor, le recuerda a la gente que solamente hay vida en Jesucristo y que nuestra vida solamente tiene sentido en él.
- Con su consejo, le recuerda a la gente la importancia de seguir los principios de vida establecidos por Dios en la Biblia y les ayuda a utilizar sus recursos espirituales, y a tomar decisiones de acuerdo con la voluntad de Dios. Oye a la gente y les comparte la sabiduría de parte de Dios.
- Al empezar su ministerio, tiene que buscar la dirección de Dios en cuanto al tipo de institución en la que desea ministrar. Dependemos de Dios para abrir las puertas a estas instituciones y tocar los corazones de las personas que los administran. Es de suma importancia conseguir permiso para entrar y luego hay que seguir las reglas de la institución al pie de la letra, reconociendo la autoridad y respetando el conducto regular.
- Es bueno tener un corazón generoso pero éste no es un trabajo para débiles de carácter porque siempre habrá gente que quiere abusar de la confianza, aprovecharse, pedir dinero y favores, explotar a otros, etc.
- Es puntual, serio, responsable y congruente con los compromisos que asume y las palabras que dice. No debe prometer lo que no sabe o lo que no puede cumplir. Al ver su sinceridad y fidelidad, y el bien que usted hace a la gente, más confianza le tendrán y más oportunidades le serán dadas. Siempre ministre a las necesidades de toda la gente sin tomar en cuenta su religión, su condición social o económica.
- Utiliza los servicios sociales ya existentes en su comunidad. Quizás usted no tiene los recursos para ayudar, pero puede informar y llevar a la gente a donde se puede conseguir ayuda. Se puede servir de intermediario y a la vez dar un testimonio de Dios. Esté seguro de que está recomendando a la gente a un buen lugar. De igual manera establezca una relación con la gente que maneja estas agencias para que tomen en cuenta a las personas que usted recomienda. Por lo general, los trabajadores sociales tienen muy buen corazón, pero como todos, trabajan con recursos limitados.
- Quizá llegará el día que Dios engrandezca su ministerio y visión, y usted puede establecer una institución de carácter social, una fundación o una corporación. Comparta su visión con todas las personas que conozca y confíe en la gracia de Dios para mover el corazón a apoyar su trabajo.
- Si le encantan los niños y jóvenes considere trabajar con esta población.
- Cuando se brinda ayuda a una persona en necesidad y se comparte el evangelio, Dios puede abrir las puertas para llegar a más vidas.

III. Ministerio de alabanza

La música es una creación y un regalo de Dios para sus criaturas; es un vehículo para comunicar ideas y sentimientos y una herramienta para el disfrute y el goce de los sentidos. Uno de los propósitos de la música es alabar a Dios y en la Biblia encontramos múltiples referencias al respecto. La música siempre ha estado relacionada con el culto a Dios en su pueblo. En el AT leemos de los músicos y cantores del templo y de los instrumentos que se tocaban dentro del ministerio levítico establecido por Dios. De igual forma, en el NT la música sigue vigente como un ministerio pero ya no es exclusivo de una tribu; en realidad, Dios dota a creyentes de dones y talentos para tocar instrumentos y cantar bien, pero ellos también deben prepararse, estudiar, ensayar y buscar la excelencia en su oficio.

Aparte del evangelismo, la enseñanza bíblica y todas las actividades que realizan en la iglesia, necesitamos hombres y mujeres que tengan la facultad para alabar al Señor y guiar a la congregación de forma agradable y ordenada. Con la música, todo el pueblo puede adorar a Dios, proclamar sus atributos, presentar verdades espirituales contenidas en las canciones, promover el crecimiento espiritual y expresarle a Dios su amor y compromiso de fidelidad.

¿Qué caracteriza a un verdadero ministro de alabanza?

- Debe tener la convicción de ser salvo y con una nueva vida en Cristo, demostrada en santidad y frutos dignos del evangelio.
- Debe ser de buen testimonio, espiritual, humilde, sencillo, entregado al Señor y obediente a su palabra. Dios tiene que ser lo primero en todo porque este ministerio suele ser muy atacado con adulaciones o críticas debido al valor que tiene la música y el canto en la vida devocional de la iglesia.
- Debe mantener una relación estrecha con el Señor, con oración y lectura bíblica, para ser un instrumento útil de Dios como ministro del evangelio. Tiene que conocer al Dios que sirve y pasar tiempo en su presencia para que esto sea una realidad en su persona y en su ministerio.
- Su estilo de vida debe ser diferente al del músico o cantante secular. Debe llevar una vida limpia, ejemplo del mensaje de sus cantos y del poder de Dios de transformar vidas porque predica y recuerda la Palabra de Dios a través de las letras de cada canción. De lo contrario, estará cantando y ministrando algo que no comprende ni siente ni vive porque no tiene una experiencia genuina de caminar con Dios.
- Promueve la comunión con Dios por medio de la adoración.
- Dirige el pueblo a la presencia de Dios.
- Debe cultivar una personalidad y un comportamiento agradable a Dios y a los demás. No se debe olvidar que su propósito es ministrar, no sobresalir o ser una estrella que busca fama y gloria de los hombres. El único digno de la gloria es Dios.
- Participa en diversos eventos de la iglesia: cultos, campañas evangelísticas, bodas, funerales, entre otros.
- Coordina para tocar con otros músicos y cantores; para ello, debe establecerse un horario de ensayo con quienes ya tienen la capacidad de tocar en grupo. En estos ensayos se hará un programa definido de cánticos y demás actividades relacionadas con la música, la proyección de las letras y otros recursos complementarios.
- Es puntual y responsable en los ensayos programados.
- Se prepara seriamente por medio de la oración y reflexión antes de cada servicio.
- Puede ser invitado a otras iglesias y eventos donde desarrolle su ministerio de forma adecuada. Además, puede asistir a eventos o campañas con un evangelista o un predicador a fin de ministrar a través de la música.
- Puede realizar grabaciones y comercializarlas en diferentes formatos para edificación de los oyentes.
- Debe escoger un repertorio que se ajuste a los principios bíblicos, que promueva verdades divinas basadas en la Escritura y que sea armónico con la vida espiritual.
- No todos los músicos y cantantes componen música, pero en el ministerio de alabanza deben pedir a Dios cántico nuevo e inspiración para componer música fresca que el Señor imparta para edificar y enriquecer a otros.
- Cuida su estado de ánimo y pone a un lado sus dificultades antes del servicio.
- Llega antes de la hora del culto o el evento donde va a participar para preparar los equipos y la logística que requiera su interpretación.
- Cuida su presentación personal y escoge ropa modesta de buen gusto, decorosa y digna de los valores del reino de Dios.
- Cuando ministra (en el altar o donde le toque) muestra en su porte una actitud de respeto, devoción y humildad.
- Habla con prudencia, sencillez y cuida su vocabulario.
- Mantiene el orden y la decencia; no busca hacer un show, aparentar lo que no es o estar por encima del predicador o de las autoridades espirituales que están al frente del programa a realizar (en una iglesia o en un evento).
- Es conciso en su presentación y respeta el tiempo asignado en el programa establecido.
- Invita de forma adecuada a la congregación a cantar y a participar en la alabanza; sin regañar ni atacar a nadie.
- Saluda y se despide de la congregación en forma humilde y respetuosa.

En la iglesia local debe crearse un semillero de músicos y cantores que estén en proceso de formación musical, ministerial y espiritual para que cuando tengan un nivel óptimo se les dé la oportunidad de tocar canciones especiales, servir por turnos y adquirir experiencia progresivamente. En este aspecto, se pueden crear varios grupos de música (niños, adolescentes, jóvenes, damas, caballeros, coros, orquesta, entre otros). No todos los músicos y cantores tienen el gusto y la facultad para enseñar y dirigir grupos, pero siempre habrá personas idóneas para asumir estas actividades y ellos mismos se evidenciarán con sus frutos y talentos.

PARA REFLEXIONAR
Se ha dicho que existe una diversidad de ministerios y que el Señor es quien llama y capacita para la obra a cada uno. En este material no se ha hecho un estudio al detalle de cada ministerio porque no habría espacio en un solo libro pero en otras publicaciones se ampliará cada ministerio de tal forma que cada creyente tenga herramientas, recursos y pautas bíblicas para desarrollar al máximo el potencial que Dios ha provisto para servir con amor, alegría, sabiduría y excelencia en su reino.

jueves, 8 de junio de 2017

Los Ministerios de Dios Parte XIII



r. Otros ministerios

En la sección anterior vimos que los apóstoles y los profetas nos dejaron un fundamento escritural y un legado espiritual maravilloso; su ministerio tuvo que terminar con el cierre del canon bíblico del NT, pero quedaron tres ministerios complementarios que son indispensables en la Iglesia del Señor:
- El evangelista que se enfoca en ganar almas para el reino de los cielos.
- El pastor que se enfoca en velar por el crecimiento espiritual de los nuevos creyentes
- El maestro que se enfoca en discipular de forma integral a los seguidores de Cristo mediante las Escrituras.

Todos estos ministerios deben trabajar en equipo y en unidad porque los tres pueden ejercer funciones muy similares para la edificación del cuerpo de Cristo. Sin embargo, la Biblia no establece que solo existan 5 ministerios y por tanto, debemos considerar que bíblicamente pueden desarrollarse ministerios indispensables en el crecimiento del pueblo de Dios. Como veremos, sin ellos la Iglesia carecería de otros recursos, herramientas y bendiciones preciosas e imprescindibles que Dios ha provisto para su iglesia, aparte de los ministerios ya explicados anteriormente.

La Biblia dice: “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo.” (1 Cor. 12:4-6). Aquí Pablo está mostrando que todos los creyentes dependemos de un mismo Espíritu, de un mismo Señor y de un mismo Dios que nos escoge para diferentes propósitos, nos dota con DIVERSIDAD de dones y nos asigna DIVERSIDAD de ministerios con DIVERSIDAD de operaciones para edificación de todos los creyentes. Individualmente, el creyente puede tener diferentes dones, ministerios, y operaciones de parte de Dios, pero como dice el mismo Pablo: “porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Fil. 2:13). En otras palabras, la fuente de los dones es Dios, la esfera donde se administran esos dones es de Dios, y el poder para el uso de esos dones viene de Dios. Esto es lo que este pasaje bíblico enseña; no se ven indicios de que Dios limite los ministerios a cinco…. lo que dice este pasaje es que los ministerios son diversos.

Por ejemplo, podríamos mencionar diversidad de ministerios esenciales en la iglesia local: ministerio de consejería, ministerio de visitación, ministerio de alabanza, ministerio para niños, ministerio para jóvenes, ministerio para adultos, ministerio para mujeres, ministerio para hombres, ministerio para parejas jóvenes, ministerio para universitarios y profesionales, ministerio para ancianos, ministerio para ciegos, ministerio para niños de la calle, ministerio de capellanía, ministerio de liberación, ministerio de logística (ujieres, porteros, personal auxiliar, aseo, comité de bienvenida, entre otros), etc.

La lista puede ser tan extensa como la visión de la iglesia se expanda para servir al Señor y a las personas en determinadas áreas.

En este material se expondrán algunos de ellos con el objetivo de ilustrarlos pero el lector podrá investigar y ampliar mejor según su necesidad e interés.

I. Ministerio de consejería

La consejería cristiana es un ministerio que tiene como fin orientar, guiar y ayudar a las personas creyentes en sus decisiones, retos, desafíos, proyectos, conflictos, luchas y dificultades para tener una vida victoriosa en Cristo.

En el momento de recibir la salvación, Jesucristo nos perdona nuestros pecados y los echa al fondo del mar (Miq. 7:19). Sin embargo, como humanos tenemos crisis, batallas en el corazón y en la mente, malos hábitos que tienden a persistir y necesitamos la ayuda de Dios y la ayuda espiritual de personas idóneas para este servicio. Aquí es cuando el consejero cristiano, llamado por Dios y capacitado para ello es el instrumento de Dios para el creyente que pide consejo en la congregación. En este caso, sería recomendable que todo pastor y líder se capacite en consejería cristiana para poder ayudar a otros hermanos en la fe; no obstante, no todos tenemos los mismos dones y hay personas que pueden tener este ministerio sin ser líderes o ministros de la palabra.

No todos los creyentes solicitan consejería cristiana pero en algún momento todos necesitamos alguien con quien dialogar y buscamos ser escuchados.

¿Qué caracteriza a un verdadero consejero cristiano llamado por Dios?

- Debe ser humilde, sabio, prudente, reservado y dispuesto para servir a otros en este sentido.
- El consejero ministra a muchos tipos de personas con diferentes problemas. Por ende, debe instruirse en muchos temas del interés de las personas. Para ello, existen libros, cursos y diversas herramientas útiles; por otra parte, sería mucho mejor si la persona puede realizar un estudio técnico o profesional para tener una formación más integral.
- Sinceramente, para ser un buen consejero se necesita “entender la vida” y “no sorprenderse de nada” ni cargarse con los problemas de los demás. Se necesita comprender la vida de los jóvenes, la vida conyugal y poder hablar con propiedad del sexo. No digo que se tiene que haber vivido todas las experiencias o los problemas para conocer la solución, pero sí es una ventaja tener edad y haber tenido un recorrido en la vida. En este ministerio, la experiencia sí vale mucho; después de todo, el trabajo del consejero cristiano es enseñarle a la gente cómo vivir para que puedan tomar decisiones de acuerdo a la voluntad de Dios.
- La consejería cristiana no se debe confundir con el trabajo de discipulado o de dar estudios bíblicos. Eso sería ignorar el propósito de este ministerio. La consejería cristiana es orientación apoyada con la Palabra de Dios. Para ser un buen consejero cristiano hay que educarse en la psicología y en los problemas reales de la gente, descartando lo que contradice la verdad divina y aplicando principios de lógica que no siempre están la Biblia.
En estos casos, pidamos entendimiento a Dios y él nos iluminará para dar consejos sabios de forma que no procedamos en contravía de los principios de la verdad divina.
- Si tienes una formación técnica y profesional que te acredite ante el gobierno, puedes sacar tarjetas de presentación con tu nombre y número de teléfono para ofrecer tu servicio profesional y el Señor te abrirá puertas para tu ministerio.
- Si tienes el llamado de Dios y no tienes una formación técnica y profesional, presta tu servicio a las personas y el Señor te abrirá puertas para tu ministerio. Sin embargo, sería ideal esforzarte y conseguir una preparación adecuada y una titulación para ejercer el oficio de manera formal.
- Deberías preparar y ofrecer charlas, conferencias y talleres sobre temas diversos para compartir con grupos de personas que les interesa escuchar y reflexionar sobre ellos. Este espacio te abrirá oportunidades para tener consejería individual, de pareja o para familias.
- Si te gusta escribir y tienes la capacidad para elaborar artículos, puedes publicarlos en libros, folletos, revistas, periódicos, en internet o en redes sociales. Es más, puedes crear una página web con los temas que te apasionan y que son del interés de las personas. 

Beneficios del ministerio de consejería

- Muchos creyentes quizás nunca irían con un psicólogo o un especialista en temas relacionados con sus problemáticas; entonces, piden ayuda del consejero cristiano. Obviamente, dependiendo de la naturaleza de las situaciones que se traten en consejería, sería ideal una ayuda profesional especializada en un área.
- Muchos inconversos que nunca se acercarían a un pastor o a un predicador del evangelio, hablan de sus problemas con el consejero cristiano. De igual manera, muchos hermanos en Cristo comparten experiencias de sus vidas con el consejero cristiano, que les daría pena confesar a su líder espiritual. Como se ve, el consejero cristiano está en una posición muy especial para ayudar y ministrar a otros.
- Las personas vienen con el consejero cristiano comúnmente por problemas matrimoniales, problemas en la relación padres-hijos, porque están sufriendo ansiedades o depresión, por temas sexuales o porque han sido víctimas de abuso sexual y no pueden superar las consecuencias emocionales en la adultez. Por otra parte, algunos consejeros se especializan en ayudar a la gente a recuperarse del alcoholismo y la drogadicción.
- Busque un lugar adecuado donde atender las personas con privacidad, sin distractores o aparte de su lugar de residencia.
- Establezca una continuidad en las charlas para tener un proceso más efectivo.
- No deje de prepararse para el ministerio de la consejería y de educarse en la psicología. Que Dios le de sabiduría al escuchar atentamente las historias que las personas le presentan, pero al mismo tiempo, ayudándoles a que examinen estas historias con el lente de Dios y con ojos espirituales.