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jueves, 31 de agosto de 2017

Ceremonias, sacramentos y sepultura de los muertos Parte I

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En el ámbito de las iglesias cristianas se habla de Ceremonias (Matrimonio y Presentación de niños) y Sacramentos (Bautismo en las aguas y Santa Cena). Por otra parte, se acostumbra la sepultura de los muertos. Normalmente, los pastores y líderes de las congregaciones han sido los que ofician estos actos.
           
A continuación, se hará una exposición con base en la Biblia para entender mejor el tema:

a. Ceremonias
El término ceremonia se refiere a un acto solemne que se lleva a cabo según normas establecidas. La palabra ceremonia proviene del latín caeremonia que significa rito religioso, veneración o reverencia; otras definiciones lo explican así: se deriva de ker, cor, el corazón y de moneo, advertir, dar a conocer. Así pues, una ceremonia es el signo exterior o manifestación de los sentimientos del corazón.

En la Biblia y en la historia de la Iglesia Cristiana encontramos dos actos que podrían considerarse como ceremonias debido a su uso frecuente en el pueblo de Dios: el matrimonio y la presentación de niños. Su institución y su práctica vienen de parte de Dios, porque en ambos casos, la Biblia muestra que el Señor tomó la iniciativa para promover los valores que ellos representan. Así pues, tienen vigencia para la Iglesia de Cristo en el NT.

Estas ceremonias tienen un carácter formal y se realizan en público y con testigos a fin de confirmar el deseo de las personas de honrar a Dios; por ende, tienen un valor espiritual y humano.

I. El matrimonio

En el Libro 2 de Principios y doctrinas de la Biblia, se planteó de forma detallada este tema; sin embargo, aquí se expondrán los conceptos bíblicos más importantes al respecto:

- EL MATRIMONIO ES UNA INSTITUCIÓN ESTABLECIDA POR DIOS. Es un acto diseñado y respaldado por Dios, en el cual un hombre y una mujer se unen por toda la vida (dejando a su padre y su madre), mediante un pacto voluntario e indisoluble, para ser una sola carne (Gn. 2:18-25; Mt. 19:6). No importa qué autoridad reconocida oficie la ceremonia (sea un ministro evangélico, un sacerdote católico, un juez, o cualquier otra autoridad legal), Dios reconoce este pacto de matrimonio cuando lo hacen 2 personas solteras (un hombre y una mujer con madurez y conciencia de este acto). En este sentido, la Biblia dice: “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas” (Rom. 13:1). Así pues, dependiendo de las leyes de cada país, el contrato matrimonial se celebra en presencia de una autoridad competente y unos testigos, pero especialmente ante Dios. El libro de Génesis evidencia que el hombre o la mujer han de “dejar a su padre y su madre”, no a su “anterior esposa(o)”, antes de unirse a una nueva pareja. Esto indica que el matrimonio debe de ser entre personas solteras o libres de pasados lazos matrimoniales (para hacer lazos presentes) y que legalmente (ante Dios) pueden unirse en matrimonio el uno con la otra. La unión matrimonial así establecida viene a ser aprobada y bendecida por Dios, quien es el autor del matrimonio; sin embargo, toda unión que esté en contra de este patrón bíblico es rechazada por Dios y no tiene su aprobación (Heb. 13:4). Esto no es un juego porque Dios hace respetar su palabra y juzgará a quienes desobedezcan sus mandamientos.
- EL MATRIMONIO ES LA BASE DE LA SOCIEDAD. El matrimonio es la base y fundamento del hogar, de la nación y de la sociedad en general (Gn. 1:27, 28). Antes de la sociedad, existió el matrimonio establecido por Dios y éste fue el fundamento de la multiplicación de la especie y del gobierno del ser humano sobre la tierra. Por ende, si distorsionamos el diseño de Dios, la sociedad entera sufrirá consecuencias y esto es lo que vemos: una sociedad inmoral, desordenada, prostituida, corrompida y degenerada, que busca siempre excusas y justificaciones para rechazar los mandamientos de Dios e imponer sus propios deseos.
- EL MATRIMONIO ES UN PACTO. La Biblia nos muestra que el matrimonio es un pacto donde el mismo Dios es testigo. El hombre hace un pacto con su mujer y la mujer hace un pacto con su marido; este pacto debe ser establecido, no sobre términos seculares, ni de acuerdo a leyes o ideas humanas, sino de acuerdo a la palabra de Dios (aunque es conveniente y justo estar debidamente registrados ante el gobierno, bajo la figura del matrimonio civil). La Biblia resalta que los llamados a realizar el pacto matrimonial son “un hombre” y “una mujer” que se unen en “una sola carne”. Aquí no hay lugar para la unión de dos hombres o dos mujeres (homosexualismo), ni para la unión de un hombre y varias mujeres, o una mujer y varios hombres (poligamia). Estos actos son rechazados por Dios de forma clara en la Biblia. Ahora bien, un pacto siempre es un acuerdo mutuo entre dos o más socios que los vincula y obliga a una reciprocidad de beneficios y deberes. De igual manera, el matrimonio es un pacto que hace responsable a un hombre y a una mujer de cumplir con su palabra de forma honesta y sin evasivas (Mal. 2:14). Dios mismo reprueba el incumplimiento del pacto matrimonial y llama al ser humano a cumplir con su palabra si quiere honrar su nombre y sus mandamientos. De lo contrario, Dios se convertirá en su juez y no habrá excusas ni argumentos personales o sentimentales que lo libren de la justicia divina. Dios no es una marioneta que se deja mover por la gente; él no tendrá por inocente al culpable ni se dejará llevar por los títulos, los logros humanos, los ministerios, los bienes materiales, las buenas obras, las supuestas buenas intenciones, etc.; aquel que desobedezca su palabra, recibirá el justo juicio de Dios.
- EL MATRIMONIO ES UNA UNIÓN DE NATURALEZA INDISOLUBLE. Cuando una pareja decide tomar un paso hacia el matrimonio, aunque no lo entienda bien, se está poniendo bajo las estipulaciones que Dios ha establecido para el matrimonio y él determinó que es una unión indisoluble: una sola carne. Por tanto, no hay pretextos a la hora de dar cuentas a Dios sobre el matrimonio. Notemos que Dios rechaza las lágrimas, el llanto, el clamor y la ofrenda del pueblo de Israel (Mal. 2:13-16). ¿Cuál era el motivo? Dios estaba enojado con ellos porque habían sido desleales al pacto del matrimonio y habían repudiado a sus esposas, y aún en esa condición venían a presentar ofrendas, orar y clamar ante Dios, pero él no aceptaba su oración ni sus ofrendas. El mismo dice que aborrece el repudio, y éste consiste precisamente en rechazar a la esposa (o al esposo), procurando romper el vínculo del pacto que se ha establecido. La palabra repudio significa claramente rechazar y despreciar; por otra parte, el término divorcio viene del latín divortium. El concepto está formado por el prefijo “di” o “dis”, cuyo significado es separación o divergencia y el verbo “verto” que significa volver, dar vuelta, girar. El significado preciso es: “volverle la espalda al otro”. En un principio, el término se utilizaba para hacer referencia a la separación de tierras o bienes, pero luego los romanos lo adoptaron como una figura legal en la que los maridos se separaban de sus esposas y viceversa, dependiendo de las causas que se consideraban legales para ese contexto romano. En estos términos hallamos un solo interés egoísta y contrario a la voluntad de Dios: rehusar el cumplimiento del pacto matrimonial para tener la supuesta libertad de buscar otra relación; sin embargo, debemos ser leales al pacto de matrimonio que hicimos y honrar a Dios y sus mandamientos.
- EL MATRIMONIO NO DEBE HACERSE ENTRE PARIENTES: La revelación de Dios es progresiva, y en el caso de los matrimonios, esto se puede notar con facilidad. Cuando Dios creó a Adán y Eva les dio la orden de fructificar y multiplicarse sobre la faz de la tierra. En cumplimiento de este mandato, la Biblia registra en Gn. 5:4 que Adán y Eva tuvieron una familia muy numerosa. Muchos piensan erróneamente que Adán y Eva tuvieron solamente tres hijos, Caín el primogénito, Abel a quien asesinó Caín, y Set, el hijo que reemplazó a Abel, pero la Biblia dice, conforme al texto leído que Adán y Eva engendraron hijos e hijas. ¿Cuántos? No se puede saber, pero imagine cuántos hijos habrán tenido si Adán vivió ochocientos años después de engendrar a Set. Ahora bien, en ese tiempo, para que la especie humana continuara propagándose, fue necesario que los hijos de Adán y Eva se hayan tenido que unir en matrimonio y lógicamente nacieron hijos como fruto de esta unión (realmente no había con quién más multiplicarse). Más adelante en el tiempo, además de casarse entre hermanos, seguramente se casaron entre primos o entre tíos y sobrinos. Este fue el caso de Nacor el tío con Milca la sobrina (Gn. 11:27-29).

Todas estas uniones fueron permitidas por Dios al principio, pero muchos años después Dios dio a Moisés mandamientos para el pueblo de Israel, entre los cuales había aspectos que tenían que ver con el matrimonio. Estos mandamientos establecían restricciones en lo que tiene que ver con el grado de consanguinidad de los contrayentes (Lv. 18:6) y tienen vigencia para el NT porque este mandamiento no ha sido modificado o eliminado por Dios para el tiempo de la gracia en la Iglesia de Cristo.

miércoles, 23 de agosto de 2017

La administración de la iglesia local Parte VII

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V. Sistema de gobierno en la Iglesia Cristiana Sión

- La IGLESIA CRISTIANA SIÓN es una organización sin ánimo de lucro, y la visión es predicar el evangelio y hacer discípulos donde el Señor abra puertas y nos permita cumplir la Gran Comisión. En este sentido, Dios puede levantar congregaciones en diferentes territorios y se hace necesario estar unidos en el Señor y bajo una personería jurídica con el fin de tener un orden, un programa conjunto y metas comunes. Por ende, se ha optado por usar principios bíblicos con tres enfoques de gobierno eclesial de forma equilibrada: episcopal, presbiteriano y congregacional.
- El gobierno es EPISCOPAL porque reconoce que Dios llama hombres y mujeres al ministerio pastoral y les dota de dones para presidir y administrar congregaciones; en este aspecto, no debemos caer en el error de exaltar a quienes ocupan cargos administrativos o permitir una pirámide de poder o abusos al cuerpo de líderes o pastores que se vaya estableciendo cuando hay crecimiento en las congregaciones.
- El gobierno es PRESBITERIANO porque reconoce que se requieren diversos ministerios para dar un orden a cada iglesia local, pero el pastor debe formar un equipo de líderes con hermanos y hermanas de buen testimonio, conocimiento bíblico doctrinal integral, fidelidad al Señor y amor por la obra, que cooperen al buen funcionamiento de la iglesia. El pastor no podrá salirse de los principios bíblicos y debe dar cuenta a este equipo (junta local), quien está facultado para velar por la salud de cada ministerio (incluido el ministerio pastoral); el mismo pastor debe hacer parte de esta junta, aunque no debe perder cierta autonomía en decisiones concretas que lo requieran.
- El gobierno es CONGREGACIONAL porque reconoce que cada creyente tiene el derecho y el deber de manifestar opiniones, sugerencias, propuestas e ideas que aporten al buen funcionamiento de la iglesia local.
- Todo sistema administrativo es humano y ninguno de ellos garantiza que todo se administre bien pero debemos tener principios y normas claras, además de procedimientos definidos para cuando ocurren faltas, malos manejos, abusos y dificultades con la iglesia (este tema se ampliará cuando se explique la disciplina bíblica).
- El pastor no debe manipular a la iglesia ni a la junta ni viceversa; la máxima autoridad es Cristo y la Escritura debe prevalecer sobre toda opinión y conducta. No deben existir intereses personales y deber primar el bien común, el bienestar de los creyentes y la obediencia a la palabra sobre la búsqueda de cargos, puestos o beneficios particulares.
- Todo acto de manipulación, maltrato o abuso de autoridad por parte del pastor o del liderazgo de la iglesia debe ser corregido o sancionado de forma clara sin prejuicios y sin acepción de personas.
- Se debe prever todo intento de división y por este motivo, la iglesia necesita reglas y sanciones por escrito para amonestar, disciplinar y aún destituir temporal o definitivamente a quienes asuman actitudes y conductas contrarias a la voluntad de Dios.
- Humanamente, es seguro que vamos a cometer errores y debemos aprender también de ellos; sin embargo, el tiempo y la experiencia nos darán mayor claridad sobre todos estos temas administrativos y Dios nos dará sabiduría para tomar medidas apropiadas para cada caso.
- Es posible que la IGLESIA CRISTIANA SIÓN se formara como una agrupación de iglesias independientes pero debido a los antecedentes vistos en muchas iglesias, las posibles divisiones que se suelen presentar, las diferencias en el manejo administrativo, los cambios de opinión en cuanto a la doctrina bíblica y otros asuntos que afectan el buen funcionamiento de las iglesias, se ha decidido conformar una organización que establezca iglesias que hagan parte de una sola obra (bajo una sola personería jurídica) a fin de darle mayor identidad y solidez al trabajo de plantación de iglesias. Esta obra se podría considerar como una denominación cristiana que agrupa iglesias locales, las cuales deben funcionar con los mismos parámetros bíblicos, administrativos, ministeriales y espirituales. Cada iglesia tiene cierta autonomía en asuntos que no comprometan la identidad doctrinal y los principios bíblicos pero debemos tener criterios comunes, normas, reglas, sanciones uniformes y manejo de recursos para poder promover todos los valores cristianos de forma definida.
- Esta obra tiene una JUNTA GENERAL que asume el liderazgo de la organización y cada iglesia tiene una JUNTA LOCAL, pero jamás podrán estar por encima de Cristo ni de la Biblia; además, está regida por un manual de procedimientos basado en la Escritura y congruente con las virtudes de Cristo; de lo contrario, las iglesias deben reclamar su derecho y su deber para solicitar un cambio en el liderazgo para elegir personas que cumplan con dicha función de manera integral.
 - Toda decisión administrativa que se tome en la junta general y en cada junta local, debe estar respaldada por la Escritura y puesta en oración, buscando siempre la dirección de Dios en todo asunto.
- Las iglesias deben trabajar en equipo, hacer programas juntas, apoyarse mutuamente y así verán mayores resultados en el Reino de Dios.
- La IGLESIA CRISTIANA SIÓN tendrá una personería jurídica en Colombia con la figura de iglesia, fundación o corporación, dependiendo de los beneficios que la ley estipule (aspecto tributario, proyectos sociales, contratación con el Estado y permisos de construcción), pero en un futuro puede expandirse según la voluntad a otros países para cumplir la Gran Comisión de Cristo.
- Cada iglesia local que se constituya bajo esta personería jurídica pondrá todos los inmuebles a nombre de la denominación (terrenos, construcciones y otros), junto con todos los utensilios, equipos de amplificación, herramientas, libros y demás elementos que se adquieran con el aporte voluntario de los creyentes. Ningún líder debe apropiarse de nada; si en un futuro decide retirarse de la obra, dicha persona es libre y tendrá el derecho de entregar su cargo pero no debe dividir la iglesia ni ejercer presión sobre los creyentes para que se retiren de la denominación. Si el líder considera que hay motivos por los cuales no debe continuar, es respetable y las iglesias pueden escuchar sus motivos; asimismo, cada junta local y la junta general pueden escuchar sus motivos; es más, si existen situaciones para corregir y efectuar cambios en la denominación y en la administración, todos debemos estar abiertos a sugerencias y propuestas, en tanto no contradigan los principios bíblicos.
- La prioridad de Cristo son los creyentes y debemos darle el mayor valor por encima de las cosas materiales; no obstante, ¿a nombre de quién deben figuran las propiedades, los inmuebles y demás equipos de cada iglesia? Si decimos que la iglesia (los miembros de la congregación) es la que administra, todo se somete a votación y no siempre la mayoría estará del lado correcto; si decimos que la junta local decide, puede tener un efecto similar; si decimos que cada pastor asume la administración de todo (aparte de la obra), cuando él decida no continuar con la organización, puede quedarse con todo y ¿dónde quedará el fruto del trabajo de años?
- Por estos motivos, es más conveniente que la obra (bajo una personería jurídica legal y representada en cada iglesia, con el apoyo de todos los ministerios) asuma la administración y lidere las iglesias y los pastores locales, porque así se tendrá más control de todo y se hará mejor el trabajo. Obviamente, ningún sistema garantiza que todo se hará bien pero se pueden manejar mejor las divisiones y los problemas si tomamos medidas de forma sabia.
- Tanto la junta directiva de la obra como cada junta local con sus pastores procurarán armonía, acuerdos y sometimiento a Cristo y a los principios bíblicos que se fijen en los estatutos legales. Por eso, todas las juntas y ministerios estarán bajo la verificación de cada iglesia.
- Para integrar cada junta se debe tener un testimonio limpio, frutos en el ministerio, experiencia en el camino del Señor, doctrina bíblica, humildad, respeto a la autoridad espiritual, excelente comunicación y una vida de fe y amor por el Señor y la iglesia.
- Se debe evaluar el desempeño de cada ministerio y de cada junta con objetividad, mansedumbre y respeto.
- Todo miembro de la iglesia tiene derecho a expresar sus opiniones y sugerencias.
- En temas polémicos se debe recurrir a la oración, a la Biblia como guía y al aporte de todos los hermanos de buen testimonio en cada iglesia local y en la obra.
- No deben existir jerarquías de poder humano pero sí debe primar el orden, el respeto y la obediencia a Dios y a las autoridades que él pone para presidir según el llamado y los dones que cada uno manifiesta en el Señor.
- Dios llama pero la iglesia comisiona y nombra con su reconocimiento público; cada pastor local es quien otorga el nombramiento bajo la aprobación de la iglesia y de la junta local. Además, cada iglesia, junto a su pastor principal, elige la junta local y el liderazgo que administre todas las actividades que realiza.
- Todos los recursos económicos y materiales que las iglesias adquieren tienen como principio bíblico esencial el concepto de la ofrenda voluntaria para crear fondos en beneficio de los programas que desarrolle; sin embargo, se pueden realizar ventas y servicios de manera equilibrada en acuerdo con la iglesia (sin abusar, sin cargas pesadas, sin volver el templo un negocio).
- Todos los recursos económicos que se adquieran tienen como fin suplir para el funcionamiento de la iglesia: sillas, púlpito, mesas, equipos de amplificación, instrumentos musicales, computadores, muebles de oficina, pago de arriendos, compra de terrenos y propiedades, adecuación de templos y locales, etc. Cada líder tendrá un plan de acción y coordinará los ingresos y los egresos con la ayuda de un tesorero de confianza que lleve las cuentas por escrito. Este es un proceso de años de trabajo y Dios bendecirá la iglesia.
- Cuando los ingresos de la iglesia local permitan tener lo necesario para el funcionamiento de la misma iglesia, se debe hacer un contrato de prestación de servicios donde el pastor haga un compromiso formal de trabajo. En la primera etapa de desarrollo de la iglesia, el aspirante a pastor (obrero probante o colaborador) es un voluntario y no recibe ingresos ni beneficios económicos (esto le permitirá probar su verdadero interés al servir en el ámbito pastoral), a no ser que las circunstancias ameriten y creyentes, pastores, iglesias o la misma obra tengan la capacidad para darle un apoyo temporal para iniciar la iglesia (este tiempo se acordará dependiendo de cada caso). En la segunda etapa de la iglesia, cuando la congregación ha crecido numéricamente, los creyentes han sido enseñados en la Escritura y entienden el principio de la ofrenda voluntaria, y la iglesia ya tiene lo necesario para su funcionamiento, el pastor firmará un contrato de prestación de servicios de carácter legal para recibir un pago digno y justo de honorarios mensuales variables (de acuerdo a los ingresos de la iglesia y según las actividades que realice); en cuanto al pago de prestaciones sociales, cada pastor debe pagar sus prestaciones de forma independiente (salud y pensión) como lo hacen millones de trabajadores en el mundo. La obra no es una empresa sino una entidad sin ánimo de lucro; por lo tanto, no tiene la capacidad financiera para este asunto.
- Cuando se envía un obrero para atender una iglesia (como aspirante a pastor, obrero probante o colaborador), él ejerce las funciones que se le asignen y tiene autonomía pero está sujeto a Cristo, a la Biblia, a los principios que la obra defina para su ministerio según las Escrituras y a las autoridad que presiden en la obra.
- La organización puede recaudar fondos para programas y gastos que se consideren útiles (obra social, medios de comunicación, pagos de nómina, contadores, abogados, asesores, viáticos, transporte y otros) pero siempre en armonía y acuerdo con los pastores y las iglesias.
- El pastor puede laborar de forma independiente o como empleado en otro ámbito o tener negocios y propiedades que le generen ingresos para su sostenimiento (o el de su familia) sin descuidar su ministerio pero su estilo de vida debe ser sobrio, moderado y sencillo ante Dios y ante los hombres como testimonio de seguir a Cristo y que su carácter sea formado en él.
- Cada iglesia local desarrollará cada ministerio y podrá organizar programas que les permitan a los ministros formarse mejor y servir en diferentes áreas; sin embargo, cuando se invita a un ministro de otra iglesia es recomendable darle una ofrenda proporcional a los viáticos, los gastos de transporte y honorarios por su servicio.
- Cada iglesia local organizará sus programas de capacitación, seminarios, conferencias, talleres, clases para niños, adolescentes, jóvenes, adultos, clases de música, etc.
- La contabilidad debe ser manejada por varias personas diferentes al pastor o a su familia para garantizar mayor trasparencia. Quizás al principio, cuando la iglesia está empezando no hay creyentes de confianza para este cargo, pero luego Dios nos guiará para preparar y delegar personas responsables y honradas que asuman dicha función.
- La iglesia debería tener un plan financiero definido: metas, presupuesto, ingresos, gastos, balance mensual y periódico, honorarios, pago de servicios públicos, cuentas por pagar y por cobrar, etc.
- Todos los ingresos y egresos deben estar debidamente respaldados por una contabilidad en todos los ministerios (cuadernos, libros, balances) a fin de que el Estado, la obra, la junta general, la junta local, el pastor o cualquier miembro de la iglesia tenga acceso a esta información cuando se requiera.
- En un culto no se deben pedir varias ofrendas; cuando la iglesia crezca más y se realicen diversos programas y proyectos es mejor diseñar sobres para que la contribución voluntaria se haga de forma específica a un propósito: ofrenda iglesia, obra social, protemplo, escuela de música, etc.
- El voluntariado será un principio aplicado con sabiduría y amor porque no sería posible retribuir económicamente a todos los ministerios y dones (porteros, aseo, músicos, ingeniero de sonido, etc.)
- El equipo de alabanza será liderado por un músico o cantante que tenga la capacidad para este ministerio; en esta área es importante contar con cancioneros, himnarios, libros, material por escrito, partituras, etc. Además, será ideal que exista un director musical que elabore partituras, repertorio y prepare ensayos para el ensamble del grupo.
- Si se requiere personal de tiempo completo o con muchas funciones (secretaria, mensajero, contador u otro cargo similar), se establecerá un honorario justo por las funciones y el tiempo laborado (según la capacidad financiera de la iglesia).
- Cuando existan ministerios a tiempo completo o medio tiempo debido al crecimiento de la obra y se requieran honorarios específicos, se analizara cada caso.
- Estas observaciones están sujetas a revisión, mejoras y correcciones para implementar las medidas más efectivas en la administración de cada iglesia local.
- Cuando se realicen compras de terrenos y construcciones es indispensable revisar muy bien el marco legal vigente, el plan de ordenamiento territorial, los proyectos del gobierno en el sector y buscar asesoría suficiente antes de tomar decisiones al respecto.
- Todos las actividades de tipo social y humanitario serán financiadas mediante donaciones especificas para este fin (canasta de amor, apoyo a familias con necesidades especiales, fondos comunes para un propósito, etc.). Sin embargo, se evaluará cada caso en particular porque hay muchas personas que engañan, aparentan necesidades, abusan, son conchudas y pícaras.

Membrecía de la iglesia local y nombramiento de ministerios
- Debe darse un periodo de observación y verificación de frutos y un discipulado para recibir a nuevos miembros en plena comunión de la iglesia local (recién convertidos y creyentes de otras iglesias).
- Para que un creyente sea recibido en plena comunión también debe ser bautizado en las aguas; luego de cumplir con estos requisitos, entonces podrá tomar la Cena del Señor (o la Santa Cena) y participar activamente en el ministerio de manera oficial.
- Todo creyente puede servir en la congregación en actividades generales (evangelizar en los programas de la iglesia, realizar aseo y logística y colaborar en ventas); sin embargo, solo los miembros en plena comunión podrán servir en actividades oficiales (la predicación, el canto, la interpretación de un instrumento, el servicio de portería y el comité de bienvenida).
- Cada creyente tiene un llamado de parte de Dios para un ministerio específico y puede servir con base en los dones que el Señor le ha concedido, pero la iglesia debe proveer un espacio de formación ministerial y establecer un periodo de tiempo para observar y verificar los frutos y el buen testimonio para los aspirantes a un ministerio antes de un nombramiento oficial.
- Todo ministerio debe estar sujeto a Cristo, a las autoridades que Dios pone en la iglesia y a la congregación; por tanto, deben existir normas y sanciones que regulen el comportamiento y el desempeño de cada ministro, sin acepción de personas y sin preferencias por vínculo sentimental, por antigüedad o por cualquier logro obtenido por la gracia de Dios.
- Cada ministerio está sujeto a la Escritura y al equipo ministerial (al pastor local, a la junta local y a todos los demás ministerios que operan en la iglesia).

El pastorado
- Cada iglesia tiene un proceso de formación y el pastor no es nombrado hasta no tener un buen testimonio comprobado, frutos de un grupo sólido de discípulos bautizados en las aguas y en plena comunión.
- Cada iglesia tiene un pastor principal y un equipo ministerial que cuenta con todos los ministerios que la Biblia establece.
- El pastor hace parte de la junta local y es quien tiene el llamado y la vocación de parte de Dios como administrador de la congregación.
- Cada pastor hace parte de la asamblea de ministros de la obra y está sujeto a la junta general.
- Cada ministerio al interior de la iglesia local es constituido por los dones de cada creyente y es la iglesia, el pastor y la junta local quienes los nombran y los promueven, buscando la dirección de Dios y mirando los requisitos bíblicos que cada ministerio posee.
- Cuando un ministerio sale del contexto de la iglesia local y se desarrolla en otras iglesias de la obra, debe tener la aprobación de la iglesia local y de su liderazgo, pero también debe tener la aprobación del liderazgo de la obra.
- Como se dijo antes: quien no desea continuar en el ministerio pastoral en la iglesia local bajo el liderazgo de la obra puede exponer sus razones y entregar el cargo pero ningún pastor se debe apropiar de los bienes materiales ni de las personas a quienes lidera porque solo es un administrador; la obra es la administradora de los recursos que se adquieran en cabeza de la junta general, de la junta local y de cada iglesia local. Sin embargo, cuando haya casos en los cuales la mayoría de la congregación no desea continuar vinculada a la obra, se hará una reunión con la junta local, el pastor y la congregación para dialogar y conocer la posición que tienen y buscar soluciones; si no se llega a un acuerdo, se respetará su decisión, permitiendo que la iglesia continúe su labor (fuera de la obra) y sin tomar actitudes irrespetuosas o denigrantes. Sin embargo, cuando se perciben casos donde el pastor o el liderazgo han obrado de forma deshonesta y quieren dividir la congregación, se orará a Dios para proceder de forma eficaz y conforme a la ley del gobierno. Dios nos guíe a proceder con sabiduría en estos casos porque la prioridad no son las cosas materiales sino las personas. Por estos motivos, se debe evaluar cada situación y considerar si el pastor ha incurrido en faltas y manipulaciones para dividir y sacar ventaja de forma deshonesta, debido a su posición de liderazgo. Si dejamos todo en las manos de Dios, él avergonzará a los que no proceden conforme a su voluntad y honrará a los que le aman y le sirven sin intereses materialistas.
- En situaciones donde un ministerio comete faltas que requieren corrección o sanción o decide no continuar y afecta la congregación, es la junta general, la junta local, el liderazgo y la iglesia quienes evalúan estos casos para orar a Dios, pedir dirección y obrar de acuerdo a los principios de la Biblia.
- El pastor no debe tomar decisiones en contra de los principios de la Biblia y siempre debe exponer propuestas en unidad con la junta y la iglesia local.
- La iglesia es una familia y somos hermanos en Cristo pero el pastor no debe proceder como si fuera el papá (lo mismo aplica cuando la mujer pastorea).
- La iglesia no es un negocio pero debe funcionar de forma organizada, con reglas y sanciones, con métodos, estrategias y metas claras, evaluando el desempeño y corrigiendo lo deficiente, para tener un mejoramiento continuo y excelencia en todos sus procesos. En este sentido, las organizaciones humanas nos dan ejemplo de orden y excelencia y debemos aplicar principios sabios que sean acordes con la Escritura.
- Cada iglesia local debe tener un pastor principal remunerado o un equipo de pastores  remunerados, según la capacidad y el crecimiento numérico de la congregación. Además, en la junta deben nombrarse personas (voluntarias y sin remuneración) que ejerzan funciones pastorales para apoyar este ministerio y suplir la ausencia del pastor principal cuando éste falte de forma temporal o permanente.
- Cuando la obra crezca y sean muchas iglesias, se requieren supervisores (líderes) que brinden acompañamiento a cada iglesia local en diferentes zonas o sectores; este cargo debería ser remunerado (ofrendas voluntarias y honorarios justos que le permitan desplazarse y atender las necesidades de los pastores y las iglesias).

domingo, 13 de agosto de 2017

La administración de la iglesia local Parte VI

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IV. Principios bíblicos para el gobierno de la Iglesia

A continuación, se hará una síntesis de los principios bíblicos que debemos tener presentes en la administración de la Iglesia:

1. La autoridad máxima es Dios
- La Biblia enseña claramente que Cristo es la cabeza y el cimiento de la Iglesia, que él la compró con su sangre, que él es quien la habita por medio de su Santo Espíritu, que él la protege y la nutre con sus promesas y su presencia (Ef. 1:21-23).

2. En la Biblia no hay una forma fija o exclusiva para la administración del pueblo de Dios
- En la Escritura no hay estructura fija para la administración de cada iglesia; ni siquiera los doce apóstoles originales nos dan una estructura formal. Sin embargo, en el libro de los Hechos y en las Epístolas de Pablo encontramos principios que nos dan una idea y una base para guiarnos (y ya hemos revisado algunos de ellos).
- Dios, en su plan y sabiduría, lo dejó así, para que la Iglesia se desarrollara en diferentes países y culturas del mundo. El pueblo hispano es muy diferente al anglosajón; el árabe es muy diferente al africano, etc. Pero en las culturas y costumbres diferentes, la Biblia funciona perfectamente. La Iglesia del NT puede funcionar muy bien en el entorno de una dictadura socialista como en una democracia occidental. Además, puede florecer en medio de una cultura católico-romana, como en una cultura hindú o musulmana. Cristo no cambia y su palabra es la misma en todo lugar. Cuando la palabra divina es presentada y enseñada, el Espíritu Santo la aplica de acuerdo a la cultura del pueblo. No es la cultura la que determina y cambia la Biblia; es la Biblia la que influye y cambia la cultura.
- Es difícil afirmar que en el NT solo exista una forma de gobierno correcta para las iglesias que surgieron en el tiempo de los apóstoles o que todas las iglesias siguieran el mismo sistema de gobierno; mucho menos existen reglas definidas en la administración para las iglesias que habrían de surgir después; lo que sí podemos hacer es aplicar principios bíblicos útiles en la administración de la iglesia local y establecer un orden en el manejo de la autoridad.

3. La Biblia promueve el establecimiento de iglesias interdependientes
- Según la Biblia en el NT, una iglesia o congregación es un cuerpo organizado, local y visible que está compuesto por creyentes convertidos a Cristo, que siguen sus enseñanzas de forma integral, que se bautizan en las aguas, se reúnen regularmente, tienen compañerismo en el evangelio y sirven al Señor a través de diversos dones en beneficio de la extensión del reino de los cielos en diferentes lugares donde Dios les guíe y les permita trabajar, predicando el evangelio y haciendo discípulos verdaderos para Cristo (Mt. 28:18-20). 
- Cada iglesia local está sujeta directamente a Cristo; por tanto, no debe existir una jurisdicción de una iglesia sobre otra sino que todas deben estar a un mismo nivel y son interdependientes unas de otras.
- Lamentablemente, existen denominaciones que se han vuelto imperios económicos liderados por unos cuantos hombres (y mujeres también) codiciosos y astutos que solo buscan acumular propiedades, adquirir más bienes materiales, cuentas bancarias con enormes sumas de dinero, tener comodidades, lujos y una vida de millonarios, y un reconocimiento a nivel regional, nacional e internacional. El ideal bíblico es la unidad en la fe, la comunión como hermanos y el apoyo mutuo; por tanto, es mejor constituir un lazo de amistad y compañerismo donde las iglesias se asocien de forma adecuada pero sin generar una dependencia económica o ministerial (sería mejor emplear el término iglesias interdependientes). Podrían asociarse bajo una personería jurídica si así lo quieren (si tienen una base doctrinal común) o trabajar juntas con personerías jurídicas independientes. Así pues, la idea de una cúpula religiosa o una pirámide de poder no tienen base bíblica porque somos hermanos en Cristo y él es la cabeza; todos nosotros somos miembros del mismo cuerpo.
- Hay abundantes evidencias de los fuertes lazos de comunión y de amor fraternal que unían las iglesias de la edad apostólica (en el primer siglo) y aún después, pero no existe ninguna mención de la subordinación de unas a otras que fuesen más poderosas y más prestigiosas por su número o por su posición geográfica. Así pues, los asuntos de importancia general se discutían para que hubiera mayor luz y guía para todos, pero sin que se estableciera el dominio de ciertas iglesias sobre otras. Por ejemplo, la cuestión de la circuncisión de los creyentes gentiles se trató entre los ancianos de la iglesia en Jerusalén y los representantes de la iglesia de Antioquía, pero no hay el menor indicio de que la iglesia de Antioquía fuese subordinada a la de Jerusalén (Hch. 15).

4. La Biblia estimula el liderazgo compartido en las iglesias
- En el NT, en las iglesias no hubo una jerarquía ministerial; más bien, se puede evidenciar un gobierno plural, donde los ministerios trabajaban en equipo y el Señor los guiaba, llamando a nuevos líderes y colaboradores para continuar en la labor que Dios les encargó.
- El gobierno de la iglesia no debe ser jerárquico. La Biblia desconoce cualquier sistema de jerarquía eclesial humana como los que han creado los hombres a lo largo de la historia de la iglesia y que han fracasado debido a las ansias de poder, los malos manejos, los abusos de autoridad y las ambiciones económicas, las cuales destruyen el corazón, el buen testimonio y la credibilidad.
- Cada iglesia debería tener un liderazgo equilibrado, en donde no hay una figura de autoridad incuestionable o que el poder se concentre en una sola persona. Ahora bien, puede existir un pastor principal o un equipo de pastores con un llamamiento de Dios pero sus frutos deben ser acordes con el evangelio.
- Un pastor puede llegar al ministerio de diversas formas:
a) Dios lo llamó a fundar una iglesia, trabajó, sembró la palabra, Dios llevó personas, se formó un grupo base de creyentes y luego hubo un desarrollo de colaboradores y líderes que en equipo con el pastor fundador vieron la gracia de Dios y el crecimiento.
b) Dios lo llamó y fue delegado por otro ministro del evangelio para fundar una iglesia y Dios le dio gracia y favor para que se constituyera una congregación de forma progresiva.
c) Dios lo llamó y fue delegado por otro ministro del evangelio a ejercer el ministerio pastoral en una congregación ya formada.
d) Dios lo llamó y fue invitado por una iglesia ya formada a ejercer el ministerio pastoral.
- En la Biblia, la figura del pastor está enfocada en administrar la iglesia, pero debe contar con un equipo de líderes que trabaje junto a él. Este equipo de líderes es llamado a velar por el funcionamiento de la iglesia y que el pastor cumpla con las funciones por las cuales fue puesto por Dios al frente de la congregación; sin embargo, el pastor nunca debe asumir que es la máxima autoridad sino que Cristo es la cabeza y que él es parte de la iglesia porque es miembro del cuerpo de Cristo y no un jefe de los creyentes ni el papá ni el dueño de la obra.

5. La Biblia señala la necesidad de permitir y promover la participación de la congregación
En la Biblia, encontramos que algunos asuntos se decidieron con la aprobación de la congregación, pero esto no debe ser aplicado a todos los casos; lo que sí podemos decir es que la Biblia y el Espíritu Santo deben guiar a la iglesia local y al liderazgo que Dios ponga al frente, en cabeza del pastor principal, un equipo pastoral, un equipo de líderes o una junta directiva.

Miremos algunos ejemplos de cómo la congregación participó en la toma de decisiones:

* La iglesia en Jerusalén
- En Hch. 1:15-26 vemos 120 miembros en la iglesia y los 11 apóstoles (excepto Judas Iscariote); los creyentes querían elegir a otro hermano idóneo para ocupar su oficio; ellos determinaron las calificaciones y dos hombres fueron nominados por la congregación; oraron y echaron suertes; no dependieron de sí mismos sino de Dios. Pedro no actuó como el Papa de la iglesia, ni fue la decisión de los once apóstoles que quedaron. La iglesia entera participó como un solo cuerpo. En este caso se habla de echar suertes y la costumbre de la época era usar tabletas de piedra, cada una con un nombre inscrito en ella, que se ponían en una caja (o en una vasija) y se sacudían hasta que una de ellas saliera, la cual indicaba la persona escogida por Dios. Obviamente, el Espíritu Santo guió esta decisión pero no debemos desconocer la cultura y las costumbres de la época que quedaron registradas en la Biblia. Resulta significativo que, tras el derramamiento del Espíritu Santo el día de Pentecostés, esta práctica no se vuelve a mencionar. Nótese que en esta ocasión los discípulos (y la congregación) seleccionaron primero los dos hombres a quienes ellos consideraban más dignos para llenar la vacante. La decisión final fue dejada al Señor en oración. Para estar seguros de cuál era su voluntad echaron suertes. Después, el Espíritu Santo proveyó la dirección necesaria.
- “Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos” (Hch. 6:2). Notemos las palabras “convocaron” y “multitud”.  Usualmente, se comete el error de “invitar” (que implica algo opcional) a las reuniones para tratar los asuntos de la iglesia. Los apóstoles convocaron (que implica una responsabilidad). También hallamos que era un grupo de gente descrito como “multitud”, lo que revela que era una iglesia congregacional en sus asuntos.
- “Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo” (Hch. 6:5). Se mencionan dos palabras claves: “Propuesta” y “eligieron”. Notemos que los líderes de la congregación propusieron, la mayoría eligió y Dios les guió en todo lo que hicieron.

* La iglesia en Antioquía
- “Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos. Como Pablo y Bernabé tuviesen una discusión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y los ancianos, para tratar esta cuestión” (Hch. 15:1, 2). Este pasaje usa las palabras “discusión” y “contienda”.  No fue un simple intercambio de ideas, sino un debate abierto y claro. Al final, se manifiesta la decisión de la asamblea: “Se dispuso que Pablo y Bernabé…” En otras palabras, la decisión final fue respetada y Dios también les guió.

* El modelo del Concilio de Jerusalén (Hch. 15:4-29).
- “Y llegados a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia y los apóstoles y los ancianos, y refirieron todas las cosas que Dios había hecho con ellos” (Hch. 15:4). Al llegar Pablo y Bernabé, fueron recibidos por los apóstoles, los ancianos y la iglesia. Ante este grupo, iban a informar lo que Dios había hecho con ellos. Oído este informe, se levantó la parte tradicional del judaísmo, dando a conocer su posición.
- “Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este asunto” (Hch. 15:6).
- “Después de mucha discusión” (Hch. 15:7).  No se nos informa quiénes eran los líderes de las diferentes ideas ni cuáles fueron las ponencias o los alegatos. Lo que queda claro, es que hubo mucha discusión.
- “Pedro se levantó y les dijo” (Hch. 15:7).  Pedro relata la manera en cómo Dios lo llevó a predicar el evangelio a los gentiles, argumentando que no deberían poner carga sobre ellos como recién convertidos.
- “Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo” (Hch. 15:12). Esto indica una ratificación de lo antes informado.
- “Y cuando ellos callaron, Jacobo respondió” (Hch. 15:13).  Jacobo, guiado por el Espíritu Santo, hace un resumen del relato de Pedro citando las profecías del AT (Hch. 15:13-18). Con esto, hace una proposición de resolución que contiene los siguientes puntos: que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios (Hch. 15:19) y que se escriba en una carta con tal resolución, diciendo que se aparten de contaminación de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre (Hch. 15:20). La culminación de este proceso fue: “Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de entre ellos…” (Hch. 15:22). Además, se nos dice: “Entonces les pareció bien… escribir por conducto de ellos” (Hch. 15:22-24). Lo que significa que llevaban ciertos registros y tenían algunas normas escritas de funcionamiento.
- Los creyentes de las primeras iglesias estaban seguros de que, aunque sus debates eran dinámicos y en ocasiones fuertes, el Espíritu Santo los dirigía y, entre ambos, hacían acuerdos e informaban las decisiones finales.
- “Ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros” (Hch. 15:28). Por eso, para ser más precisos, hablamos de TEOCRACIA: Dios conduce su Iglesia a través de lo que induce en el corazón de los miembros de ésta por medio del Espíritu Santo.
- Sus decisiones eran entre todos: Primero, el Espíritu Santo; segundo, la participación del liderazgo y los ministerios que Dios llama; y, tercero, la iglesia en general.
- Las iglesias del primer siglo debatieron con énfasis sobre su credo y disciplina porque se estableció que todas las cosas deben ser hechas “decentemente y con orden” (1 Cor. 14:40).
- Con el correr de los siglos, algunos grupos se “empapizaron”. Fue entonces cuando muchos errores doctrinales y comportamentales comenzaron a infiltrarse, poniendo en manos de una sola persona las decisiones llamadas “infalibles”, olvidando que “en la multitud de consejeros hay seguridad” (Pr. 11:14).

* Principios bíblicos del gobierno congregacional
- En Rom.14:1 está escrito: “Recibid al débil en la fe”. El sentido de este versículo es: “Recibid en vuestra comunión y tratad como hermano al que es débil en la fe”. Hay un mandamiento: Recibid. Este mandato está dirigido a la iglesia, no a solo un grupo como obispos o ancianos gobernantes, puesto que esta carta fue escrita a todos los que estaban en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos (Rom.1:7). Así pues, las iglesias del NT tenían el derecho de excluir a los miembros indignos y lo ejercieron (el tema de la disciplina bíblica se explicará en otro capítulo).
- Pablo, refiriéndose al “incestuoso” de Corinto, dice a la iglesia: “En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús” (1 Cor. 5:4, 5). Notemos que aunque Pablo “juzgó” que el culpable debía excluirse de la iglesia, él no lo excluyó. No pretendió tener la atribución de hacerlo. El mismo señaló: “Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros” (1 Cor. 5:13). Es importante notar a quienes estaba destinada esta carta: “A la iglesia de Dios que está en Corinto” (1 Cor. 1:2). Este mismo derecho aparece en Mt. 18:17; 2 Ts. 3:6, y en otros pasajes.
- Asimismo, tenían la facultad de restaurar a su comunión a los miembros excluidos que dieran evidencias satisfactorias de arrepentimiento. “Le basta a tal persona esta reprensión hecha por muchos… por lo cual os ruego que confirméis el amor para con él” (2 Cor.2:6-8). Este pasaje posiblemente nos menciona el mismo caso del incestuoso de la primera carta. Pablo no podía restaurarlo, así como primero tampoco pudo excluirlo, pero dice: “os ruego”.
- Si las iglesias del NT podían recibir, excluir y restaurar miembros, de seguro, también podían manejar otros asuntos que se les presentaran. El derecho de la mayoría de los miembros de una iglesia es necesario para gobernar de acuerdo con la ley de Cristo. Expresándose la voluntad de la mayoría, la minoría debe someterse. “Le basta a tal persona esta reprensión hecha por muchos” (2 Cor. 2:6). “Por muchos” sería “por los más”, es decir, por la mayoría. Por tanto, la mayoría es la que debe gobernar.
- La iglesia de Corinto no podía transferir su poder a la iglesia de Filipos ni la iglesia de Antioquía traspasar su autoridad a la de Éfeso. Tampoco vemos que las iglesias delegaran su autoridad a una asociación, sínodo o convención. La autoridad de una iglesia es inalienable.
- Si la autoridad de una iglesia no puede transferirse, la acción de la iglesia es final.
- Es evidente por Mt. 18:15-17 que no hay un tribunal más alto que la iglesia.
- Después de todo el procedimiento que el mismo Cristo establece para el perdón de las ofensas, la última instancia que establece es la propia iglesia. Ahora, si el ofensor no quiere oír a la iglesia, Jesús dice que se le debe tener “por gentil y publicano”. Pero, ¿no podrá apelarse a una asociación, o presbiterio, o conferencia, o convención?  No, no hay apelación.  ¿Podrá cualquiera de estas entidades volver al ofensor a la comunión de la iglesia, cuando ésta por su voto lo ha calificado como gentil y publicano? Este es un absurdo demasiado grande. ¿Qué clase de comunión sería?
- La iglesia no es una democracia pura; es una democracia teocrática porque es el gobierno de Cristo por medio de su pueblo (Col. 1:18) y cada miembro es morada del Espíritu Santo (1 Cor. 6:19, 20). Además, tenemos la Ley de Dios por medio del NT.

NOTAS:
- El gobierno de la iglesia no debe ser siempre democrático; este sistema solo debe ser usado cuando se requiera de un consenso, dependiendo de las circunstancias. Al estar compuesta la iglesia de personas con distintos grados de entrega al Señor, de madurez espiritual y de conocimiento bíblico, las decisiones finales, en lo que respecta a la vida de la congregación, no pueden basarse en un principio democrático en todos los casos. Por ejemplo, la opinión de un recién convertido, o de un creyente voluble e inconstante, poco comprometido con el Señor, no puede tener el mismo valor que el de una persona madura en Cristo, de buen testimonio y frutos dignos del evangelio, sujeta a su voluntad. En 2 Crón. 10 vemos que se tomó el consejo de personas con poca experiencia y por la cercanía emocional y esto fue motivo de muchos problemas.  
- La palabra de Dios da abundantes muestras de cómo el criterio democrático de la multitud en ocasiones puede conducir al desastre espiritual: todo el pueblo lloraba afligido porque en el desierto no se les daba pescado como en Egipto (Núm. 11:4-6, 10); el pueblo "vota" seguir a los diez espías en vez de a Caleb y Josué, designando un líder para devolverles a la esclavitud de Egipto (Núm. 14:1-10). Otra vez, toda la congregación se une a la rebelión de Coré contra Moisés (Núm. 16:19-21). Luego, todo el pueblo murmura contra Moisés porque el viaje parece muy largo (Núm. 21:4, 5).
  
6. La Biblia promueve el gobierno plural de varios líderes en cada congregación
Como ya se ha expresado antes, aparte del concepto de pastor como administrador, en el NT también se halla la figura de un cuerpo o consejo de ancianos (líderes), que es llamado presbiterio.

Miremos algunos pasajes bíblicos al respecto:
- “Y constituyeron ancianos en cada iglesia” (Hch. 14:23).
- “Enviando, pues, desde Mileto a Éfeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia” (Hch. 20:17).
- “Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos” (Fil. 1:1).
- “No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio” (1 Tim. 4:14).
- “Por esta causa te deje en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé” (Tito 1:5).
- “¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor” (Stg. 5:14).

Ahora consideremos algunos aspectos sobre el gobierno plural:
- Para la administración cotidiana de la iglesia local, un consejo de ancianos siempre será mejor. Por ejemplo, la Biblia indica que “mejor son dos que uno” (Ecl. 4:9), “en la multitud de consejeros hay seguridad” (Pr 11:14), “en la multitud de consejeros está la victoria” (Pr 24:6).
- Es un hecho sumamente significativo y con frecuencia descuidado que nuestro Señor no designó a un único hombre para guiar su Iglesia. Personalmente, él señaló e instruyó a doce hombres. Además, Cristo proveyó a la Iglesia de pluralidad en el liderazgo. Los doce proveen un maravilloso ejemplo de unidad, humildad, amor fraternal y estructura de liderazgo compartido.
- Cuando Dios llama a un creyente con un ministerio para fundar una iglesia nueva (o es delegado por otro ministro del evangelio) y está comenzando, generalmente es pequeña en membrecía y dicha persona es el encargado (líder, colaborador o pastor) porque es el fundador de la congregación; esa función no puede delegarla en otro. Como está empezando la iglesia, los creyentes suelen ser personas recién convertidas o hermanos que Dios lleva a la iglesia, pero todavía no hay un equipo de líderes formado. Mientras tanto, el encargado va preparando a los creyentes en diferentes áreas y el Señor va llamando a cada uno según su gracia y según los dones que tenga. Posteriormente, en un futuro cercano, debe constituirse un cuerpo de líderes porque es un principio bíblico presente en el NT y es sabio, útil y resguarda a un líder de envanecerse, sentirse intocable, incuestionable, tomarse atribuciones que no le corresponden, tomar medidas egoístas y que se concentre el poder en un solo individuo; existe un refrán que dice “el poder absoluto corrompe”; por eso, debemos prevenir estos males y organizar la iglesia de forma equilibrada. Uno de estos males se podría llamar el "síndrome de Diótrefes" (3 Jn. 1:9, 10). Notemos que Diótrefes tenía la tendencia a buscar el primer lugar, el cual solo le corresponde a Dios. Los líderes son servidores y no jefes; su tarea no es ser señores sino ejemplos de la grey de Dios (1 Ped. 5:2, 3). Por tanto, el gobierno plural se constituye en una medida preventiva contra la tentación de buscar el mando y el dominio en la iglesia y de señorearse con arrogancia sobre los creyentes y otros ministerios.
- Este principio de liderazgo compartido es muy usado en diferentes corporaciones y organizaciones humanas; se nombra una junta directiva y se establecen normas claras a fin de administrar todo con excelencia, trasparencia y justicia. Así pues, un cuerpo de líderes en cada iglesia es deseable, sabio y bueno, pero ellos deben ser personas calificadas en todo sentido para dicha responsabilidad.
- En un consejo de líderes, cada uno está bajo la autoridad espiritual de los demás miembros del consejo, y sumiso a su dirección. Este control y equilibrio provisto por hombres con la misma autoridad es muy saludable y ayuda a lograr la actitud que el NT enseña; sin embargo, el pastor principal debe estar al frente de la junta.
- El liderazgo compartido estimula el crecimiento personal en la madurez espiritual, al proporcionar constantemente oportunidades de practicar el amor fraternal, la humildad, la sumisión mutua, la disposición de servir y la búsqueda conjunta de la voluntad del Señor en la oración para su pueblo (Fil 2:1-5).
- La pluralidad del liderazgo permite compartir la carga de la dirección de la congregación, puesto que los problemas que surgen en esta labor no recaen sobre un solo individuo, sino que pueden ser resueltos por un trabajo en equipo (Gál. 6:2). Si las largas horas, las pesadas responsabilidades y los problemas de pastorear una congregación no son suficientes para abrumar a una persona, tratar con los pecados de las personas y escuchar sus quejas aparentemente interminables y amargos conflictos sí pueden cargar a un individuo. Incluso Moisés decayó casi hasta la muerte bajo las presiones de conducir al pueblo de Israel (Núm. 11). Con seguridad todo pastor (que trabaja sin un equipo de líderes) se ha sentido, en algún momento u otro, como Moisés. El pastor que no comparte el liderazgo con frecuencia llega a estar sobrecargado más allá de sus fuerzas y se siente solo y aislado, mientras que los creyentes de la congregación hacen las veces de críticos de primera fila (porque no hay participación en la toma de decisiones y no son tenidos en cuenta para contribuir a la administración de la iglesia). Esta es una de las razones por las que hay tantos pastores de "corto plazo" en las iglesias. En otros casos, muchos pastores se mantienen en la misma iglesia pero son ineficaces porque sufren de severo agotamiento por la lucha, pero en un sistema de liderazgo conjunto, la responsabilidad de la administración de la iglesia es compartida por varios líderes calificados y activos que la congregación aprueba y apoya (al igual que lo hace con su pastor). Este equipo provee de personas idóneas para cada necesidad, hombres y mujeres de quienes se puede esperar pleno apoyo y ayuda (Ecl. 4:9-12).
- Un consejo de líderes hace posible el equilibrio entre los aspectos fuertes y los débiles de cada miembro del equipo, cada uno fortaleciendo a los demás en las áreas donde está más capacitado, y recibiendo el apoyo de sus compañeros en las áreas donde sus dones no destacan tanto. Por ejemplo, si un líder manifiesta un prejuicio o un desagrado personal hacia alguna persona, dentro o fuera de la iglesia, los demás pueden corregir eso e insistir en un trato justo.
- Un consejo de líderes permite también que un mayor número de personas maduras, capaces y consagradas se puedan involucrar en el ministerio de liderazgo dentro de la congregación, e impide que un solo individuo llegue a acaparar en su persona muchos de los dones que Dios ha repartido a los distintos individuos en la iglesia.
- La pluralidad en el liderazgo también facilita que en esta tarea puedan participar tanto veteranos como personas con menos experiencia, mayores y más jóvenes; esto crea, por un lado, un ambiente muy enriquecedor de aprendizaje para los más jóvenes, como también una diversidad de perspectivas que puede ser valioso para los hermanos mayores.
- Los entrenadores saben que los atletas que se entrenan juntos se estimulan unos a otros a mayores logros. Cuando hay alguien al lado, el corredor hará un mayor esfuerzo y aumentará la velocidad (Lc. 10:1).
- El liderazgo debe ser constructivo, proactivo e integral para brindar espacios en la formación ministerial de cada creyente; por ende, es esencial que tengamos un semillero de capacitación para cada área de la iglesia local.

Cada iglesia tiene diversas actividades, programas y áreas de trabajo; por tanto, se requieren personas dispuestas a colaborar, servir y ayudar junto al pastor y al cuerpo de líderes; el NT llama a estas personas los diáconos (Fil 1:1). En este caso, Pablo escribió acerca de las cualidades necesarias para el diaconado (1 Tim. 3:8-13). Los diáconos sirven al Señor pero también han de estar bajo la guía del pastor y del cuerpo de líderes, por ser éstos responsables del testimonio total de la iglesia.

jueves, 10 de agosto de 2017

La administración de la iglesia local Parte V

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III. Tipos de gobierno eclesiástico

Existen cinco formas de gobierno eclesiástico (de una iglesia o de varias iglesias que se asocian) que se han gestado durante la historia del Cristianismo hasta nuestros días; consideremos lo siguiente:

1. Gobierno estatal

- Este sistema fue influenciado por la mentalidad de Erasto (1524-1583) quien veía la Iglesia condicionada por el Estado (no tiene ningún poder, salvo el que el Estado le otorga).
- Este método es procedente de Alemania, pero luego fue aplicado en otros países (Escandinavia, Holanda, Suiza) en distintas variantes: iglesias territoriales, iglesias nacionales, etc.
- Solamente existe una iglesia nacional, de la cual las iglesias locales son únicamente sucursales. El poder está con el consejo nacional que toma las decisiones que son obligatorias para todas las demás iglesias.
- El Estado tiene el derecho de decidir disputas teológicas, reformar el culto público y convocar sínodos.

Beneficios:
- Cuenta con el apoyo económico y social de un Estado.

Riesgos:
- Se crea una dependencia contraproducente con el Estado porque las iglesias tienden a no generar un mayor compromiso con su causa y pueden llegar a una condición de conformismo y estancamiento.
- Ignora totalmente la autonomía de una iglesia local y cada iglesia está sujeta a las condiciones que ponga el Estado.
- Fomenta el formalismo en las prácticas espirituales.

2. Gobierno papal:
- Autoridad absoluta centrada en un hombre infalible: el Papa o un líder supremo.
- Este líder tiene autoridad de expulsar miembros y posee control absoluto sobre las iglesias.
- Ejemplos: La mayor representante de este gobierno es la Iglesia Católica Apostólica y Romana, pero también existen denominaciones cristianas que han seguido un sistema muy similar y un solo hombre ejerce funciones semejantes a las de un Papa.

Beneficios:
- Cuenta con el apoyo económico y social de una organización con dinero, recursos e influencia en el mundo.

Riesgos:
- También fomenta una dependencia contraproducente.
- Da lugar a abusos de autoridad y conductas egocéntricas (3 Jn. 1:9, 10). Esta persona que ejerce un poder absoluto tiende a ser idolatrada y muchas veces se toma atribuciones excesivas, demanda favores y derechos anti bíblicos, enseña conceptos propios por encima de la Escritura y exige lealtad a su causa, usando el nombre de Dios como arma y versículos fuera de contexto como pretexto.

3. Gobierno episcopal 
- En este sistema, sobresalen ciertos oficiales reconocidos como obispos (de ahí el nombre episcopal, de Epískopos).
- Esta forma de gobierno reconoce el derecho que tienen los obispos (como líderes espirituales) de presidir en zonas delegadas por otras autoridades superiores.
- Una de sus doctrinas fundamentales es que un obispo es oficialmente superior a los otros ministros; por ende, existe una rígida jerarquía.
- Ejemplos: así se organizó la Iglesia de los primeros siglos (después de la iglesia primitiva), la Iglesia Anglicana y la Iglesia Estatal de Inglaterra.
- Quienes defienden esta forma de gobierno y la adoptan en sus iglesias, consideran que la autoridad de obispos y supervisores distritales está fundada en versículos bíblicos, de donde ellos interpretan que fue una práctica de la iglesia primitiva en el NT (1 Tim. 3:1-7; Tito 1:7-9). Por ejemplo, ellos argumentan que las iglesias locales fueron fundadas y supervisadas por apóstoles, que Pablo ejerció la superintendencia de las iglesias de Asia y Europa, que el sistema de ofrendas y la institución de acciones tanto disciplinarias como ceremoniales son asuntos trascendentales determinados por el apóstol a nivel regional.
- El gobierno de la iglesia queda exclusivamente en manos de obispos como sucesores legítimos de los apóstoles, instituidos por Cristo mismo.

Beneficios:
- Se promueve una organización con funciones asignadas y un liderazgo definido.

Riesgos:
- Los creyentes laicos (que no hacen parte de una orden de ministros ordenados) no tienen voz ni voto en los asuntos de la iglesia.

4. Gobierno presbiteriano
- Esta forma de gobierno es de democracia representativa y reconoce dos clases de ancianos: predicadores y gobernantes.
- La iglesia local es gobernada por los ancianos que a su vez reconocen nuevos ancianos si así fuese necesario.
- El tipo presbiterial elige ancianos gobernantes, los cuales forman el consistorio para la administración de la iglesia local. El pastor y los ancianos gobernantes de una congregación constituyen lo que se llama el Presbiterio. Este consistorio arregla los asuntos de la iglesia, recibe, despide y excluye miembros. De las decisiones de una sesión de la iglesia, puede apelarse al Presbiterio; de la acción del Presbiterio, puede apelarse al Sínodo y de éste a la Asamblea General, cuya decisión es final e inapelable.
- Para asuntos regionales, las iglesias presbiterianas cuentan con presbiterios y sínodos que también son grupos representativos de autoridad superior.
- Ejemplos: iglesias reformadas presbiterianas.
   
Beneficios:
- Existe un liderazgo compartido entre los ancianos.
- La congregación tiene cierta participación en asuntos administrativos mediante el cuerpo de ancianos porque representan sus intereses y necesidades.

Riesgos:
- A veces se puede tardar en la toma de decisiones porque el cuerpo de ancianos debe considerar los puntos de vista de la congregación.

5. El gobierno congregacional
- El poder de gobernar reside en los miembros de la iglesia, en contraposición a los obispos y a los ancianos. Es decir, los obispos y los ancianos, en sentido estricto, nada pueden hacer, en relación a la iglesia, sin el consentimiento de los miembros.
- La mayoría en cualquier votación de la iglesia decide lo que en la iglesia va a hacerse. En este tipo de gobierno, toda la autoridad está en la congregación. Es por voto popular.
- La última palabra en todo asunto relacionado con la misión, programación y estrategia de la iglesia, resta en la congregación.
- Las iglesias de gobierno congregacional pueden creer en la cooperación entre iglesias pero que ninguna iglesia ni oficina fuera de sí misma debe gobernar las iglesias locales.
- Cada iglesia es independiente de otras congregaciones. Los oficiales son funcionarios de la congregación y trabajan según el criterio de ésta. Las ordenaciones son por medio de la congregación.
- Las iglesias locales solamente se juntan por razones de consideración en sus intereses comunes, pero estas asociaciones tienen solamente el poder de hacer sugerencias.
- Ejemplos: iglesias bautistas.

Beneficios:
- Da mucha libertad al principio del sacerdocio de todos los creyentes.
- Este sistema promueve la unidad del Cuerpo de Cristo que es la Iglesia.
- Evita el peligro de una dictadura espiritual por parte de obispos o ancianos.

Riesgos:
- El sistema democrático tiene sus riesgos porque no siempre la mayoría reflejará obedecer los principios de Dios establecidos en la Biblia.
- Da lugar a despreciar la autoridad espiritual y legítima de los ancianos y ministros que han sido llamados por Dios.