V. Sistema de gobierno en
la Iglesia Cristiana Sión
- La IGLESIA CRISTIANA SIÓN
es una organización sin ánimo de lucro, y la visión es predicar el evangelio y
hacer discípulos donde el Señor abra puertas y nos permita cumplir la Gran
Comisión. En este sentido, Dios puede levantar congregaciones en diferentes
territorios y se hace necesario estar unidos en el Señor y bajo una personería
jurídica con el fin de tener un orden, un programa conjunto y metas comunes.
Por ende, se ha optado por usar principios bíblicos con tres enfoques de
gobierno eclesial de forma equilibrada: episcopal, presbiteriano y
congregacional.
- El gobierno es EPISCOPAL
porque reconoce que Dios llama hombres y mujeres al ministerio pastoral y les
dota de dones para presidir y administrar congregaciones; en este aspecto, no
debemos caer en el error de exaltar a quienes ocupan cargos administrativos o
permitir una pirámide de poder o abusos al cuerpo de líderes o pastores que se
vaya estableciendo cuando hay crecimiento en las congregaciones.
- El gobierno es
PRESBITERIANO porque reconoce que se requieren diversos ministerios para dar un
orden a cada iglesia local, pero el pastor debe formar un equipo de líderes con
hermanos y hermanas de buen testimonio, conocimiento bíblico doctrinal
integral, fidelidad al Señor y amor por la obra, que cooperen al buen
funcionamiento de la iglesia. El pastor no podrá salirse de los principios
bíblicos y debe dar cuenta a este equipo (junta local), quien está facultado
para velar por la salud de cada ministerio (incluido el ministerio pastoral);
el mismo pastor debe hacer parte de esta junta, aunque no debe perder cierta
autonomía en decisiones concretas que lo requieran.
- El gobierno es
CONGREGACIONAL porque reconoce que cada creyente tiene el derecho y el deber de
manifestar opiniones, sugerencias, propuestas e ideas que aporten al buen
funcionamiento de la iglesia local.
- Todo sistema
administrativo es humano y ninguno de ellos garantiza que todo se administre
bien pero debemos tener principios y normas claras, además de procedimientos
definidos para cuando ocurren faltas, malos manejos, abusos y dificultades con
la iglesia (este tema se ampliará cuando se explique la disciplina bíblica).
- El pastor no debe
manipular a la iglesia ni a la junta ni viceversa; la máxima autoridad es
Cristo y la Escritura debe prevalecer sobre toda opinión y conducta. No deben
existir intereses personales y deber primar el bien común, el bienestar de los
creyentes y la obediencia a la palabra sobre la búsqueda de cargos, puestos o
beneficios particulares.
- Todo acto de
manipulación, maltrato o abuso de autoridad por parte del pastor o del
liderazgo de la iglesia debe ser corregido o sancionado de forma clara sin
prejuicios y sin acepción de personas.
- Se debe prever todo
intento de división y por este motivo, la iglesia necesita reglas y sanciones
por escrito para amonestar, disciplinar y aún destituir temporal o
definitivamente a quienes asuman actitudes y conductas contrarias a la voluntad
de Dios.
- Humanamente, es seguro
que vamos a cometer errores y debemos aprender también de ellos; sin embargo,
el tiempo y la experiencia nos darán mayor claridad sobre todos estos temas
administrativos y Dios nos dará sabiduría para tomar medidas apropiadas para cada
caso.
- Es posible que la IGLESIA
CRISTIANA SIÓN se formara como una agrupación de iglesias independientes pero
debido a los antecedentes vistos en muchas iglesias, las posibles divisiones
que se suelen presentar, las diferencias en el manejo administrativo, los
cambios de opinión en cuanto a la doctrina bíblica y otros asuntos que afectan
el buen funcionamiento de las iglesias, se ha decidido conformar una
organización que establezca iglesias que hagan parte de una sola obra (bajo una
sola personería jurídica) a fin de darle mayor identidad y solidez al trabajo
de plantación de iglesias. Esta obra se podría considerar como una denominación
cristiana que agrupa iglesias locales, las cuales deben funcionar con los
mismos parámetros bíblicos, administrativos, ministeriales y espirituales. Cada
iglesia tiene cierta autonomía en asuntos que no comprometan la identidad
doctrinal y los principios bíblicos pero debemos tener criterios comunes,
normas, reglas, sanciones uniformes y manejo de recursos para poder promover
todos los valores cristianos de forma definida.
- Esta obra tiene una JUNTA
GENERAL que asume el liderazgo de la organización y cada iglesia tiene una
JUNTA LOCAL, pero jamás podrán estar por encima de Cristo ni de la Biblia;
además, está regida por un manual de procedimientos basado en la Escritura y
congruente con las virtudes de Cristo; de lo contrario, las iglesias deben
reclamar su derecho y su deber para solicitar un cambio en el liderazgo para
elegir personas que cumplan con dicha función de manera integral.
- Toda decisión administrativa que se tome en
la junta general y en cada junta local, debe estar respaldada por la Escritura
y puesta en oración, buscando siempre la dirección de Dios en todo asunto.
- Las iglesias deben
trabajar en equipo, hacer programas juntas, apoyarse mutuamente y así verán
mayores resultados en el Reino de Dios.
- La IGLESIA CRISTIANA SIÓN
tendrá una personería jurídica en Colombia con la figura de iglesia, fundación
o corporación, dependiendo de los beneficios que la ley estipule (aspecto
tributario, proyectos sociales, contratación con el Estado y permisos de
construcción), pero en un futuro puede expandirse según la voluntad a otros
países para cumplir la Gran Comisión de Cristo.
- Cada iglesia local que se
constituya bajo esta personería jurídica pondrá todos los inmuebles a nombre de
la denominación (terrenos, construcciones y otros), junto con todos los
utensilios, equipos de amplificación, herramientas, libros y demás elementos
que se adquieran con el aporte voluntario de los creyentes. Ningún líder debe
apropiarse de nada; si en un futuro decide retirarse de la obra, dicha persona
es libre y tendrá el derecho de entregar su cargo pero no debe dividir la
iglesia ni ejercer presión sobre los creyentes para que se retiren de la
denominación. Si el líder considera que hay motivos por los cuales no debe
continuar, es respetable y las iglesias pueden escuchar sus motivos; asimismo,
cada junta local y la junta general pueden escuchar sus motivos; es más, si
existen situaciones para corregir y efectuar cambios en la denominación y en la
administración, todos debemos estar abiertos a sugerencias y propuestas, en
tanto no contradigan los principios bíblicos.
- La prioridad de Cristo
son los creyentes y debemos darle el mayor valor por encima de las cosas
materiales; no obstante, ¿a nombre de quién deben figuran las propiedades, los
inmuebles y demás equipos de cada iglesia? Si decimos que la iglesia (los
miembros de la congregación) es la que administra, todo se somete a votación y
no siempre la mayoría estará del lado correcto; si decimos que la junta local
decide, puede tener un efecto similar; si decimos que cada pastor asume la
administración de todo (aparte de la obra), cuando él decida no continuar con
la organización, puede quedarse con todo y ¿dónde quedará el fruto del trabajo
de años?
- Por estos motivos, es más
conveniente que la obra (bajo una personería jurídica legal y representada en
cada iglesia, con el apoyo de todos los ministerios) asuma la administración y
lidere las iglesias y los pastores locales, porque así se tendrá más control de
todo y se hará mejor el trabajo. Obviamente, ningún sistema garantiza que todo
se hará bien pero se pueden manejar mejor las divisiones y los problemas si
tomamos medidas de forma sabia.
- Tanto la junta directiva
de la obra como cada junta local con sus pastores procurarán armonía, acuerdos
y sometimiento a Cristo y a los principios bíblicos que se fijen en los
estatutos legales. Por eso, todas las juntas y ministerios estarán bajo la
verificación de cada iglesia.
- Para integrar cada junta
se debe tener un testimonio limpio, frutos en el ministerio, experiencia en el
camino del Señor, doctrina bíblica, humildad, respeto a la autoridad
espiritual, excelente comunicación y una vida de fe y amor por el Señor y la
iglesia.
- Se debe evaluar el
desempeño de cada ministerio y de cada junta con objetividad, mansedumbre y
respeto.
- Todo miembro de la
iglesia tiene derecho a expresar sus opiniones y sugerencias.
- En temas polémicos se
debe recurrir a la oración, a la Biblia como guía y al aporte de todos los
hermanos de buen testimonio en cada iglesia local y en la obra.
- No deben existir
jerarquías de poder humano pero sí debe primar el orden, el respeto y la
obediencia a Dios y a las autoridades que él pone para presidir según el
llamado y los dones que cada uno manifiesta en el Señor.
- Dios llama pero la
iglesia comisiona y nombra con su reconocimiento público; cada pastor local es
quien otorga el nombramiento bajo la aprobación de la iglesia y de la junta
local. Además, cada iglesia, junto a su pastor principal, elige la junta local
y el liderazgo que administre todas las actividades que realiza.
- Todos los recursos
económicos y materiales que las iglesias adquieren tienen como principio
bíblico esencial el concepto de la ofrenda voluntaria para crear fondos en
beneficio de los programas que desarrolle; sin embargo, se pueden realizar
ventas y servicios de manera equilibrada en acuerdo con la iglesia (sin abusar,
sin cargas pesadas, sin volver el templo un negocio).
- Todos los recursos
económicos que se adquieran tienen como fin suplir para el funcionamiento de la
iglesia: sillas, púlpito, mesas, equipos de amplificación, instrumentos
musicales, computadores, muebles de oficina, pago de arriendos, compra de
terrenos y propiedades, adecuación de templos y locales, etc. Cada líder tendrá
un plan de acción y coordinará los ingresos y los egresos con la ayuda de un
tesorero de confianza que lleve las cuentas por escrito. Este es un proceso de
años de trabajo y Dios bendecirá la iglesia.
- Cuando los ingresos de la
iglesia local permitan tener lo necesario para el funcionamiento de la misma
iglesia, se debe hacer un contrato de prestación de servicios donde el pastor
haga un compromiso formal de trabajo. En la primera etapa de desarrollo de la
iglesia, el aspirante a pastor (obrero probante o colaborador) es un voluntario
y no recibe ingresos ni beneficios económicos (esto le permitirá probar su
verdadero interés al servir en el ámbito pastoral), a no ser que las
circunstancias ameriten y creyentes, pastores, iglesias o la misma obra tengan
la capacidad para darle un apoyo temporal para iniciar la iglesia (este tiempo
se acordará dependiendo de cada caso). En la segunda etapa de la iglesia,
cuando la congregación ha crecido numéricamente, los creyentes han sido
enseñados en la Escritura y entienden el principio de la ofrenda voluntaria, y
la iglesia ya tiene lo necesario para su funcionamiento, el pastor firmará un
contrato de prestación de servicios de carácter legal para recibir un pago
digno y justo de honorarios mensuales variables (de acuerdo a los ingresos de
la iglesia y según las actividades que realice); en cuanto al pago de
prestaciones sociales, cada pastor debe pagar sus prestaciones de forma
independiente (salud y pensión) como lo hacen millones de trabajadores en el
mundo. La obra no es una empresa sino una entidad sin ánimo de lucro; por lo
tanto, no tiene la capacidad financiera para este asunto.
- Cuando se envía un obrero
para atender una iglesia (como aspirante a pastor, obrero probante o
colaborador), él ejerce las funciones que se le asignen y tiene autonomía pero
está sujeto a Cristo, a la Biblia, a los principios que la obra defina para su
ministerio según las Escrituras y a las autoridad que presiden en la obra.
- La organización puede
recaudar fondos para programas y gastos que se consideren útiles (obra social,
medios de comunicación, pagos de nómina, contadores, abogados, asesores,
viáticos, transporte y otros) pero siempre en armonía y acuerdo con los
pastores y las iglesias.
- El pastor puede laborar
de forma independiente o como empleado en otro ámbito o tener negocios y
propiedades que le generen ingresos para su sostenimiento (o el de su familia)
sin descuidar su ministerio pero su estilo de vida debe ser sobrio, moderado y
sencillo ante Dios y ante los hombres como testimonio de seguir a Cristo y que
su carácter sea formado en él.
- Cada iglesia local
desarrollará cada ministerio y podrá organizar programas que les permitan a los
ministros formarse mejor y servir en diferentes áreas; sin embargo, cuando se
invita a un ministro de otra iglesia es recomendable darle una ofrenda
proporcional a los viáticos, los gastos de transporte y honorarios por su
servicio.
- Cada iglesia local
organizará sus programas de capacitación, seminarios, conferencias, talleres,
clases para niños, adolescentes, jóvenes, adultos, clases de música, etc.
- La contabilidad debe ser
manejada por varias personas diferentes al pastor o a su familia para
garantizar mayor trasparencia. Quizás al principio, cuando la iglesia está
empezando no hay creyentes de confianza para este cargo, pero luego Dios nos
guiará para preparar y delegar personas responsables y honradas que asuman
dicha función.
- La iglesia debería tener
un plan financiero definido: metas, presupuesto, ingresos, gastos, balance
mensual y periódico, honorarios, pago de servicios públicos, cuentas por pagar
y por cobrar, etc.
- Todos los ingresos y
egresos deben estar debidamente respaldados por una contabilidad en todos los
ministerios (cuadernos, libros, balances) a fin de que el Estado, la obra, la
junta general, la junta local, el pastor o cualquier miembro de la iglesia
tenga acceso a esta información cuando se requiera.
- En un culto no se deben
pedir varias ofrendas; cuando la iglesia crezca más y se realicen diversos
programas y proyectos es mejor diseñar sobres para que la contribución
voluntaria se haga de forma específica a un propósito: ofrenda iglesia, obra
social, protemplo, escuela de música, etc.
- El voluntariado será un
principio aplicado con sabiduría y amor porque no sería posible retribuir
económicamente a todos los ministerios y dones (porteros, aseo, músicos,
ingeniero de sonido, etc.)
- El equipo de alabanza
será liderado por un músico o cantante que tenga la capacidad para este
ministerio; en esta área es importante contar con cancioneros, himnarios,
libros, material por escrito, partituras, etc. Además, será ideal que exista un
director musical que elabore partituras, repertorio y prepare ensayos para el
ensamble del grupo.
- Si se requiere personal
de tiempo completo o con muchas funciones (secretaria, mensajero, contador u
otro cargo similar), se establecerá un honorario justo por las funciones y el
tiempo laborado (según la capacidad financiera de la iglesia).
- Cuando existan
ministerios a tiempo completo o medio tiempo debido al crecimiento de la obra y
se requieran honorarios específicos, se analizara cada caso.
- Estas observaciones están
sujetas a revisión, mejoras y correcciones para implementar las medidas más
efectivas en la administración de cada iglesia local.
- Cuando se realicen
compras de terrenos y construcciones es indispensable revisar muy bien el marco
legal vigente, el plan de ordenamiento territorial, los proyectos del gobierno
en el sector y buscar asesoría suficiente antes de tomar decisiones al
respecto.
- Todos las actividades de
tipo social y humanitario serán financiadas mediante donaciones especificas
para este fin (canasta de amor, apoyo a familias con necesidades especiales,
fondos comunes para un propósito, etc.). Sin embargo, se evaluará cada caso en
particular porque hay muchas personas que engañan, aparentan necesidades,
abusan, son conchudas y pícaras.
Membrecía de la iglesia
local y nombramiento de ministerios
- Debe darse un periodo de
observación y verificación de frutos y un discipulado para recibir a nuevos
miembros en plena comunión de la iglesia local (recién convertidos y creyentes
de otras iglesias).
- Para que un creyente sea
recibido en plena comunión también debe ser bautizado en las aguas; luego de
cumplir con estos requisitos, entonces podrá tomar la Cena del Señor (o la
Santa Cena) y participar activamente en el ministerio de manera oficial.
- Todo creyente puede
servir en la congregación en actividades generales (evangelizar en los
programas de la iglesia, realizar aseo y logística y colaborar en ventas); sin
embargo, solo los miembros en plena comunión podrán servir en actividades
oficiales (la predicación, el canto, la interpretación de un instrumento, el
servicio de portería y el comité de bienvenida).
- Cada creyente tiene un
llamado de parte de Dios para un ministerio específico y puede servir con base
en los dones que el Señor le ha concedido, pero la iglesia debe proveer un
espacio de formación ministerial y establecer un periodo de tiempo para
observar y verificar los frutos y el buen testimonio para los aspirantes a un
ministerio antes de un nombramiento oficial.
- Todo ministerio debe
estar sujeto a Cristo, a las autoridades que Dios pone en la iglesia y a la
congregación; por tanto, deben existir normas y sanciones que regulen el
comportamiento y el desempeño de cada ministro, sin acepción de personas y sin
preferencias por vínculo sentimental, por antigüedad o por cualquier logro
obtenido por la gracia de Dios.
- Cada ministerio está
sujeto a la Escritura y al equipo ministerial (al pastor local, a la junta
local y a todos los demás ministerios que operan en la iglesia).
El pastorado
- Cada iglesia tiene un
proceso de formación y el pastor no es nombrado hasta no tener un buen
testimonio comprobado, frutos de un grupo sólido de discípulos bautizados en
las aguas y en plena comunión.
- Cada iglesia tiene un
pastor principal y un equipo ministerial que cuenta con todos los ministerios
que la Biblia establece.
- El pastor hace parte de
la junta local y es quien tiene el llamado y la vocación de parte de Dios como
administrador de la congregación.
- Cada pastor hace parte de
la asamblea de ministros de la obra y está sujeto a la junta general.
- Cada ministerio al
interior de la iglesia local es constituido por los dones de cada creyente y es
la iglesia, el pastor y la junta local quienes los nombran y los promueven,
buscando la dirección de Dios y mirando los requisitos bíblicos que cada
ministerio posee.
- Cuando un ministerio sale
del contexto de la iglesia local y se desarrolla en otras iglesias de la obra,
debe tener la aprobación de la iglesia local y de su liderazgo, pero también debe
tener la aprobación del liderazgo de la obra.
- Como se dijo antes: quien
no desea continuar en el ministerio pastoral en la iglesia local bajo el
liderazgo de la obra puede exponer sus razones y entregar el cargo pero ningún
pastor se debe apropiar de los bienes materiales ni de las personas a quienes
lidera porque solo es un administrador; la obra es la administradora de los
recursos que se adquieran en cabeza de la junta general, de la junta local y de
cada iglesia local. Sin embargo, cuando haya casos en los cuales la mayoría de
la congregación no desea continuar vinculada a la obra, se hará una reunión con
la junta local, el pastor y la congregación para dialogar y conocer la posición
que tienen y buscar soluciones; si no se llega a un acuerdo, se respetará su
decisión, permitiendo que la iglesia continúe su labor (fuera de la obra) y sin
tomar actitudes irrespetuosas o denigrantes. Sin embargo, cuando se perciben
casos donde el pastor o el liderazgo han obrado de forma deshonesta y quieren
dividir la congregación, se orará a Dios para proceder de forma eficaz y
conforme a la ley del gobierno. Dios nos guíe a proceder con sabiduría en estos
casos porque la prioridad no son las cosas materiales sino las personas. Por
estos motivos, se debe evaluar cada situación y considerar si el pastor ha
incurrido en faltas y manipulaciones para dividir y sacar ventaja de forma
deshonesta, debido a su posición de liderazgo. Si dejamos todo en las manos de
Dios, él avergonzará a los que no proceden conforme a su voluntad y honrará a
los que le aman y le sirven sin intereses materialistas.
- En situaciones donde un
ministerio comete faltas que requieren corrección o sanción o decide no
continuar y afecta la congregación, es la junta general, la junta local, el
liderazgo y la iglesia quienes evalúan estos casos para orar a Dios, pedir
dirección y obrar de acuerdo a los principios de la Biblia.
- El pastor no debe tomar
decisiones en contra de los principios de la Biblia y siempre debe exponer
propuestas en unidad con la junta y la iglesia local.
- La iglesia es una familia
y somos hermanos en Cristo pero el pastor no debe proceder como si fuera el
papá (lo mismo aplica cuando la mujer pastorea).
- La iglesia no es un
negocio pero debe funcionar de forma organizada, con reglas y sanciones, con
métodos, estrategias y metas claras, evaluando el desempeño y corrigiendo lo
deficiente, para tener un mejoramiento continuo y excelencia en todos sus
procesos. En este sentido, las organizaciones humanas nos dan ejemplo de orden
y excelencia y debemos aplicar principios sabios que sean acordes con la
Escritura.
- Cada iglesia local debe
tener un pastor principal remunerado o un equipo de pastores remunerados, según la capacidad y el
crecimiento numérico de la congregación. Además, en la junta deben nombrarse
personas (voluntarias y sin remuneración) que ejerzan funciones pastorales para
apoyar este ministerio y suplir la ausencia del pastor principal cuando éste
falte de forma temporal o permanente.
- Cuando la obra crezca y
sean muchas iglesias, se requieren supervisores (líderes) que brinden
acompañamiento a cada iglesia local en diferentes zonas o sectores; este cargo
debería ser remunerado (ofrendas voluntarias y honorarios justos que le permitan
desplazarse y atender las necesidades de los pastores y las iglesias).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario