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Este blog ha sido creado para brindar un espacio donde queremos compartir el mensaje de la Palabra de Dios mediante diversas herramientas: texto, audio, video, entre otras.

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jueves, 29 de octubre de 2015

Evangelismo Bíblico Parte XIX


III. PRINCIPALES CREENCIAS DEL BUDISMO

A. El concepto de Dios
El Budismo no está interesado en la cuestión de Dios y su existencia le es indiferente. Ni lo afirma ni lo niega, por lo que, al no reconocer ningún Dios eterno, su principio es ateo. Así pues, el budismo es una filosofía atea… de hecho, es más filosófica que religiosa y surgió de las tendencias ateas del Hinduismo; por tanto, no cree en un Dios que hizo el universo. En este sentido, la meta inicial de Buda era eliminar la fuente del sufrimiento, pero al final, quería ser libre del ciclo de la muerte y el renacimiento (la creencia hinduista de la reencarnación). No le importaba la idea de la existencia de Dios, ya que, como él consideraba, Dios no tuvo influencia sobre el asunto de eliminar el sufrimiento; por otro lado, Buda tampoco se proclamó un mensajero de Dios ni él se declaró un dios. Más bien, la atención de Buda se centró en la manera de eliminar el deseo mediante el esfuerzo propio, para así lograr el nirvana, un espacio libre de todo, donde el yo se extingue; entonces, el nirvana es lo más cercano a la idea de Dios, según el Budismo.

En general, en el Budismo no se promueve la adoración a Buda; más bien, se fomenta la admiración, el respeto y la gratitud hacia este personaje. Sin embargo, muchos budistas se postran ante las estatuas de Buda, le prenden incienso y sahumerios, y traen ofrendas. Además, miles de budistas hacen oraciones a Buda, dan gracias, cantan, repiten mantras y recuerdan historias de los eventos del Buda cuando él medita o cuando viaja, hacen meditación, buscan iluminación y un estado de calma, etc. En otras palabras, muchos de los seguidores de Buda sí le adoran (aunque no todos) y confían en sus enseñanzas para alcanzar sus ideales.

CRISTIANISMO BÍBLICO
- En la Biblia se enseña hay un solo Dios expresado en tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (Dt. 6:4; 2 Cor. 13:14); estas tres personas tienen la capacidad de pensar, sentir, crear, decidir, hablar y revelarse a sí mismas y la Biblia lo confirma. El Dios único y verdadero se dio a conocer mediante la revelación natural de su creación y mediante la revelación escrita de la Biblia, a fin de tener una relación personal con el ser humano; por tanto, no existe otro dios a quien invocar o adorar (Is 43:10; 44:8) y la Biblia rechaza claramente la adoración a otros dioses aparte del Dios vivo porque son invenciones del corazón humano.
- La Biblia no acepta la adoración de imágenes, de animales, de objetos, de hombres o de cualquier cosa aparte de la adoración al Dios único y verdadero.
- La Biblia no da lugar al sincretismo religioso y presenta mandamientos y enseñanzas unificadas sobre Dios, su voluntad, la forma correcta de adoración y todo lo que se exige a quienes profesan identificarse con el camino de la justicia de Dios.
- La Biblia determina la verdad divina y no da pie a la relatividad de conceptos, creencias y prácticas porque fue inspirada por Dios, cuyas virtudes son la sabiduría, la justicia, el orden y el amor, entre otras.

B. El concepto del hombre
Para el Budismo, el hombre es una colección de cinco agregados (conocido como skandas): el cuerpo físico, las emociones, la percepción, la voluntad y la conciencia. En la muerte, estos cinco son separados, y cuando el ciclo Samsara (la reencarnación) continúa, no son re-ensamblados en la misma forma. Por lo tanto, a diferencia del Hinduismo, el Budismo enseña que la identidad individual no se mantiene a través de los ciclos del Samsara.

Buda sugiere que no hay yo. Una de las dos vertientes principales del budismo, el Mahayana, enseña que el hombre ya está “extinguido”… solo tiene que darse cuenta de ello. De lo que en el Budismo se llama el no-saber surgen las fuerzas matrices que llevan al karma. A partir de ellas surge una conciencia y de ella un nombre y una forma corporal -el individuo-. Así nacen los sentidos y con ellos el contacto (percepción sensorial) con el mundo exterior. La sensación genera la sed -avaricia- y con ella el apego a la vida. De esto resulta el devenir kármico y con ello un nuevo nacimiento seguido de la vejez y la muerte. Es un ciclo que puede ser infinito.

Para el Budismo no hay ningún ser permanente, sino que todo se concibe en el trance de nacer y perecer. El final es nada más que la extinción definitiva. Buda predicó el carácter insostenible de la existencia y los medios para escapar del sufrimiento: la no existencia es la única esperanza para escapar de los dolores de la vida. No hay un alma substancial permanente y la nueva esencia viviente que surge a partir de los actos de un ser anterior no es idéntica a aquel ni en cuerpo ni en alma. Lo que perdura después de la muerte es solamente la cadena causal de los actos (el karma) y eso es lo que conduce a una nueva vida. La meta es la extinción final.

Para el Budismo, la meditación es principalmente, entrar en la propia mente y despegarse de todo, sumergiéndose en el conocimiento de uno mismo. Esto va creciendo en intensidad y profundidad pero el fin es el mismo.

El Budismo enseña (y esta es una preocupación central del budismo) que el hombre debe escapar del sufrimiento.

CRISTIANISMO BÍBLICO
- En la Biblia se describe al mundo como un lugar visible y real, creado por Dios para colocar a sus criaturas. Tanto el mundo, como todo lo que habita en él, fue creado en beneficio del hombre y por lo tanto, él debe cuidarlo y administrarlo de forma sabia y moderada. Además, la Biblia plantea que el propósito de la existencia humana es honrar al Creador, obedeciendo sus leyes y principios, y disfrutando de las bendiciones por él otorgadas. Por su parte, el Budismo niega la realidad existencial. Para ellos no existe el mundo y nada, incluyendo el “yo”, se puede probar que existe. Para el Budismo la totalidad del mundo es vacía y el vacío es el único principio, más allá del ser y del no ser. Su filosofía es pasiva y sin aspiraciones para el hombre; además, no tiene un sentido de responsabilidad individual.
- En la Biblia, el hombre es el administrador de esta tierra y fue hecho a imagen y semejanza de su Creador (Gn.1:26, 27; Sal. 8:5, 6), quien le dotó de inteligencia y le regaló la libertad de elegir entre el bien y el mal. Lamentablemente, Adán y Eva, y todo ser humano en general elige el mal y se aleja de Dios por causa de su desobediencia a las leyes de Dios. Entonces, el pecado es la desobediencia a Dios y a sus mandamientos; este pecado afecta la creación de Dios y afrenta su carácter santo; por tanto, él está en contra del pecado y éste nos aparta de la comunión con Dios; además, es la razón para recibir el castigo de separación eterna que es la muerte eterna (Rom. 3:23; 6:23; Is. 59:2).
- Según la Biblia, en el plano físico, Dios le da al hombre una sola vida y una sola muerte. El alma es inmortal y fue creada para la eternidad pero ésta será salva o condenada si pone o no la confianza en Cristo como Salvador (Jn. 3:16-20). Para aquellos que vivieron en épocas anteriores a Cristo o que vivieron en cualquier periodo de la historia y nunca escucharon el evangelio, Dios juzgará a cada hombre según su conciencia, sus motivaciones y él será el único juez para determinar si el alma está en la gloria de Dios, esperando la resurrección de los muertos o en el infierno, esperando el día del juicio final.
- En la Biblia, la contemplación y meditación es sumergirse en la esencia de Dios, adorarlo, alabarlo, agradecerle sus beneficios, orar y dejar que obre en nosotros. El verdadero protagonista es el Padre, es Cristo, es el Espíritu Santo. El hombre alcanza la plenitud de la oración, no cuando se expresa principalmente a sí mismo, sino cuando permite que en ella se haga más plenamente presente el propio Dios. La unión con él no se realiza solamente en la vía de la purificación en Cristo, sino también mediante el amor de Cristo.
- En la Biblia, el sufrimiento no es parte del plan perfecto de Dios, pero nos ayuda a acercarnos a Cristo y a unirnos más íntimamente con nuestro sufriente Salvador. El cristiano fiel acepta que el dolor es parte de la vida y una forma de aprender y crecer como persona para servir mejor a los demás porque se logra mayor sensibilidad y empatía. Por eso, el mayor ejemplo de aceptación del sufrimiento fue Cristo mismo, quien asumió nuestro castigo y nuestro dolor para darnos vida eterna.

martes, 27 de octubre de 2015

Evangelismo Bíblico Parte XVIII


2) BUDISMO

I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS

La palabra budismo viene de budhi que significa despertarse; en este sentido, el budismo es la filosofía del despertar. El Budismo fue fundado en la India durante el siglo 6 a.C. por Sidhartha Gautama (563-483 a.C.), quien nació en una rica familia hindú de casta guerrera, en lo que en ese momento era el Noreste de India (hoy en día parte de Nepal). La tradición nos dice que su vida personal puede explicarse en tres fases:
1. La primera fase son los años de gozo (563-534 a.C.) durante los cuales Sidhartha vivió en el palacio de su padre, aislado de toda clase de sufrimiento (envejecimiento, enfermedad, muerte y pobreza). Un día, sin embargo, Sidhartha salió lejos del palacio solo para encontrar estos cuatro tipos de sufrimiento y quedó impactado a tal grado que se obsesionó con la cuestión del sufrimiento y sintió un enorme desaliento acerca de su riqueza.
2. La segunda fase se le conoce como los años de investigación (534-528 a.C.). Su lucha por conocer el sufrimiento lo llevó a renunciar a su vida de riqueza, a su esposa y a su hijo, con el fin de perseguir la fuente de sufrimiento, para así poder eliminarla (se dice que alrededor de la edad de 30 años dejó su vida privilegiada en la corte para convertirse en un asceta). Así que por un período de 6 años llevó una vida de intenso ascetismo que no pudo revelarle la iluminación que buscaba, aunque estuvo viajando y meditando sobre la condición humana, especialmente sobre la realidad del sufrimiento.
3. Durante la tercera y última fase de su vida, conocida como los años de la iluminación (528-483 a.C.), Sidhartha fue a una ciudad llamada Bodh Gaya a meditar bajo una higuera, buscando la iluminación. Después de caer en un profundo estado de meditación, fue tentado por Mara, el maligno, pero se resistió y después de un buen tiempo logró la iluminación. A partir de ese momento iba a ser conocido como el Buda que significa “el iluminado o el que despertó” y la ciudad de Bodh Gaya se convertiría en el lugar del santuario más sagrado del budismo y donde está el Templo de Mahabodhi (que significa gran iluminación).

Durante 45 años hasta su muerte (después de haber sido presumiblemente envenenado) predicó el mensaje del camino central como la vía hacia la iluminación. Además, descubrió que evitando los dos extremos de la condición humana (la riqueza y el ascetismo) y en su lugar, siguiendo la vía de la auto-iluminación, se podía alcanzar el nirvana (un estado de existencia pacífica permanente, carente de cualquier deseo humano normal).

En su primer sermón resaltó las creencias más importantes, que luego, los budistas seguirían y estas creencias se conocen como las Cuatro Nobles Verdades. Muchos se reunieron para escuchar su mensaje de la vía hacia la iluminación y miles siguieron sus enseñanzas. Dos siglos después de la muerte de Buda, el budismo conocería a su mayor defensor en el rey Ashoka–Rey de la India (274-232 a.C.). Este hombre dedicó su tiempo y sus recursos para la propagación del mensaje budista, mucho más allá de las fronteras de la India. Así pues, el budismo fue llevado por los misioneros que delegó a Grecia al Oeste y a Tailandia al Este.
A medida que el Budismo se expandió geográficamente, también comenzó a desarrollarse en tres ramas ideológicas: Mahayana, Teravada y Vayrayana.

Mahayana
La mayoría de los budistas creían que la iluminación estaba a disposición de todos y se llamaba Mahayana (el gran vehículo). De aquí surgió el Budismo Zen que es un grupo que emigró de China a Japón en el siglo XII d.C. Esta ideología hace hincapié en una técnica de meditación centrada en el gran vacío dentro de uno mismo.

Teravada
Esta es otra ramificación del Budismo y se compone de aquellos que piensan que la iluminación solo está disponible para los que están verdaderamente en el camino (por ejemplo, los monjes budistas). Este segundo grupo se denominó Teravada (que significa la enseñanza de los ancianos) y es la escuela más antigua del budismo; es relativamente conservadora y es la más cercana al budismo temprano, por lo cual se podría considerar dentro de la ortodoxia.

Vayrayana
Este es un tercer grupo que emplea prácticas ocultas, esotéricas, mágicas y rituales para alcanzar la iluminación; su nombre significa el vehículo de diamante. También se le llama Budismo Tántrico y algunos lo consideran como una parte o una división del Mahayana.

Notas:
- Hoy en día, el Budismo Teravada se encuentra principalmente en el sudeste de Asia, mientras que el Budismo Mahayana se extendió a las regiones del noreste de Asia. Por su parte, la fortaleza del Budismo Vayrayana es el Tíbet que nos ha proporcionado la personalidad más reconocida del Budismo, el Dalai Lama. Sin embargo, el Vayrayana existe hoy en la forma de dos grandes sub-escuelas: a) Budismo tibetano, encontrado en el Tíbet, Bután, norte de la India, Nepal, sudoeste de China, Mongolia y el único estado budista de Europa, Kalmukia; y b) Budismo Shingon, encontrado en Japón. En cuanto al Budismo tibetano, sus técnicas de meditación incluyen la visualización de las deidades existentes en su panteón, algunas relacionadas con los llamados “budas celestiales”, la recitación de mantras, y otros rituales. Es muy característico el abundante uso de mitologías y simbolismos. Entre las deidades usadas en sus ritos se encuentran dos dioses hindúes, Shiva y Parvati.
- En síntesis, estas tres ramas se pueden considerar la versión oficial del Budismo pero existe la versión popular que tiene creencias animistas de que los espíritus influencian fuertemente las vidas humanas.

II. PRINCIPALES ESCRITURAS

Los budistas no reconocen ningún volumen de literatura como un texto sagrado pero cada rama del Budismo tiene sus propios escritos que añaden a las enseñanzas básicas de Buda; ahora bien, se dice que hay miles de enseñanzas de Buda recogidas en los textos llamados Sûtras o Suttas.

El Budismo Teravada observa la literatura conocida como Las Tres Cestas, la cual es la esencia de la enseñanza budista. El Tripitaka o Tipitaka (del idioma pali ti, “tres” y pitaka, “cestas o canastas”), conocido también como el Canon Pali, es la colección de los antiguos textos budistas escritos en el idioma pali, que constituyen el cuerpo doctrinal y fundacional del Budismo Teravada. El Canon Pali se conoce como Tipitaka, o “Tres Cestas”, porque los manuscritos que contenía, inscritos sobre hojas secas de palmera, se guardaban en tres cestas diferentes.

Esta es una recopilación de los sermones de Buda, normas para los monjes y enseñanzas filosóficas.

El Budismo Mahayana tiene una opinión más abierta de sus escritos sagrados; entre ellos, se incluyen miles de volúmenes de literatura de la India, China, Japón y de Tíbet.

El Mahayana se aparta de la tradición Nikaya (a veces conocida como la escuela Teravada) en su aceptación de los sutras Mahayana. Las escuelas Mahayana, sin embargo, no rechazan los sutras Nikaya, tales como los registrados en el Canon Pali; éstos también son vistos como autoritativos.

Las escrituras Mahayana fueron fijadas por escrito en el siglo I d.C. Algunas de ellas, tales como los sutras de La Perfección de la Sabiduría y el Sutra del Loto, se presentan como sermones reales de Buda que habrían estado ocultos. Según algunas fuentes, estos sermones fueron pasados por tradición oral como otros sutras, pero otras fuentes afirman que fueron ocultados y después revelados varios siglos más adelante por una vía mitológica. Además de sutras, algunos textos Mahayana son esencialmente comentarios.

El Budismo Vayrayana tiene como escritura el Kanjur y el Tanjur, además de las escrituras Mahayana y muchos mantras que se usan en ritos, oraciones y meditaciones. Además, los budistas tibetanos, siguiendo la antigua tradición india, creen que algunos mantras poseen el poder para desarrollar ciertas prácticas espirituales protectoras de la mente.

En la práctica Vayrayana se conocen ciertas escrituras llamadas Tantras y su autoría se atribuye al mismo Buda pero se dice que fueron reveladas en situaciones o circunstancias poco comunes, como cuando él mismo predicaba a los dioses o a otros seres suprahumanos y, obviamente, se originan en fechas posteriores. Tantra literalmente significa “extensión o continuación del conocimiento”.

Nota: Los monjes budistas tienen una asamblea, la Shanga, encargada de mantener en el tiempo la dharma (prédica) de Buda, pero él insistió en que cada persona debe encontrar su propio camino de iluminación. En este aspecto, según algunos estudiosos del Budismo, las últimas palabras de Buda a sus discípulos bajo los árboles, fueron: “Haz de ti mismo una luz. Confía en ti mismo; no confíes en nadie más. Haz de mis enseñanzas tu luz. Confía solo en ellas; no aceptes ninguna otra enseñanza”. Así pues, un budista practicante se caracteriza por dos actividades: el estudio de las enseñanzas de Buda y el ejercicio de la meditación (entre otros aspectos que se expondrán luego).

CRISTIANISMO BÍBLICO
- Solo la Biblia contiene la revelación escrita de Dios; por eso, Cristo vino a cumplir y confirmar la buena voluntad de Dios para los hombres a través del evangelio y los escritos del A.T. y el N.T. fueron inspirados por el Espíritu Santo para entregarnos su revelación (2 Tim. 3:16, 17; Mt. 5:17, 18; 2 Ped. 3:15, 16; Jer. 23:28-32; Dt. 4:2; Ap. 22:18). Además, de todos los libros que la humanidad ha conocido, ninguno ha ejercido tanta influencia como la Biblia. Sobre ella se han escrito millares de estudios; autores famosos han tomado de ella temas para sus obras; pensadores y científicos se han inspirado en ella; y aún movimientos antagónicos al cristianismo, como el islam y el marxismo, han tomado de ella buena parte de sus doctrinas. Completa o en parte se ha traducido a más de 1000 idiomas, y brinda la base doctrinal a centenares de iglesias en culturas y situaciones muy diversas.
- La Biblia enseña que los creyentes y seguidores fieles de Cristo son su Iglesia y su cuerpo, y Cristo es la cabeza y la máxima autoridad. El es el camino, y la verdad y la vida para el hombre (Jn. 14:6) y es la luz del mundo que disipa toda tiniebla (Jn. 8:12).
- Si bien hablamos de la Biblia como un libro, está compuesta de 66 libros diferentes. Estos varían en extensión, en contenido y en la forma en que están escritos. Entre sus autores hay reyes, nobles, sacerdotes, pastores y pescadores, así como muchos cuya identidad solo podemos imaginar. El proceso de escribir estos libros independientes cubre un lapso de 1500 años aproximadamente. Sin embargo, la Biblia es una unidad… no solo una colección de partes separadas. El conjunto de libros constituye un todo. Los muy diversos autores muestran, cada uno en su contexto, lo que Dios tiene para decir sobre el mundo y sobre las personas que ha creado. Ellos dejan en claro que Dios quiere establecer con todos la relación más íntima posible. Así pues, muchos comienzan a leer la Biblia porque desean encontrar a Dios, pero pronto descubren en la Biblia que Dios estuvo buscándoles y ha provisto un camino para llevarles a una relación más cercana consigo mismo.

- Los 66 libros de la Biblia están divididos en dos grupos principales: el Antiguo Testamento, compuesto de 39 libros, y el Nuevo Testamento, de 27. La palabra «Testamento» significa pacto o acuerdo. El tema predominante del A.T. es la antigua alianza de Dios con el pueblo de Israel. El N.T. se ocupa del acuerdo que Dios hizo más tarde, por medio de Jesús, con personas de cualquier nacionalidad que ponen su confianza en Dios.

- La Biblia tiene algo más que decir sobre sí misma. Ella misma declara que quienes la escribieron estaban inspirados por el Espíritu de Dios. De esta manera, sus palabras son más que pensamientos de hombres y mujeres. La Biblia es la palabra de Dios para el mundo. 

- Considere la Biblia como el mapa para la vida. Su sabiduría se extiende por muchos siglos, pero hoy en día, millones encuentran su mensaje tan fresco y relevante como nunca porque sus principios funcionan en la vida diaria y en todas las etapas de la vida, dándonos un propósito para vivir. Ese propósito nos da esperanza para el presente y el futuro - incluso más allá de esta vida.
- ¿Por qué considerar la Biblia? En la búsqueda de un mapa para la vida, considere las declaraciones de la Biblia. Una y otra vez, nos asegura que es la palabra real de nuestro Creador. Por ende, en más de 2000 lugares los profetas de la Biblia dicen cosas como ésta: El Señor me dijo... Estas son las palabras del Señor... Esto es lo que dice el Señor...
- Nos debemos preguntar en serio: ¿estos profetas tenían la mala costumbre de mentir? ¿O estaban diciendo la verdad, y Dios realmente hablaba a través de ellos?

Jesús nos asegura que los profetas de la Biblia decían la verdad:
- Se basó en los informes de la historia (Mt. 12:40; 24:37-39).
- Confiaba en todos sus escritos y nos enseñó la misma confianza (Mt. 5:17-19, Lc. 16:17, 29; 24:27, 44; Jn. 5:39-47).
- Él basó sus enseñanzas en las palabras exactas que ellos utilizaron (Mt. 19:5, 6; 22:32).
- Él preguntó: “¿No habéis leído lo que os fue dicho por Dios?” (Mt. 22:31, 32).
- Él nos recordó: “La Escritura no puede ser quebrantada” (Jn. 10:35).

Los apóstoles (los portavoces de Jesús) Pablo y Pedro enseñaron lo mismo:
- “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Tim. 3:16, 17).
- “Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Ped. 1:21).

- En resumen, la Palabra de Dios es un mapa seguro y fiel que nos muestra el camino por el cual debemos andar en obediencia a Cristo para llegar al destino final que es el Cielo (la vida eterna); además, nos muestra cuál es el camino indudable hacia el infierno y la condenación eterna: el pecado (la desobediencia a Dios).



jueves, 22 de octubre de 2015

Evangelismo Bíblico Parte XVII



E. Jesús y la salvación
Para un hindú, Jesús podría ser un buen hombre, un profeta, incluso alguno de los muchos dioses, pero él no es el único Hijo de Dios, único entre todos los demás dioses hindúes. Desde que un hindú piense que se salva a sí mismo a través de una vida cada más perfecta (en el ciclo de reencarnaciones), no ve la necesidad de un salvador.

Para un hindú, la salvación podría entenderse como alcanzar el nirvana, es decir, la liberación de la existencia terrenal y del ciclo de reencarnaciones causado por el karma (la consecuencia de las acciones pasadas, en esta vida o en vidas anteriores).

En el Hinduismo existen cuatro metas de vida permisibles para los hindúes. El Hinduismo reconoce que en el curso de las muchas vidas las personas pueden dedicarse legítimamente a cualquiera de estas metas. La primera meta es la del placer o disfrute, particularmente a través del amor y del deseo sexual. Esto se llama kama. La segunda meta legítima en la vida es la riqueza y el éxito. Esto se llama artha. La tercera meta es el deber moral o dharma. Aquel que se entrega al dharma renuncia al placer y al poder personal, buscando el bien común. La meta final de la vida, sin embargo, es el moksha-la liberación del ciclo de vidas en este mundo material, y la entrada al nirvana.

En síntesis, el pensamiento hinduismo se puede abreviar en lo siguiente: la única realidad es el Absoluto, Brahma, y la aparente existencia de todo el universo de mente y cuerpo (como el hombre lo experimenta) es tan solo maya (ilusión). Así, toda la actual rueda de la existencia es una ilusión, la individualidad misma es un mal, y el karma es la implacable ley de causa y efecto. Para poder llegar a la liberación es preciso alcanzar primero la conciencia de que el Yo individual no es diferente del Yo Absoluto de Brahma, y que uno forma parte de una totalidad de la que no se diferencia de nada.

Para el Hinduismo, la solución al problema del ser humano es la liberación de la ilusión y de la ignorancia. Ahora bien, los medios para la solución de este problema es luchar para desprenderse de uno mismo (el ego) y buscar ser consciente de la propia unidad con lo divino a través del esfuerzo propio.

El resultado de la solución es fundirse en la Unidad y el individuo desaparece.

El yoga (en su esencia) no es en absoluto un ejercicio para conservar una buena forma física, sino la parte central del Hinduismo para alcanzar la salvación, que significa la unión con Brahma mediante la autorrealización porque Brahma es el Yo impersonal trascendente eterno, y de esta manera se puede conseguir salir de la fútil rueda de la existencia, con sus múltiples, temidas y aborrecidas reencarnaciones debidas al karma.

El yoga comporta la meditación en el sentido oriental de introspección, de liberación de la mente de todo pensamiento voluntario o racional, conduciendo a la contemplación del interior del ser y de la pasividad, para alcanzar la entrada en la conciencia de la unidad con Brahma. Comporta también, en último término, cortar con todos los vínculos externos de este mundo, que no es nada más que maya, la apariencia externa tal como el hombre la ve.

EL PECADO

Para el Hinduismo, el pecado es fallar en hacer lo que es correcto o mejor ante Dios o ante alguna parte de la creación; el pecado no puede ser perdonado por Dios porque no es considerado como una persona. Sencillamente, lo que se siembra se cosecha y es necesario aprender a corregir los errores en el transcurso de muchas vidas mediante la reencarnación, hasta llegar al nirvana. Así pues, el problema de la humanidad es la ignorancia.

CRISTIANISMO BÍBLICO
- Jesús es el único Hijo de Dios, completamente divino y completamente humano; y es el Salvador del mundo (Col. 1:15-17; Jn. 1:1, 14; 8:24; 14:6, 11; Mt. 17:5; 2 Jn. 1:7; 1 Jn. 2:22).
- En la Biblia se plantea que Dios es el Creador del hombre y que éste pecó en el principio y continúa pecando contra su Creador, al alejarse de sus leyes y normas de moral. El pecado es desobedecer los mandatos de Dios y esto arruina la creación y la vida del hombre ante Dios; por tanto, el pecado hace al hombre enemigo de Dios, lo separa de la comunión con él y lo lleva al eterno castigo de la condenación del alma después de la muerte (Mt. 5:48; Jos. 4:17 Rom.3:23; 6:23; Is. 59:2). Así pues, el problema de la humanidad es la rebelión moral del género humano contra sus leyes porque todos somos pecadores ante Dios (Rom. 3:9-20), y somos dignos del justo juicio de Dios, y no podemos salvarnos ni cambiarnos a nosotros mismos; sin embargo, el Padre envió al Hijo (Jesucristo), quien tomó forma de hombre y vino al mundo a morir por nuestros pecados, dándonos la oportunidad de reconciliarnos con Dios y alcanzar el perdón de nuestros pecados, la salvación y la vida eterna si creemos en su obra en la cruz a nuestro favor. Este mensaje es el evangelio y fue confirmado y sigue siendo confirmado con el poder de Dios, manifestado en vidas cambiadas, liberaciones de posesiones demoniacas, milagros, sanidades y señales que evidencian la gracia de Dios para los que creen.
- En otras palabras, la solución al problema del ser humano es el perdón del pecado y la reconciliación con Dios a través de Cristo. Ahora bien, los medios para la solución de este problema es creer de todo corazón en la obra completa y sustitutiva de Jesucristo, y esto lleva a un verdadero arrepentimiento y a una conversión genuina (Rom. 4:5; Ef. 2:8, 9). El resultado de la solución es la comunión eterna con Dios a través de Cristo porque el creyente desarrolla una relación personal y restaurada con Dios, en la cual puede conocer más de sus atributos y perfecciones (Jn. 17:3).
- El contenido fundamental del Hinduismo es radicalmente diferente del mensaje de un Dios personal que llama a los hombres al arrepentimiento y a la reconciliación con él; mientras el sistema de creencias del Hinduismo habla de una deidad impersonal a la que es preciso llegar a través de una vida de rituales y ceremonias externas y de experiencias místicas, durante un ciclo de muchas reencarnaciones y con la opción de adorar a muchos dioses, la Biblia nos muestra un solo camino y es Jesucristo, quien es Dios justo, misericordioso, perdonador, lleno de amor y compasión, y él dice: “Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Ap. 3:20).
- En contraste con el karma y su rueda de reencarnaciones en el Hinduismo, Jesucristo muestra que existe el pecado, la enemistad contra Dios y contra el prójimo, y con todas las consecuencias personales y sociales que ello conlleva: egoísmo, odios, luchas, homicidios, avaricia, impureza, etc. Y la mayor consecuencia es que, según la Biblia, “…está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio…” (Heb. 9:27). Así, Dios se encarnó una sola vez, haciéndose miembro de la raza humana, en la persona del Hijo. Por medio de esta verdadera encarnación, como verdadero Hombre pero siendo a la vez Dios, el Hijo, enviado por iniciativa del Padre por amor a los hombres y como provisión divina, pagó las culpas de los hombres, habiendo venido a formar parte de su raza, pero siendo él sin culpa ni pecado.
- El camino de la salvación, según la Biblia, fue anunciado por los profetas del A.T. y proclamado por los apóstoles en el N.T.; su mensaje es Cristo y es necesario aceptar el don del amor de Dios, porque Jesucristo lo ha hecho todo por nosotros en la cruz, al morir en lugar de nosotros, llevando nuestra culpabilidad y nuestro castigo, para que mediante la fe en la palabra de Dios y su obra, seamos reconciliados con Dios y tengamos paz. ¿Dónde quedan las obras? Según el N.T., tienen desde luego su lugar pero no son el camino de la salvación, sino el camino de aquel que ha recibido la salvación, porque la salvación es «no por obras», pero «para buenas obras». Las obras no son la causa, sino la consecuencia de una salvación recibida y vivida (Ef. 2:8-10).
- En conclusión, todo ser humano es pecador y necesita creer de verdad en Cristo como Salvador y Abogado ante el Padre, reconociendo que solo Cristo llevó una vida perfecta y conforme a la justicia de Dios; por esta fe y por gracia divina el hombre es justificado en Cristo, es reconciliado con Dios y escapa del juicio de Dios por el pecado; además, puede vivir eternamente con Dios (Rom. 5:1, 9, 10; 1 Ts. 4:17, 18; Ap. 7:9). Según la Biblia, nuestra necesidad espiritual es de liberación del juicio de Dios sobre nuestro pecado y de restauración a una vida bajo su dirección y cuidado. Esta salvación puede ser provista solo mediante el amor inmerecido de Dios en beneficio nuestro.
- Según la Biblia, en el plano físico, Dios le da al hombre una sola vida y una sola muerte. El alma es inmortal y fue creada para la eternidad pero ésta será salva o condenada si pone o no la confianza en Cristo como Salvador. Para aquellos que vivieron en épocas anteriores a Cristo o que vivieron en cualquier periodo de la historia y nunca escucharon el evangelio, Dios juzgará a cada hombre según su conciencia, sus motivaciones y él será el único juez para determinar si el alma está en la gloria de Dios, esperando la resurrección de los muertos o en el infierno, esperando el día del juicio final.

CÓMO COMPARTIR EL EVANGELIO EN ESTE CONTEXTO CULTURAL Y RELIGIOSO  
                                                                                                 
Qué hacer

- Permita que los hindúes le brinden una explicación de sus creencias y prácticas particulares.
- Educadamente comparta historias de la Biblia que ilustran el amor y el perdón de Dios.
- Enfatice el perdón exclusivo encontrado solo en Jesús a través de la fe.
- Esté consciente de las concepciones erróneas que pueden tener los hindúes acerca del Cristianismo debido al desconocimiento de la Biblia.

Qué no hacer

- Preguntarle a un hindú a qué casta pertenece.
- Asumir que todos los hindúes creen o practican las mismas cosas.
- Hacer chistes de las prácticas o creencias hindúes tales como el politeísmo, los rituales, las ceremonias en los templos, etc.
- Invitarlos a comer y ofrecerles carne o comer carne delante de ellos.

PARA REFLEXIONAR

Existen testimonios de hindúes y gurús (líderes reconocidos en esta religión) convertidos a Cristo los cuales han tenido una experiencia personal con Cristo y han podido abandonar este sistema religioso humano. Lamentablemente, muchos de ellos sufren desprecios, difamaciones, persecuciones, agresiones físicas con armas de todo tipo y hasta muerte, por causa de su fe en Cristo; otros han perdido sus viviendas y sus templos porque los extremistas hindúes los han incendiado (aún con los creyentes adentro); otros han tenido que huir de sus poblaciones y buscar refugio en otros lugares, pasando necesidades y frío; todo esto lo sufren con la amenaza de renunciar a su fe en Cristo y volver al Hinduismo; sin embargo, como seguidores de Cristo, es nuestro deber llevarles el evangelio según la oportunidad que Dios nos dé (internet, televisión, radio, literatura o trabajo misionero en los lugares donde ellos viven). Es un proceso difícil pero para Dios no hay nada imposible cuando el corazón se dispone a creer en la Palabra de Dios. Por tanto, oremos al Señor por todas las personas que viven bajo este sistema de creencias y pidamos a Dios que el evangelio llegue a miles y millones de hindúes, que conozcan a Cristo y que sean libres de la esclavitud espiritual en la que se encuentran.

martes, 20 de octubre de 2015

Evangelismo Bíblico Parte XVI


C. La ley del Karma
La ley del Karma dice que cosechamos (en nuestras futuras reencarnaciones) lo que sembramos (en esta vida presente). Sin embargo, la Ley del Karma presenta los siguientes problemas:
1. ¿Quién administra esta ley? Nadie. Se necesita mucha fe para creer que una fuerza impersonal puede mantener un registro perfecto de los créditos y débitos de una persona y luego llevar a cabo perfectamente su sistema de justicia.
2. ¿Cómo se descubren los requisitos del Karma? Parece no haber alguna manera de saber realmente lo que el Karma nos ordena hacer. En la práctica entonces, esto permite que cada persona determine por sí mismo lo que está bien y lo que está mal, y que atribuya de forma personal y relativa cuándo se está cosechando de lo que se sembró antes. Esto, naturalmente, coloca la responsabilidad de todo exclusivamente en el individuo, quien por su propia voluntad y preferencia, determina el curso y los valores de su vida. Por lo tanto, podemos decir que el Hinduismo es relativista porque todo es interpretado de manera diferente por cada persona.

La palabra karma significa "acción", pero el concepto religioso tiene que ver más con los resultados o consecuencias de las acciones. La doctrina del karma dice que cada pensamiento o acción da como resultado ciertas consecuencias que nacen del pensador o actor. Si una persona miente o roba, se verá perjudicado de alguna forma en el futuro (en esta vida o en otras vidas posteriores). Los hindúes creen que todo sufrimiento se debe a las propias acciones del pasado (en esta vida o en una vida previa). Algunos creen que el karma implica un estricto determinismo, por lo cual cada uno simplemente debe resignarse a vivir su karma. La mayoría, sin embargo, cree que, si bien nuestro presente está determinado por nuestro pasado, podemos influir en nuestro futuro, conduciéndonos en una forma correcta en el presente.

El karma exige la reencarnación debido a que si alguien mata una hormiga, en su siguiente reencarnación debe volver como hormiga con la conciencia de que es hormiga, a fin de morir tal como ha muerto. Si alguien mata un escarabajo, en la siguiente vida ha de volver como escarabajo. Esto lleva a dos consecuencias prácticas en el Hinduismo: (1) la esclavización de los hombres bajo toda una seria de plagas que no se atreven a combatir, porque (a) podrían estar matando a un difunto pariente o amigo; (b) temor a las consecuencias del karma, que inutilizaría todos los pasos hechos en el yoga hacia la salida final de la rueda de las reencarnaciones. (2) La falta total de compasión en la sociedad hindú como tal. Esto lo veremos a continuación.

D. Samsara (Reencarnación)

El Hinduismo cree que una persona, debido a la ley del karma, se reencarnará en alguna otra forma de existencia después de la muerte. Cree no solamente en la pre-existencia, sino además en las existencias previas. Hay quienes afirman que la gente que se reencarnó es capaz de recordar experiencias de sus anteriores vidas. ¿Qué responderías a esto?
* En primer lugar, el supuesto recuerdo de vidas pasadas no implica la presencia o existencia de vidas pasadas. La cognición (idea) de acontecimientos o personas tampoco implica su realidad en el pasado.
* En segundo lugar, aquellos que afirman tener la capacidad de reconocer personas o eventos del pasado suelen reconocer normalmente solo una anterior vida, no múltiples vidas.
* Por último, este conocimiento puede estar ligado a una manifestación demoníaca en la persona que dice recordar sucesos de una vida pasada.

Por otra parte, la reencarnación también está asociada con el sistema de castas. Según la enseñanza hindú, hay cuatro castas o clases sociales básicas (y miles de subgrupos dentro de las castas). Cada una tiene sus propias reglas y obligaciones relacionadas prácticamente con cada una de las facetas de la vida. Arriba de todo están los Brahmanes o sacerdotes. Segundos en jerarquía son los Kshatriyas o guerreros y los gobernantes. Terceros son los Vaisyas o comerciantes y los agricultores. Debajo de ellos están los Shudras o la clase trabajadora. No obstante, el nirvana (que es su concepto del cielo y el estado de gozo en unidad con Brahma) solo es posible para las tres castas superiores. Fuera del sistema de castas están los intocables o parias; aunque este sistema fue anulado a fines de la década de 1940, muchos en el campo todavía son considerados parias.

La casta de una persona está determinada al nacer por su propio karma personal. Los intentos, por lo tanto, de lograr un cambio social o de mejorar la posición social propia parecerían ir en contra de la ley del karma y el sistema de castas.

Según esta creencia de la reencarnación, cada ser humano que muere se reencarna en otro, ya sea humano o animal, y este ciclo se repite eternamente. Si alguien se reencarna en una persona perteneciente a una casta inferior o a un intocable es debido a que su comportamiento (karma) no fue bueno en su vida anterior. Y como no es posible recordar las vidas anteriores, los hindúes aceptan su suerte resignadamente sin siquiera pensar en rebelarse, puesto que ellos creen ser los únicos responsables de su precaria situación.

Siendo la vida terrenal un valle de lágrimas, el objetivo a conseguir es librarse del samsara (la rueda de las reencarnaciones) y alcanzar el nirvana, objetivo que solo alcanzan algunos privilegiados (los que van logrando una casta superior). Estos son los sadus, ascetas y santones que consagran su vida a alcanzar dicha meta.

Las herramientas de las que se valen para conseguirlo son la meditación, el yoga, el ayuno y la mortificación del cuerpo. Muchos de estos sadus renuncian a toda posesión de bienes materiales y viven como ermitaños sin contacto con la sociedad. Las torturas físicas que se infligen no están encaminadas a expiar sus culpas (porque el concepto de pecado no existe en el hinduismo), sino que es un medio para alcanzar poderes sobrenaturales e incluso para elevarse a la categoría de dios. Así podemos encontrar en la India ascetas que llevan años de pie sin sentarse jamás -ni siquiera para dormir-, u otros que, al contrario, permanecen indefinidamente sentados en la misma posición.

También es frecuente que no busquen cobijo ante los rigores del clima (lluvias monzónicas, frío invernal o calor tórrido en el verano), porque lo soportan con tan solo unos harapos como única vestimenta. La recompensa, como se dijo anteriormente, es la adquisición de poderes sobrenaturales; por ejemplo, son conocidas las proezas de algunos: pasar semanas enterrados bajo tierra, tenderse sobre camas de afilados pinchos, sobrevivir a la picadura de serpientes venenosas o evitar cualquier clase de enfermedad. En realidad, se dice que pueden poner fin a su vida cuando lo deseen e incluso a algunos, que han desaparecido sin dejar rastro, se les atribuye la capacidad de disociar los átomos que componen la materia.

Dado que es imposible que todo el karma de una persona sea experimentado en una vida, las escrituras hindúes afirman que después de la muerte las almas individuales "renacen" en este mundo en otro cuerpo-humano o animal. El tipo de renacimiento de una persona está determinado por el karma resultante de acciones pasadas.

Estrechamente asociada con la doctrina de la reencarnación está la del ahimsa o de no dañar las cosas vivas. Éste es un valor moral central del Hinduismo: la protección de toda vida (que es, en última instancia, divina), y es la principal razón por la que algunos hindúes son vegetarianos.

Así pues, no es extraño que el principal objetivo del hindú sea experimentar la liberación de este ciclo de muerte y renacimiento causado por el karma (los hindúes llaman a esta liberación moksha)

Uno de los objetivos del Hinduismo es que el alma individual se una con el alma universal o Brahma. Mientras esto llega a suceder, el alma individual nace una y otra vez. 

El Karma es una ley donde se encuentra el equilibrio de las acciones buenas y las malas de la persona. Conforme el alma logra obtener buen Karma, las posibilidades de que se rompa el ciclo de nuevos nacimientos aumentan; es entonces cuando el alma del ser humano se une para siempre con el alma universal (Brahma). Pero, si el alma tiene más karma malo que bueno, el alma tendrá más nacimientos, dejando así que la unificación con el alma universal se aplace.

¿Cómo lograr las buenas obras, romper el ciclo de nacimientos y conseguir la libertad? El Hinduismo tiene tres caminos: la actividad, el conocimiento y la devoción.

El primer camino tiene que ver con las obras o karma yoga. Éste es un camino muy popular de salvación y pone énfasis en la idea de que la liberación puede ser lograda cumpliendo con los deberes propios y familiares y, de esta forma, vencer el peso del karma malo que se ha acumulado. El Código de Manú detalla muchas de estas reglas. Entre lo que se considera más importante de estas reglas son ciertos ritos que son cumplidos en distintas etapas de la vida. En otras palabras, un hindú puede perfeccionarse suficientemente a través de rituales religiosos y obras en las vidas sucesivas, y finalmente llegará al nirvana; además, debe traer ofrendas y sacrificios a dioses, diosas y espíritus en ceremonias que pueden hacerse en templos u hogares.

El segundo camino de salvación es el camino del conocimiento, o jnana yoga. La premisa básica del camino del conocimiento es que la causa de nuestra esclavitud al ciclo de renacimientos en este mundo es la ignorancia, o avidya. Según el punto de vista predominante entre los que están consagrados a este camino, nuestra ignorancia consiste en la creencia errónea de que somos seres individuales y no UNO con la realidad divina última, llamada Brahma. Es esta ignorancia la que hace surgir nuestras malas acciones que dan como resultado un karma malo. La salvación se logra al obtener un estado de conciencia en el que nos damos cuenta de nuestra identidad con Brahma y por ende, la prioridad es encontrar en todas las cosas la simple esencia del alma universal. La práctica del yoga y la meditación profunda facilitan la experiencia mística del alma individual con el alma universal.

El tercer y último camino de salvación es el camino de la devoción o bhakti yoga. Este es el camino más elegido por la gente común de la India; satisface el deseo de un acercamiento más emocional y personal a la religión. Es el auto-renunciamiento ante uno de los muchos dioses y diosas del Hinduismo. Este tipo de devoción es expresado mediante acciones de adoración (puja), en el templo, en el hogar, mediante la participación en los muchos festivales en honor a este tipo de dioses, y mediante peregrinaciones a alguno de los numerosos lugares sagrados en la India. En el camino de la devoción, el foco está en obtener la misericordia y la ayuda de un dios para lograr la liberación del ciclo de reencarnación. Algunos hindúes conciben la salvación última como la absorción dentro de la única realidad divina, con una pérdida completa de la existencia individual. Otros la conciben como una existencia celestial en adoración al Dios personal.

Ahora note las diferencias que hay entre los tres caminos: El último es el más practicado por decenas de millones de hinduistas, pues es más atractivo; por eso, es la creencia más conocida en el Hinduismo. Sin embargo, se cree que cualquiera o todas estas acciones llevan al nirvana.

Notas:
- Un tema de controversia en el Hinduismo es la posición desventajosa de la mujer. Como sucede en el islamismo (otra gran religión en la India), en el Hinduismo la mujer es ritualmente inferior. En el censo de 2011 de India, se encontró que por cada 100 mujeres hay 109 varones. Una de las razones que explica este fenómeno es que muchas mujeres abortan los fetos de sexo femenino. En las familias hinduistas, las hijas son indeseadas, ya que para casar a las hijas, el padre debe pagar una dote, y muchas veces el pago de la dote conlleva el empobrecimiento de la familia. Sin embargo, esto es más una tradición cultural de la India que una sanción religiosa del Hinduismo.
- Según las escrituras hindúes, el Gita y los Vedas, es malo procurar el bien de los parias o de los desafortunados. Lo que padecen es consecuencia del karma, y se debe dejar que lo padezcan para de esta manera llegar en la vida siguiente a una mejor reencarnación. Esto conduce a la pasividad social, al estancamiento, a la pobreza, abre paso a las epidemias y al hambre. Ante la llegada de misioneros cristianos de occidente, los sacerdotes hindúes han tratado de hacerles ver que desde una perspectiva hindú no estaban haciendo un bien a los pobres al ayudarlos. Toda la acción sanitaria y benéfica en la India ha tenido su origen desde fuera de la India, y ha sido resistida por los brahmanes, la casta superior, privilegiada y rica, que la ha considerado como un mal fundamental que se hacía a aquellos que precisaban pagar su karma de vidas anteriores en esta vida presente.
- Más adelante estudiaremos el Budismo y revisaremos la vida de Gautama Buda, un príncipe indio, hacia el siglo 5 a.C., quien reaccionó contra el Hinduismo y su implacabilidad, y formuló su propio sistema. Es preciso añadir que las diversas formas de Budismo que se profesa en la actualidad y el culto al Buda deificado chocan frontalmente contra lo que Buda enseñó, siendo que negaba la deificación de ningún hombre, estando él incluido.

CRISTIANISMO BÍBLICO
- La Biblia aborda la pregunta del origen de todas las cosas y ofrece una respuesta contundente sobre el universo y el propósito de su existencia.
- Algunos han asemejado la doctrina del karma a la afirmación de Gál. 6:7: “todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”. Ciertamente es una enseñanza bíblica que nuestras acciones tienen consecuencias para bien o para mal, pero esto no es lo mismo que creer que cada experiencia en la vida es consecuencia de las propias acciones del pasado. Ésta no es, definitivamente, una idea bíblica, ya que la Biblia manifiesta que existen muchos factores que pueden intervenir en cada caso debido a la complejidad del ser humano, de la vida y de la soberanía de Dios.
- La Biblia muestra que hay una sola vida y una sola muerte en el ámbito físico (Heb. 9:27); entonces, ella no da pie para confirmar el concepto de la reencarnación; más bien, la Palabra de Dios habla de la resurrección de los muertos y una vida eterna, la cual obtienen aquellos que confían en la justicia de Dios y buscan su reino, conforme a su voluntad revelada en la Biblia. 
- La verdad divina de la Biblia es una sola y no da lugar al peligroso relativismo donde todo puede ser aceptado y aprobado en nombre del respeto por la diferencia.
- La Biblia es vertical para revelar que aquellos que mueren sin poner su fe en Cristo sufrirán el tormento eterno en el infierno, pero aquellos que confían en Cristo vivirán con él para siempre en una paz interminable (Ap. 20:11-15; Jn. 14:1-3). La razón de esta posición radical es que Jesucristo como Salvador pudo dar plena satisfacción a la justicia divina, pagando por los pecados de todos los hombres, a fin de que todo aquel que acepte en don de Dios, creyendo en Jesucristo, reciba gratuitamente la vida eterna; esta vida eterna se recibe ahora por la fe, pero también se manifestará plenamente en el creyente en la resurrección, llegando a una relación directa con Dios en gloria e inmortalidad.
- En los evangelios y en el N.T., Cristo resalta el valor de la mujer y promueve la misericordia, la generosidad y la solidaridad con los más necesitados. Estos han sido algunos de los más grandes aportes del Cristianismo al mundo, además del fomento de la libertad y la igualdad entre los seres humanos para que todos seamos uno en Cristo.