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domingo, 18 de octubre de 2015

Evangelismo Bíblico Parte XV


III. PRINCIPALES CREENCIAS DEL HINDUISMO

A. El concepto de Dios
Las antiguas porciones de las escrituras hindúes (los Vedas) describen una cantidad de deidades que, en su mayor parte, son personificaciones de fenómenos naturales, como las tormentas y el fuego. Así pues, las oraciones y los sacrificios son ofrecidos a estos dioses y un amplio sistema de rituales y sacrificios sacerdotales fue desarrollado con el tiempo y sirvió como medio de obtener la bendición de estos dioses. Sin embargo, las porciones posteriores de los Vedas, llamadas Upanishads, reflejan un concepto distinto de lo divino en el Hinduismo. Muchos de los Upanishads, en vez de hablar de una multitud de dioses, se refieren a una realidad última más allá de nuestra comprensión, llamada Brama.

Los hindúes ven a Dios como Brama o Brahmán, una fuerza impersonal (todo en uno), la última realidad, el alma universal, la verdad absoluta, una unidad impersonal de la que todo y todos son parte. Entonces, cuando se habla de Dios, el concepto es que Dios es el TODO; es decir, todo es Dios y nada hay que no sea Dios.

La forma más alta de Brahmán es llamado Nirguna que significa “sin atributos o cualidades”, pero el concepto hindú de Dios continuó cambiando en la dirección de un Dios que era personal. Nirguna Brahmán se convirtió en Saguna Brahmán (brahmán con atributos, también llamado Ishvara), quien se hizo conocer a la humanidad a través de tres manifestaciones llamadas Trimurti: Brahmán (El Creador), Visnú (El sustentador), y Shiva (El destructor). Por tanto, Brahmán tiene múltiples funciones que desempeñar: crear, mantener y destruir; todo en uno. Esto puede considerarse como el origen de la trinidad de los dioses: Brahma (el creador), Visnú (el preservador) y Siva (el destructor).

Saguna Brahmán (o Ishvara) se personificó aún más a través de las diez encarnaciones míticas de Visnú, llamadas avatares, en formas de animales o personas. De ahí que existen algunas leyendas tal como La Ramayana y La Mahabharata (que incluyen las populares Bhagavad-Gita), las cuales narran estos mitos.

Fuera de las principales deidades del Trimurti y los avatares, se estima que hay otros 330 millones de dioses en el Hinduismo.

Justo antes del amanecer de la era cristiana ocurrió una gran transformación en el Hinduismo, alentada particularmente por la escritura del Bhagavad Gita, el cual describe las hazañas del dios Krishna y enfatiza la importancia de la devoción personal a un dios como la esencia de la verdadera religión, más que el conocimiento intuitivo de la unidad de todas las cosas.

Desde este tiempo en adelante, estas dos corrientes principales del pensamiento y la práctica hindú crecieron y se desarrollaron (la corriente más intelectual y filosófica que enfatizaba la unidad de todas las cosas, y la corriente que enfatizaba la devoción personal a un dios). La última corriente ha predominado entre la gente común de la India hasta el día de hoy.

Por ejemplo, en la India hay muchos templos dedicados a Siva (o a una de sus “esposas”, como es el caso de Kali), o a Visnú (o a una de sus diez encarnaciones, conocidas como avatares).

Aquí surge una pregunta: ¿cómo tal multitud de creencias acerca de lo divino puede llegar a coexistir en una religión? Sin embargo, ninguno de los dioses personales del Hinduismo es exclusivo o único en ninguna forma; todos son simplemente diferentes formas de concebir la única realidad detrás de todas las cosas, es decir, Brahmán.

Claramente vemos que el Hinduismo es politeísta (cree en muchos dioses) y panteísta (plantea que Dios es todo y que todo es Dios). No obstante, el Hinduismo carece de una doctrina única. Cada rama de dicha religión sigue la suya propia: los visnuistas adoran al dios Visnú (y creen que Krishna es su avatar); en cambio los krisnaístas adoran exclusivamente al dios Krishna, y consideran que Visnú es su avatar.

En la doctrina vedanta esa suprema realidad es denominada Brahmán, y se considera que es el aspecto original de Dios. Todos los demás dioses y seres del universo son su expresión, por lo que se le considera «principio del universo».

Los shivaístas creen en un solo dios, Shiva, y niegan la importancia de Brahmán y Visnú. Su visión monista del universo ha sido plasmada en los Shiva-sutras. Por otra parte, la doctrina samkhia de Kapilá es una filosofía profundamente atea y actualmente considerada ortodoxa.

En textos occidentales llegó a hacerse popular la tríada hinduista, llamada Trimurti (tres formas [de Dios]: los dioses masculinos Brahmán, Visnú y Shiva), pero generalmente nadie adora a esa tríada. Muchos hinduistas adoran a la diosa Durgá (conocida por algunos por uno de sus aspectos como Kali), pero también a un gran número de otros dioses, incluidos dioses comarcales (por regiones).

Muchos hinduistas creen en un solo dios (monoteísmo), pero a su vez, muchos creen en varios dioses (politeísmo); por ejemplo, varias religiones de la India profesan el sincretismo. Por otro lado, existe el culto con imágenes porque, para los hinduistas, Dios puede entrar en una estatua (murti) para permitir su adoración (baño, ofrenda de comida, etc.) como misericordia para facilitar la iniciación del practicante en su camino espiritual, teniendo una forma material que le facilite su entendimiento y amor a Dios. Conforme se avanza, se inicia a percibir a Dios en todo cuanto existe, para finalmente no ser necesario ningún murti, llegando incluso a sentir o ver a Dios dentro de todo ser creado (panteísmo). Esa forma es Paramatma, la forma que compenetra todo lo existente y hace a Dios su cualidad omnipresente y omnisciente. Es por ello que al final, todo cuanto existe es sagrado y se le mira con reverencia y amor.

Hay prácticas que todos respetan, como reverenciar a los brahmanes (sacerdotes) y a las vacas; por ejemplo, no se come la carne de éstas y solo se casan con una persona de la misma casta (por eso, el Hinduismo establece el sistema social de castas).

Cabe mencionar que la vaca es adorada por los hindúes (aunque no por todos) ya que es considerada por muchos como una encarnación de una deidad; por tanto, es reverenciada como sagrada al considerarla una madre, ya que se le extrae leche (a la fuerza), que es la base de la cocina india.

Por otro lado, hay sacerdotes brahmanes que son adorados como un avatar y algunos hindúes les presentan ofrendas.

CRISTIANISMO BÍBLICO
- Hay un solo Dios expresado en tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (Dt. 6:4; 2 Cor. 13:14); estas tres personas tienen la capacidad de pensar, sentir, crear, decidir, hablar y revelarse a sí mismas y la Biblia lo confirma. El Dios único y verdadero se dio a conocer mediante la revelación natural de su creación y mediante la revelación escrita de la Biblia, a fin de tener una relación personal con el ser humano; por tanto, no existe otro dios a quien invocar o adorar (Is 43:10; 44:8) y la Biblia rechaza claramente la adoración a otros dioses aparte del Dios vivo porque son invenciones del corazón humano.
- La Biblia no acepta la adoración de imágenes, de animales, de objetos, de hombres o de cualquier cosa aparte de la adoración al Dios único y verdadero.
- La Biblia no da lugar al sincretismo religioso y presenta mandamientos y enseñanzas unificadas sobre Dios, su voluntad, la forma correcta de adoración y todo lo que se exige a quienes profesan identificarse con el camino de la justicia de Dios.
- La Biblia determina la verdad divina y no da pie a la relatividad de conceptos, creencias y prácticas porque fue inspirada por Dios, cuyas virtudes son la sabiduría, la justicia, el orden y el amor, entre otras.

B. El concepto del hombre
Junto con la idea de una única realidad divina, los Upanishads también enseñan que en el núcleo de nuestro ser (referido como "Atman") somos idénticos a esta realidad última (Brahmán). Así pues, el Hinduismo cree que el yo de los seres humanos (Atmán) es continuo y que contiene algo de Brahmán. Una lustración de su creencia es ésta: así como el aire dentro de una jarra es idéntico al aire alrededor de la jarra, así la esencia del ser humano es idéntica a la de Brahmán. De esto podemos afirmar también que el Hinduismo es panteísta porque todos los seres humanos son considerados como parte de Dios mismo.

En otras palabras, según la enseñanza hindú, el hombre es divino en el núcleo de su ser. ¡Él es uno con Dios! El problema es que el hombre desconoce este hecho; está engañado por concentrarse en este mundo temporal y material, y su desconocimiento provoca acciones que resultan en un karma malo y esto nos aprisiona en el ciclo de reencarnación.

Un dicho popular en el Hinduismo es “¡Atman es Brahmán!” - De hecho, todas las cosas vivas son Brahmán en su núcleo más interior. Además, en reemplazo del sacrificio ritual, el conocimiento intuitivo de la unidad de todas las cosas llegó a ser convalidado como la forma de hacer contacto con la realidad divina. También se encuentra en los Upanishads la enseñanza de que el mundo material (incluyendo nuestras personalidades conscientes) es algo menos que plenamente real.

La palabra "maya" es usada para designar el poder mediante el cual Dios, o la realidad última, trajo a la existencia este mundo algo menos que real.

CRISTIANISMO BÍBLICO
- Según la revelación bíblica, el Creador y la creación son cosas bien diferentes. El Creador es eterno, autoexistente, personal y distinto de sus criaturas humanas, que poseen una personalidad y voluntad distintas y propias, y que pueden mantener una relación de amor con el Creador, de forma libre y por tanto, vivida de manera genuina, con el gozo de la conciencia y con la conciencia del gozo. Por tanto, la Biblia no habla de Dios como un ser impersonal o como una fuerza. Además, aunque Dios todo lo llena, él existe independiente de su creación porque es eterno e inmutable.
- El hombre es la creación más importante de Dios en la tierra y fue hecho a su imagen y semejanza pero jamás puede igualarse a Dios; por otra parte, la Biblia delimita la diferencia entre el hombre y los animales, colocando al hombre por encima de ellos y dándole un valor especial delante de Dios, como administrador del planeta tierra, pero está separado de él por causa del pecado; a pesar de ello, es profundamente amado por Dios y es llamado al arrepentimiento, la reconciliación y la conversión mediante la fe en Cristo (Sal. 8:5, 6; Gn. 1:27; Núm. 23:19; Rom. 3:23; Jn. 3:16).
- Según la enseñanza bíblica, la fuente de nuestra separación de Dios, no es el desconocimiento de nuestra divinidad sino nuestra rebelión pecaminosa contra Dios y su propósito para nuestras vidas.
- La Biblia habla de la creación de Dios, la naturaleza y todo lo existe; muestra su origen, su propósito y su realidad. En otras palabras, da una explicación lógica y coherente a la existencia del universo y del hombre en la tierra.  


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