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domingo, 4 de octubre de 2015

Evangelismo Bíblico Parte XIII

c. ¿Cómo verificar la validez de un sistema de creencias?

Todo sistema de creencias debe ser puesto bajo la lupa del análisis crítico para evaluar si corresponde con la realidad o debe ser descartado como irracional e ilógico. Así pues, existen cuatro realidades que deben ser explicadas por cualquier sistema de creencia y la validez del sistema depende del grado de solidez con que el cual éste mismo responde a estas realidades.

1. La existencia del universo
Es obvio que el universo existe y es imposible demostrar que no existe. Algunos sistemas de creencia simplemente niegan la existencia del universo material y piensan que el universo o el mundo es una ilusión. Alguien podría decir que el universo es una ilusión pero mira para ambos lados antes de cruzar la calle: podría ser que un camión de carga pesada lo arrolle porque el chofer no está enterado de que la realidad es una ilusión. También tiene que comer, beber y vestirse como cualquier otro ser humano. Resumiendo: no puede vivir lo que cree o predica porque su sistema de creencias no tiene validez en la razón y en la lógica. Sin embargo, cualquier cosmovisión razonable debe reconocer y explicar por qué el universo existe (al menos en los aspectos esenciales).

Otro ejemplo lo vemos en el ateísmo, el cual tampoco puede explicar la existencia del universo.  Las opciones que tiene son:
- El universo es eterno.
- El universo es una ilusión.
- El universo se originó de la nada.

Obviamente, ninguna de las afirmaciones anteriores es sostenible en el mundo de las ideas y la razón:
El universo es eterno: Este punto es negado por la propia razón ya que no hay ninguna evidencia de ello.
El universo es una ilusión: Esta opción ha sido invalidada en párrafos anteriores.
El universo surgió de la nada: El primer principio de la física es: De la nada, nada deriva. Un niño entiende esto. La falla del razonamiento es demasiado evidente.

La única opción viable es que el universo fue creado por un ser supremo, pero esta opción no está disponible para el ateo, porque aceptarla abre la puerta para discutir la existencia de un ser trascendente, infinito, ultradimensional y todopoderoso, pero es la opción más lógica (y es la única razonable). Así pues, el ateo no puede demostrar su creencia de que Dios no existe porque es ilógica e irracional y se refuta a sí misma. A continuación se presentan las razones:

El ateísmo tampoco puede vivir lo que piensa o predica
a. Este sistema dice que Dios no existe. El ateísmo es irracional desde el momento en que niega la existencia de Dios. El problema es que el ateo nunca puede estar seguro de tal cosa por más que lo afirme. Para asegurar que Dios no existe, el ateo debería tener la capacidad de estar en todos lados al mismo tiempo, en todo el pasado, presente y futuro, y descubrir que no encontró a Dios. Esto significa que la persona tendría que ser omnipresente, omnisciente y omnipotente. En síntesis, tendría que ser Dios.

El credo implícito del ateísmo viola las leyes de la lógica, y por consiguiente, es irracional e inaceptable para una mente sensata. Además, tratar de probar un negativo universal es una falsedad lógica (un imposible). En otras palabras, el ateo no puede probar que Dios no existe; solo lo puede afirmar con palabras pero su creencia no tiene evidencias.

Por otra parte, el ateísmo es materialista. Debido a que reduce toda realidad a lo que es físico en naturaleza; para él, Dios y el alma no pueden existir porque son de naturaleza inmaterial. Este concepto de materialismo es la base de varios sistemas filosóficos y políticos. El materialismo es incapaz de proporcionar base suficiente para la verdad, la justicia y la moral porque cree que todo es relativo. El compromiso de este concepto es con un universo amoral donde no existen normas de justicia, verdad o moral. El materialismo originó el nazismo en el pasado, y hoy es la base del marxismo y el humanismo secular de occidente. Así pues, en este razonamiento, los seres humanos son una colección desordenada de moléculas sin valor propio. No olvidemos que el Tercer Reich y la USSR crearon un vasto sistema de campos de concentración donde la vida humana no tenía valor. Hoy en día, el aborto al por mayor es una expresión más del materialismo. Cuando una corriente de pensamiento pretende reducir la vida al nivel de una piedra o un tronco de árbol, significa que NO PUEDE EXPLICAR LA VIDA TAL COMO ES.  

Si todas las ideas son nada más que una secreción química del cerebro y no se diferencian en nada con cualquier otra secreción del cerebro, EL MATERIALISMO NO ES MAS QUE UNA SECRECION DEL CEREBRO. Por lo tanto, SE REFUTA A SI MISMO. Cualquier sistema filosófico que se refuta a sí mismo nos debe causar compasión y repugnancia al mismo tiempo.

b. El ateísmo conduce al relativismo. Para poder responder los argumentos teístas, los ateos no tienen otra opción más que recurrir al relativismo:

Premisa: Como Dios no existe…
Conclusión: los absolutos no existen.

Premisa: Como los absolutos no existen…
Conclusión: todas las cosas son relativas.

Premisa: Como todo es relativo…
Conclusión: la lógica es relativa.

Negar la validez de la lógica es el último refugio para el ateo. Es lamentable que queden en ridículo al tratar de refutar todo porque recurren a las propias leyes absolutas de la lógica.

Los ateos no se dan cuenta que SI LOS ABSOLUTOS NO EXISTEN, ellos mismos no podrían afirmar que la creencia en Dios es absolutamente errónea.

Para el ateo es imposible decir objetivamente que el teísmo es falso, ya que ellos mismos niegan la objetividad.

La idea de que “todo es relativo” no es posible de ser vivida y no solo eso, sino que es autorrefutable, ya que cuando se propone, siempre es propuesta en calidad de absoluto. Así pues, los que piensan así…

NO PUEDEN PRACTICAR O VIVIR LO QUE ENSEÑAN.

2. La forma y las leyes del universo
El universo que tenemos frente a nosotros no carece de forma ni de leyes; no es un universo donde cada uno tiene su propia experiencia o su realidad privada e independiente.

Si un judío, un budista, un musulmán, un cristiano, un ateo y un hindú saltan al vacío de un precipicio, todos morirán porque existe la ley de la gravedad, la cual no está interesada en lo que ellos creen.

¿Hay leyes que rigen el universo? Por supuesto. La predicción de los eclipses es clara prueba de ello. Los eclipses no son una ilusión, porque una ilusión existe en la mente de la persona que sufre la ilusión, pero una vez que podemos correlacionarnos con la mente de otros que predicen lo mismo, ya no se trata de una ilusión. Se trata de una verdad verificada estadísticamente.

El universo tiene sus leyes. Es inaudito que haya filósofos y científicos que digan que no hay leyes, sino que lo que nosotros llamamos leyes son solo probabilidades estadísticas, o sea la tabulación constante de las mismas cosas ocurriendo siempre.

Pero veamos un ejemplo práctico: si usted sube al último piso de un edificio y deja caer un ladrillo unas cien veces, ¿existe la posibilidad que en una de esas veces el ladrillo no se estrelle contra el piso, sino que quede suspendido en el aire?

Es significativo que los que sostienen que no hay leyes sino probabilidades estadísticas, nunca se arriesgarían a pararse en el punto de impacto donde cae el ladrillo porque saben lo que va a suceder las 100 veces.

Cualquier persona, por más que diga que el universo no tiene leyes, no tiene más remedio que obedecer esas leyes. En síntesis…

NO PUEDE PRACTICAR O VIVIR LO QUE PREDICA.

Cualquier cosmovisión o sistema de creencia razonable debe explicar por qué el universo tiene estas leyes (al menos en los aspectos esenciales).

3. La superioridad intrínseca del ser humano   
Existe una idea errónea sobre el ser humano al colocarlo en el mismo nivel con los animales, argumentando que todos hacemos parte del ciclo de la evolución; sin embargo, ésta es solo una teoría con muchos vacíos, contradicciones y mentiras, la cual se ha enseñado como una verdad absoluta en las escuelas y en las universidades, y se requiere mucha fe para creer en sus planteamientos. No obstante, el ser humano tiene una mente, un mundo interior y piensa, actúa e influencia el mundo exterior con sus acciones.

El ser humano no debe ser reducido al concepto de una roca o de un animal. Su deseo por buscar la verdad, la justicia, la moral y el desarrollo de su ser, inmediatamente lo separa del resto de la creación. Es único de muchas formas. Es un ser racional y sensible que puede decir “yo soy”. Puede apreciar el arte, la creatividad, la belleza, y mucho más. Además, tiene un sentido moral que no puede evitar porque tiene conciencia del bien y del mal, y él mismo es objeto de su propio juicio.

El ser humano tampoco puede ser reducido a una máquina o una colección de moléculas. Los que sostienen esta posición, no pueden ellos mismos vivir como máquinas. Si fuera posible vivir como máquinas, no tendrían tensiones en sus posiciones intelectuales o en sus vidas.

NO PUEDEN PRACTICAR O VIVIR LO QUE ENSEÑAN.

4. El fracaso del humanismo
El humanismo ha tratado por miles de años de explicar el mundo que lo rodea basado en la razón, las emociones y la experiencia, pero ninguna de estas cosas ha podido generar una base suficiente para la verdad, la justicia y la moral.

Una evidencia de este fracaso es el escepticismo, o sea, la negación de que la verdad puede ser hallada. A partir de esta mentalidad, se ha producido el relativismo, lo que niega que haya normas morales por las cuales debemos guiarnos para conocer la diferencia entre lo verdadero y lo falso, entre lo bueno y lo malo, etc. En otras palabras, el humanismo no tiene forma de proveer absolutos. Es más, a partir de esta situación de confusión e incertidumbre, muchas personas niegan que la vida tenga algún sentido.

Como cosmovisión, el humanismo ha fracasado en reconocer o explicar la existencia y la forma del universo, la superioridad del hombre, y su propia decepción. Por consiguiente…

NO PUEDE PRACTICAR O VIVIR LO QUE PREDICA.

Ante este panorama tan desolador… surge la pregunta: entonces, ¿quién tiene una explicación razonable y veraz sobre el universo, la existencia de Dios, el propósito de la vida humana, etc.?

AQUÍ ES CUANDO EL CRISTIANISMO Y LA BIBLIA TIENEN LA RESPUESTA…

¿Por qué el cristianismo debe ser considerado como un sistema de creencia razonable y veraz?
Todo sistema de creencia (con excepción del cristianismo), no importa que se llame humanismo, ateísmo, budismo, panteísmo, hinduismo, islamismo, etc., no pasa el examen de la ciencia, la lógica y el razonamiento que se ha estado formulando en estas cuatro realidades.

Todas estas religiones o corrientes filosóficas, una vez analizadas, investigadas y procesadas a través de la lógica y el razonamiento, son halladas inadecuadas para explicar la realidad del mundo en que vivimos. Muchas de ellas carecen de evidencia histórica, están plagadas de contradicciones e inconsistencias internas y los libros que consideran sagrados no tienen evidencias que confirmen su origen divino. En otras palabras, no tienen pruebas para demostrar que lo que sostienen es la verdad.

La Biblia por el contrario, nos da una explicación totalmente satisfactoria sobre la existencia y la forma del universo, la peculiaridad del ser humano y el fracaso del humanismo. Además, nos muestra el problema del pecado en el hombre y la solución en Cristo.

Existen evidencias literarias, científicas, históricas, geográficas, arqueológicas, espirituales y proféticas del carácter divino de la Biblia y ella misma afirma ser la Palabra de Dios. Por otro lado, no existe ningún otro libro que tenga estas características; ni el Corán, ni los libros sagrados de los hindúes, ni los libros sagrados de cualquier civilización en toda la historia de la humanidad. Si usted quiere hacer una investigación seria y objetiva, le invito a que compare estos libros con la Biblia, antes de descartar la Biblia y hablar desde la ignorancia.

Ahora bien, la cosmovisión teísta cristiana tiene explicaciones adecuadas para dar cuenta de los aspectos trascendentales de la vida, y la uniformidad de la naturaleza como el resultado de un diseño ordenado de Dios. Las leyes de la lógica son una derivación de la manera en que Dios mismo piensa y la forma en que Dios quiere que razonemos. Además, la necesidad de los seres humanos de seguir normas morales absolutas es un reflejo del carácter de Dios y de su naturaleza moral perfecta.

Cuando alguien pretende entender el mundo sin considerar la revelación de Dios dada en las Escrituras, siempre termina sumido en necedad y confusión (1 Cor. 1:20-25; Rom. 1:21-23).

Solo la Biblia nos da base suficiente para la verdad, la justicia, la moral y la belleza.

Obviamente, la mayoría de las creencias reclaman tener la verdad o la razón, ya que éste es un mecanismo que intenta afianzar la fe y la certeza de los que se adhieren a determinada organización, religión o ideología.

Por otra parte, muchos dicen: “no importa en qué creas; todas las religiones llevan a Dios”. Esto es una declaración considerada como un absoluto espiritual por muchas personas pero no es verdadera en sí misma porque es contradictorio pensar que puedan existir ideas tan opuestas sobre Dios, el universo, la vida, la moral, la justicia, el bien y el mal y que todas conduzcan al mismo Dios.

Casi todas las religiones se contradicen entre sí; por lo tanto, todas éstas no pueden ser verdaderas al mismo tiempo porque la verdad no puede ser contradictoria; simplemente la verdad es y punto.

Las personas tienden a creer en absolutos (es parte de la naturaleza humana) y esto evidencia nuestra búsqueda de la verdad, porque la verdad existe. Sin embargo, no todo aquello en lo que se cree que es verdad, es verdadero.

Si la verdad fuera relativa, entonces esta misma declaración sería una verdad absoluta y sería una afirmación contraproducente al demostrar que la verdad no es relativa. Pero si la verdad es absoluta, ella no se contradice a sí misma. Sin embargo, la verdad debe tener un origen perfecto para ser absoluta y permanente, y este origen es divino; por ende, al Biblia siempre será la fuente de toda verdad.

Ejemplos:
- El Mormonismo enseña que existen muchos dioses y que usted se puede convertir en un dios. El Cristianismo (la Biblia) enseña que existe un solo Dios y que usted no se puede convertir en un dios.
- El Islam enseña que Jesús no es Dios en carne, pero el Cristianismo lo enseña. Jesús no puede ser Dios y no ser Dios al mismo tiempo.
- El hinduismo enseña que reencarnamos, mientras que la Biblia habla de una vida terrenal que termina con la muerte pero que existe una vida eterna posterior para el alma.
- Los Testigos de Jehová dicen que el infierno no existe pero la Biblia afirma que sí existe y muestra cuál es su propósito.
- Todas estas creencias no pueden ser todas verdaderas; así pues, no es posible que todas las religiones conduzcan a Dios. Por tanto, cualquier creencia que esté en contra de la Biblia, es falsa, ya que en sus afirmaciones no muestra al Dios único y verdadero según la revelación especial de las Escrituras.
- Como Dios existe y es sabio, perfecto y verdadero, él no implementaría sistemas de creencias contradictorios en un intento para hacer que las personas crean en él. Dios no es el autor de la confusión (1 Cor. 14:33). Por lo tanto, es razonable creer que tiene que existir una verdad espiritual absoluta y que no todos los sistemas de creencias pueden ser verdaderos, sin importar que afirmen que son verdaderos. Entonces, no es más que palabras porque las evidencias lo muestran así.
- Yo podría hablar bien de mí mismo y resaltar mis cualidades como persona ante los demás, pero serán mis acciones, mi conducta y mi forma de vivir, las que evidencien si soy lo que realmente digo ser, o si son meras palabras.
- Yo podría crear una religión en la actualidad y establecer un sistema de creencias, escribir un texto y decir que es un libro divino y que éste contiene la verdad sobre la vida humana, Dios y el universo, pero tendría que demostrar con evidencias si lo que digo es veraz o es falso.
- No es posible que exista un billete auténtico y un billete falso y que los dos sean avalados por un Estado o una nación; uno de los dos tiene que ser falso y existen formas de verificarlo. De igual forma, no es posible que dos o más creencias sean verdaderas al mismo tiempo; una de ellas debe ser auténtica y veraz y el resto deben ser falsas. Así acontece con la Biblia; Dios nos dejó su palabra para que tuviéramos una evidencia clara de su voluntad y su verdad.
- Muchas religiones tienen sus profecías pero ninguna es 100% exacta como es la Biblia y ninguna de éstas señala a alguien como Jesús, quien hizo afirmaciones asombrosas y llevó a cabo y sigue haciendo obras extraordinarias: vidas transformadas, sanidades, milagros, prodigios, liberación de posesiones demoniacas, etc.
- El Antiguo Testamento fue escrito cientos de años antes de que Jesús naciera, y aún así, el Antiguo Testamento profetizó muchas cosas acerca de Jesús y se cumplieron al pie de la letra. Ésta es, indudablemente, una evidencia del origen divino de la Biblia.

El Cristianismo afirma que el autor de la Biblia es Dios. Claro está, que el solo hecho de hacer esta declaración no lo hace verdadero. Todo el mundo puede hacer afirmaciones, pero sostenerlas y mostrar evidencias es totalmente diferente. Jesús usó el nombre divino para sí mismo (Jn. 8:58)… el mismo nombre divino usado por Dios cuando Moisés le preguntó a Dios cuál era su nombre en Éxodo 3:14. Jesús dijo que él podría hacer cualquier cosa que el Padre hiciera (Jn. 5:19), y él afirmó ser uno con Dios el Padre (Jn. 10:30, 38). De igual manera, los discípulos también lo llamaron Dios (Jn. 1:1, 14; Col. 2:9). Por defecto, si Jesús es Dios en carne, entonces todo lo que hizo y dijo es verdadero. Debido a que Jesús dijo que él solo es el camino, la verdad y la vida y que nadie puede llegar al Padre sino por él (Jn. 14:6), sus palabras son la verdad absoluta. Jesús no dio lugar al relativismo en este aspecto trascendental sino que fue radical y claro.

Una vez más, hacer una afirmación es una cosa; sostenerla es otra. Pero ¿cómo demostró Jesús su divinidad y su verdad? ¿Sostuvo Jesús sus palabras verdaderas con obras milagrosas? Sí. Sí lo hizo y todavía lo sigue haciendo cuando se manifiesta en los creyentes que abren su corazón a él y buscan su reino.

Miremos algunos casos de las maravillas hechas por Jesús: cambió el agua en vino, echó fuera demonios, sanó leprosos, sanó diversas enfermedades, sanó a un paralítico, resucitó a personas muertas, restauró la vista a ciegos Jesús, curó la sordera, alimentó multitudes, caminó sobre el agua, calmó una tormenta con una palabra, se levantó de entre los muertos y apareció a los discípulos después de su resurrección.

Los testigos registraron los milagros de Jesús y los Evangelios nos han sido transmitidos a nosotros de forma fiel. Por lo tanto, podemos creer lo que Jesús dijo acerca de sí mismo por dos razones:
1) Porque lo que dijo estaba de acuerdo con el Antiguo Testamento de la Biblia.
2) Porque Jesús realizó muchos milagros convincentes al frente de muchas personas que testificaron y escribieron acerca de lo que vieron hacer a Jesús. Es más, estas personas estaban tan convencidas de la veracidad de lo que hablaban que prefirieron morir antes que negar su fe.

Dentro del Cristianismo la resurrección es de vital importancia. Sin la resurrección, nuestra fe es inútil (1 Cor. 15:14). Fue la resurrección de Jesús la que cambió la vida de los discípulos. Después que Jesús fue crucificado, los discípulos se esparcieron y se escondieron, pero cuando vieron al Señor resucitado, entendieron que lo que Jesús había dicho y hecho probaba que él era Dios en carne: el Salvador.

Ningún líder de otra religión (aparte del cristianismo) ha muerto a la vista de sus propios ejecutores, ha tenido una tumba con guardias y ha resucitado más tarde para aparecer delante de muchas personas. Esta resurrección es prueba de quién es Jesús y lo que él hizo para llevar a cabo su propósito: proveer el único medio de salvación para la humanidad.

Buda no resucitó de entre los muertos. Mahoma tampoco resucitó de entre los muertos; Krishna tampoco y así se pueden mencionar otros grandes líderes. Solo Jesús afirmó ser Dios, resucitó a otros de entre los muertos, se levantó entre los muertos y venció la muerte. ¿Por qué creer en alguien más? ¿Por qué creer en algún otro líder que claramente fue un mortal, si tenemos a uno que demostró y sigue demostrando su poder incomparable y divino?

Conclusión
¿Por qué alguien debería creer en el Cristianismo por encima del Hinduismo, el Islamismo, el Budismo, el Mormonismo o algo más? Esto se debe a que existen verdades absolutas. Solo en el Cristianismo existen profecías cumplidas exactamente acerca de un Mesías venidero. Solo en el Cristianismo tenemos una transmisión digna de confianza de los documentos de los testigos de Cristo (los Evangelios). Solo en el Cristianismo tenemos la persona de Cristo el cual afirmó ser Dios, llevó a cabo muchos milagros para probar su testimonio acerca de su divinidad, murió y resucitó de entre los muertos, y dijo que solo él era el camino, la verdad y la vida (Jn. 14:6). Todo esto le agrega credibilidad y legitimidad al Cristianismo por encima de cualquier creencia humana.

No es posible que las otras religiones (aparte del Cristianismo) también sean la verdad porque Jesús es la única verdad. O Jesús es verdadero y las otras religiones son falsas, o las otras religiones son verdaderas y Jesús es falso. O Jesús es verdadero en lo que afirma de sí mismo o Jesús es un farsante o un invento de los hombres. Sin embargo, existen muchas pruebas de su divinidad y la puerta está abierta… si quieres conocer a Jesús y probar su verdad, solo tienes que invocarle; ÉL NO ESTÁ MUERTO; ÉL ESTÁ VIVO. Habla con él, pídele dirección, lee los evangelios, cree en su palabra y te garantizo que si tu corazón está dispuesto y quieres conocer la verdad, él se manifestará a ti porque él lo prometió.

“Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él” (Jn. 14:23).  

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