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jueves, 22 de octubre de 2015

Evangelismo Bíblico Parte XVII



E. Jesús y la salvación
Para un hindú, Jesús podría ser un buen hombre, un profeta, incluso alguno de los muchos dioses, pero él no es el único Hijo de Dios, único entre todos los demás dioses hindúes. Desde que un hindú piense que se salva a sí mismo a través de una vida cada más perfecta (en el ciclo de reencarnaciones), no ve la necesidad de un salvador.

Para un hindú, la salvación podría entenderse como alcanzar el nirvana, es decir, la liberación de la existencia terrenal y del ciclo de reencarnaciones causado por el karma (la consecuencia de las acciones pasadas, en esta vida o en vidas anteriores).

En el Hinduismo existen cuatro metas de vida permisibles para los hindúes. El Hinduismo reconoce que en el curso de las muchas vidas las personas pueden dedicarse legítimamente a cualquiera de estas metas. La primera meta es la del placer o disfrute, particularmente a través del amor y del deseo sexual. Esto se llama kama. La segunda meta legítima en la vida es la riqueza y el éxito. Esto se llama artha. La tercera meta es el deber moral o dharma. Aquel que se entrega al dharma renuncia al placer y al poder personal, buscando el bien común. La meta final de la vida, sin embargo, es el moksha-la liberación del ciclo de vidas en este mundo material, y la entrada al nirvana.

En síntesis, el pensamiento hinduismo se puede abreviar en lo siguiente: la única realidad es el Absoluto, Brahma, y la aparente existencia de todo el universo de mente y cuerpo (como el hombre lo experimenta) es tan solo maya (ilusión). Así, toda la actual rueda de la existencia es una ilusión, la individualidad misma es un mal, y el karma es la implacable ley de causa y efecto. Para poder llegar a la liberación es preciso alcanzar primero la conciencia de que el Yo individual no es diferente del Yo Absoluto de Brahma, y que uno forma parte de una totalidad de la que no se diferencia de nada.

Para el Hinduismo, la solución al problema del ser humano es la liberación de la ilusión y de la ignorancia. Ahora bien, los medios para la solución de este problema es luchar para desprenderse de uno mismo (el ego) y buscar ser consciente de la propia unidad con lo divino a través del esfuerzo propio.

El resultado de la solución es fundirse en la Unidad y el individuo desaparece.

El yoga (en su esencia) no es en absoluto un ejercicio para conservar una buena forma física, sino la parte central del Hinduismo para alcanzar la salvación, que significa la unión con Brahma mediante la autorrealización porque Brahma es el Yo impersonal trascendente eterno, y de esta manera se puede conseguir salir de la fútil rueda de la existencia, con sus múltiples, temidas y aborrecidas reencarnaciones debidas al karma.

El yoga comporta la meditación en el sentido oriental de introspección, de liberación de la mente de todo pensamiento voluntario o racional, conduciendo a la contemplación del interior del ser y de la pasividad, para alcanzar la entrada en la conciencia de la unidad con Brahma. Comporta también, en último término, cortar con todos los vínculos externos de este mundo, que no es nada más que maya, la apariencia externa tal como el hombre la ve.

EL PECADO

Para el Hinduismo, el pecado es fallar en hacer lo que es correcto o mejor ante Dios o ante alguna parte de la creación; el pecado no puede ser perdonado por Dios porque no es considerado como una persona. Sencillamente, lo que se siembra se cosecha y es necesario aprender a corregir los errores en el transcurso de muchas vidas mediante la reencarnación, hasta llegar al nirvana. Así pues, el problema de la humanidad es la ignorancia.

CRISTIANISMO BÍBLICO
- Jesús es el único Hijo de Dios, completamente divino y completamente humano; y es el Salvador del mundo (Col. 1:15-17; Jn. 1:1, 14; 8:24; 14:6, 11; Mt. 17:5; 2 Jn. 1:7; 1 Jn. 2:22).
- En la Biblia se plantea que Dios es el Creador del hombre y que éste pecó en el principio y continúa pecando contra su Creador, al alejarse de sus leyes y normas de moral. El pecado es desobedecer los mandatos de Dios y esto arruina la creación y la vida del hombre ante Dios; por tanto, el pecado hace al hombre enemigo de Dios, lo separa de la comunión con él y lo lleva al eterno castigo de la condenación del alma después de la muerte (Mt. 5:48; Jos. 4:17 Rom.3:23; 6:23; Is. 59:2). Así pues, el problema de la humanidad es la rebelión moral del género humano contra sus leyes porque todos somos pecadores ante Dios (Rom. 3:9-20), y somos dignos del justo juicio de Dios, y no podemos salvarnos ni cambiarnos a nosotros mismos; sin embargo, el Padre envió al Hijo (Jesucristo), quien tomó forma de hombre y vino al mundo a morir por nuestros pecados, dándonos la oportunidad de reconciliarnos con Dios y alcanzar el perdón de nuestros pecados, la salvación y la vida eterna si creemos en su obra en la cruz a nuestro favor. Este mensaje es el evangelio y fue confirmado y sigue siendo confirmado con el poder de Dios, manifestado en vidas cambiadas, liberaciones de posesiones demoniacas, milagros, sanidades y señales que evidencian la gracia de Dios para los que creen.
- En otras palabras, la solución al problema del ser humano es el perdón del pecado y la reconciliación con Dios a través de Cristo. Ahora bien, los medios para la solución de este problema es creer de todo corazón en la obra completa y sustitutiva de Jesucristo, y esto lleva a un verdadero arrepentimiento y a una conversión genuina (Rom. 4:5; Ef. 2:8, 9). El resultado de la solución es la comunión eterna con Dios a través de Cristo porque el creyente desarrolla una relación personal y restaurada con Dios, en la cual puede conocer más de sus atributos y perfecciones (Jn. 17:3).
- El contenido fundamental del Hinduismo es radicalmente diferente del mensaje de un Dios personal que llama a los hombres al arrepentimiento y a la reconciliación con él; mientras el sistema de creencias del Hinduismo habla de una deidad impersonal a la que es preciso llegar a través de una vida de rituales y ceremonias externas y de experiencias místicas, durante un ciclo de muchas reencarnaciones y con la opción de adorar a muchos dioses, la Biblia nos muestra un solo camino y es Jesucristo, quien es Dios justo, misericordioso, perdonador, lleno de amor y compasión, y él dice: “Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Ap. 3:20).
- En contraste con el karma y su rueda de reencarnaciones en el Hinduismo, Jesucristo muestra que existe el pecado, la enemistad contra Dios y contra el prójimo, y con todas las consecuencias personales y sociales que ello conlleva: egoísmo, odios, luchas, homicidios, avaricia, impureza, etc. Y la mayor consecuencia es que, según la Biblia, “…está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio…” (Heb. 9:27). Así, Dios se encarnó una sola vez, haciéndose miembro de la raza humana, en la persona del Hijo. Por medio de esta verdadera encarnación, como verdadero Hombre pero siendo a la vez Dios, el Hijo, enviado por iniciativa del Padre por amor a los hombres y como provisión divina, pagó las culpas de los hombres, habiendo venido a formar parte de su raza, pero siendo él sin culpa ni pecado.
- El camino de la salvación, según la Biblia, fue anunciado por los profetas del A.T. y proclamado por los apóstoles en el N.T.; su mensaje es Cristo y es necesario aceptar el don del amor de Dios, porque Jesucristo lo ha hecho todo por nosotros en la cruz, al morir en lugar de nosotros, llevando nuestra culpabilidad y nuestro castigo, para que mediante la fe en la palabra de Dios y su obra, seamos reconciliados con Dios y tengamos paz. ¿Dónde quedan las obras? Según el N.T., tienen desde luego su lugar pero no son el camino de la salvación, sino el camino de aquel que ha recibido la salvación, porque la salvación es «no por obras», pero «para buenas obras». Las obras no son la causa, sino la consecuencia de una salvación recibida y vivida (Ef. 2:8-10).
- En conclusión, todo ser humano es pecador y necesita creer de verdad en Cristo como Salvador y Abogado ante el Padre, reconociendo que solo Cristo llevó una vida perfecta y conforme a la justicia de Dios; por esta fe y por gracia divina el hombre es justificado en Cristo, es reconciliado con Dios y escapa del juicio de Dios por el pecado; además, puede vivir eternamente con Dios (Rom. 5:1, 9, 10; 1 Ts. 4:17, 18; Ap. 7:9). Según la Biblia, nuestra necesidad espiritual es de liberación del juicio de Dios sobre nuestro pecado y de restauración a una vida bajo su dirección y cuidado. Esta salvación puede ser provista solo mediante el amor inmerecido de Dios en beneficio nuestro.
- Según la Biblia, en el plano físico, Dios le da al hombre una sola vida y una sola muerte. El alma es inmortal y fue creada para la eternidad pero ésta será salva o condenada si pone o no la confianza en Cristo como Salvador. Para aquellos que vivieron en épocas anteriores a Cristo o que vivieron en cualquier periodo de la historia y nunca escucharon el evangelio, Dios juzgará a cada hombre según su conciencia, sus motivaciones y él será el único juez para determinar si el alma está en la gloria de Dios, esperando la resurrección de los muertos o en el infierno, esperando el día del juicio final.

CÓMO COMPARTIR EL EVANGELIO EN ESTE CONTEXTO CULTURAL Y RELIGIOSO  
                                                                                                 
Qué hacer

- Permita que los hindúes le brinden una explicación de sus creencias y prácticas particulares.
- Educadamente comparta historias de la Biblia que ilustran el amor y el perdón de Dios.
- Enfatice el perdón exclusivo encontrado solo en Jesús a través de la fe.
- Esté consciente de las concepciones erróneas que pueden tener los hindúes acerca del Cristianismo debido al desconocimiento de la Biblia.

Qué no hacer

- Preguntarle a un hindú a qué casta pertenece.
- Asumir que todos los hindúes creen o practican las mismas cosas.
- Hacer chistes de las prácticas o creencias hindúes tales como el politeísmo, los rituales, las ceremonias en los templos, etc.
- Invitarlos a comer y ofrecerles carne o comer carne delante de ellos.

PARA REFLEXIONAR

Existen testimonios de hindúes y gurús (líderes reconocidos en esta religión) convertidos a Cristo los cuales han tenido una experiencia personal con Cristo y han podido abandonar este sistema religioso humano. Lamentablemente, muchos de ellos sufren desprecios, difamaciones, persecuciones, agresiones físicas con armas de todo tipo y hasta muerte, por causa de su fe en Cristo; otros han perdido sus viviendas y sus templos porque los extremistas hindúes los han incendiado (aún con los creyentes adentro); otros han tenido que huir de sus poblaciones y buscar refugio en otros lugares, pasando necesidades y frío; todo esto lo sufren con la amenaza de renunciar a su fe en Cristo y volver al Hinduismo; sin embargo, como seguidores de Cristo, es nuestro deber llevarles el evangelio según la oportunidad que Dios nos dé (internet, televisión, radio, literatura o trabajo misionero en los lugares donde ellos viven). Es un proceso difícil pero para Dios no hay nada imposible cuando el corazón se dispone a creer en la Palabra de Dios. Por tanto, oremos al Señor por todas las personas que viven bajo este sistema de creencias y pidamos a Dios que el evangelio llegue a miles y millones de hindúes, que conozcan a Cristo y que sean libres de la esclavitud espiritual en la que se encuentran.

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