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viernes, 19 de mayo de 2017

Los Ministerios de Dios Parte VIII

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m. El ministerio del apóstol

La palabra apóstolos en el griego clásico era, originalmente, un término usado en la navegación marítima para referirse a la encomienda de una nave. La idea es la de enviar el barco con su carga a un puerto específico donde descargará lo que lleva en la bodega. El término apóstol viene del griego apostello (enviar, despachar).

El significado esencial de la palabra en el NT es: enviado, mensajero, emisario o embajador. Involucra dos ideas básicas: a) una comisión expresa, y b) un destino determinado. El énfasis de la palabra está en la autoridad comunicada por el que envía al que es enviado. Vale decir que su uso denota la autorización del enviado para cumplir una función particular o una tarea que, por lo general, se define con claridad. El mensajero viene a ser el apoderado de aquel que lo comisionó.

Jesucristo es llamado el “apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión” porque fue enviado por el Padre y él mismo envío sus testigos para llevar el evangelio a todo el mundo (Heb. 3:1; Jn. 6:29, 57; 8:42; 17:3,18; 20:21). Él vino a la tierra como el apoderado del Padre para cumplir su gran misión: nuestra redención. Puso fundamento para la iglesia que jamás se cambiará. Por tanto, solo él podría formar y comisionar a los apóstoles que él quiso para orientar a su pueblo y para extender su reino por doquier.

La palabra apóstolos se usa en el NT de dos maneras:
(a) en el sentido general de mensajero. En ocasiones el término tenía un uso literal de “enviado” y aplica a aquellos creyentes que en la iglesia del N.T. servían como misioneros y fundadores de iglesias. Pablo y otros escritores usan este término en ese contexto pero nunca lo asocian con el ministerio del apóstol.

Debido a este uso, algunos que defienden que el ministerio apostólico está vigente, dicen que los apóstoles incluían a más de los doce:

- Bernabé (Hch. 14:4; 14). Recordemos que Bernabé fue enviado desde la iglesia de Antioquia junto a Pablo para cumplir una misión de parte de Dios (Hch. 13:1-3).
- Santiago, el hermano de nuestro Señor (1 Cor. 15:7; Gál. 1:19); aunque Jacobo no era uno de los doce apóstoles, era uno de los líderes más importantes en la iglesia de Jerusalén (Hch. 12:17; 15:13; 21:18).
- Silvano y Timoteo (1 Ts. 1:1; 2:6); estas citas aparecen en la carta donde Pablo escribe junto a Silvano y Timoteo.
- Andrónico y Junias (Rom. 16:7).

(b) para referirse particularmente al ministerio del apóstol (aplicado solo a los doce apóstoles y a Pablo). Estos apóstoles fueron los hombres directamente comisionados por el Señor para predicar la palabra y plantar las primeras iglesias; junto con los profetas del NT, su ministerio tenía primordialmente que ver con la fundación de la Iglesia (Ef. 2:20). Así pues, los apóstoles a que se hace referencia en Ef. 4:11 denotan solo a aquellos que fueron llamados apóstoles por Cristo.

Para ser apóstol (como ministerio) se requerían dos grandes cualificaciones:
- La primera cualificación era haber conocido a Jesús personalmente. Cuando Pablo insiste en sus propios derechos en vista de la oposición que se la hacía en Corinto, afirma: “¿No soy apóstol? ¿No soy libre? ¿No he visto a Jesús el Señor nuestro? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor?” (1 Cor. 9:1, 2).
- La segunda cualificación era que un apóstol tenía que ser un testigo de la resurrección del Señor. Cuando los once se reunieron para elegir al que había de tomar el puesto que dejó vacante Judas el traidor, se dijo: “Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros, comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrección” (Hch. 1:21).
Estos dos requisitos representan la autoridad que Cristo les concedió como “testigos presenciales” cuando todavía no estaba formado el NT, lo cual es de gran importancia.

Aquí hay un principio aplicable a todo creyente: el que haya de presentar a Cristo, debe conocerle personalmente; y el que haya de manifestar el poder de Cristo a otros debe haber experimentado el poder del Cristo resucitado. Sin embargo, los apóstoles tenían que acabarse porque al cabo de cierto tiempo ya se habían muerto todos los que habían conocido a Jesús y habían sido testigos de su resurrección. Definitivamente, el ministerio del apóstol ya no aplica a nuestro tiempo puesto que cumplió su ciclo al cerrarse el canon bíblico del NT. Estos apóstoles fueron únicos e irreemplazables y no tuvieron sucesores ni después de su muerte ni en la actualidad; históricamente, pusieron el fundamento de la iglesia: “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Ef. 2:20). Es más, en el futuro eterno, los doce apóstoles tendrán sus nombres sobre los doce cimientos de la ciudad gloriosa llamada la Nueva Jerusalén (Ap. 21:14). 

Los primeros hombres dotados por Dios en la iglesia del NT fueron los apóstoles, entre los cuales Jesucristo mismo tuvo la preeminencia (Heb. 3:1). Posteriormente, Dios incluyó a Matías, quien reemplazó a Judas y fue escogido por dirección de Cristo a los apóstoles (Hch. 1:26), y a Pablo, quien fue apartado de una manera única para ser apóstol a los gentiles (Gál. 1:15-17; 1 Cor. 15:7-9; 2 Cor. 11:5). Pablo fue llamado a ser apóstol por elección divina. Pablo fue una persona especialmente dotada y preparada para extender el evangelio e interpretar el cristianismo en el mundo multicultural del primer siglo. Un hombre intelectual, efectivo, apasionado y genuino. Cualidades totalmente opuestas a Pedro, Jacobo y Juan que no estaban familiarizados con el mundo fuera de Jerusalén, quizás con muy poco conocimiento de la cultura griega o romana, o de literatura e historia como la educación recibida por Saulo de Tarso, una de las ciudades griegas más grandes de aquel entonces, famosa por su erudición, centro de enseñanza para los romanos. Así pues, lo ocurrido a Saulo en el camino a Damasco, la aparición de Jesús la consideraba tan valiosa a su vida como la aparición del Salvador a sus discípulos y sobre esta base apoyaba su apostolado (1 Cor. 15:9: 9:1, 2).

Aparte de este grupo de apóstoles (que la Biblia muestra sus credenciales de forma clarísima) nadie más debe atribuirse este ministerio.

¿Qué argumentos usan quienes defienden que el ministerio apostólico todavía está vigente?

En la actualidad y desde los años 90 aproximadamente (especialmente en Estados Unidos, Centroamérica y otros países a los cuales se extiende), han surgido predicadores e iglesias que quieren generar un movimiento apostólico y profético, argumentando diversas interpretaciones de la Biblia fuera de contexto. Este movimiento a veces es llamado “Reforma Apostólica y Profética” el cual proclama como indispensable un cambio en la estructura de las iglesias en el nuevo milenio (año 2000).
           
Uno de estos supuestos apóstoles dijo: “La más gigantesca Ola Apostólica está llegando a nuestras naciones. Es el Espíritu Santo el causante de esto. El está empeñado en impartir a su pueblo el Espíritu Apostólico de Cristo. Esto llevará a la Iglesia a caminar como Jesús caminó, sometido plenamente a los diseños, propósitos y voluntad del Padre. La Iglesia realizará con precisión la Gran Comisión Apostólica (Mateo 28) y traerá un impacto evangelístico a las naciones. Esa Ola Apostólica proveniente del Santo Espíritu, quien es un Espíritu Apostólico, sigue los diseños del Padre y desatará una Nueva Reforma Apostólica en este Siglo XXI”

¿Por qué ahora en estos últimos 30 años se levantan? ¿Será cierto que es el Espíritu Santo quien está trayendo esta nueva ola? ¿P son solo invenciones de hombres sedientos de reconocimiento y dinero?

Los que tienen esta posición generalmente intentan ser reconocidos como apóstoles y siempre utilizan pasajes del NT fuera de contexto para justificar sus acciones; por ejemplo, miremos cuáles son sus conceptos y qué dice la Biblia al respecto:

CONCEPTOS ERRADOS
RESPUESTA BÍBLICA E HISTÓRICA
- Ef. 2:20 no solo aplica a los fundamentos del cristianismo como revelación escrita en el NT sino que también aplica a la iglesia actual para darle soporte y estructura al cuerpo de Cristo. Por tanto, los apóstoles ponen el fundamento y son peritos constructores del edificio espiritual que es la Iglesia, entendiendo los diferentes detalles que integran el cuadro completo; son capacitados para supervisar la edificación y evaluar el trabajo realizado por todos con ese fin. Han recibido una comisión celestial, una mayordomía, para velar por los intereses del Señor, a fin de que todo se haga como él quiere.
- Algunos mal llamados apóstoles dicen que el canon y la revelación sobre los que la iglesia se rige en materia de fe y conducta no están cerrados sino que hay revelaciones nuevas a través de los supuestos apóstoles y profetas de hoy.
- En cuanto al fundamento apostólico, este término solo aplica a la inspiración del canon del NT, el cual ya fue cerrado desde el año 100 d.C. aproximadamente con la muerte del último apóstol que fue Juan.
- Los proclamadores de la restauración de la iglesia por medio de los apóstoles y profetas modernos acuden a una exégesis completamente errada y herética porque al tratar de apoyar su existencia y poder acuden a una hermenéutica manipulativa que choca frontalmente con la verdad escatológica enseñada por décadas en el cristianismo, y apoyada fielmente por las Escrituras.
- Según la Biblia, todos los ministerios cooperan en la edificación del cuerpo de Cristo (Ef. 4:11-16).
- Hablan de la necesidad de cambios sustantivos en la estructura orgánica del liderazgo en las iglesias cristianas y promueven un nuevo poder de conducción y organización de la iglesia (pero a través del ministerio apostólico y profético que ellos defienden).
- El modelo bíblico para la Iglesia ya está establecido y no depende de nuevas revelaciones o de ministerios que se autoproclamen y busquen la gloria de los hombres; ya con esto muestran que no provienen de Dios. Qué diferencia el ejemplo de Cristo el Maestro (Jn. 5:41-44).
- Los cambios estructurales que una iglesia requiera deben hacerse con base en las Escrituras y no debemos aceptar herejías y conceptos contrarios a la verdad divina. 
- Ellos dicen que los cinco ministerios son el modelo de Dios para estos tiempos y deben ser restablecidos en todas las iglesias. Una iglesia ministerial no está limitada sino solo a cumplir lo establecido por el Señor, rompiendo con las limitaciones estructurales que ahogan y secan a las iglesias. Una iglesia que vive los cinco ministerios está en constante renovación que es el modelo original de Cristo. Los cinco ministerios deben ser usados en toda su plenitud; las deficiencias de las iglesias de hoy se deben a que principalmente están funcionando 1 o 2 ministerios; esto le quita al creyente su potencial de crecimiento espiritual y de madurez en la fe.
- Los principios bíblicos no cambian y ellos son el modelo divino para la administración de cada iglesia local.
- Por definición, el cargo de apóstol terminó al morir sus primeros y únicos representantes. El NT habla de una sucesión de testigos de la tradición apostólica (1 Tim. 6:20; 2 Tim. 1:14), de modo que el evangelio que predicaron (la teología apostólica) ha sido transmitido a los creyentes de todas las generaciones posteriores y el NT es la única referencia literaria de su inspiración (Diccionario Bíblico Conciso Holman, pág. 188).
- Los profetas del NT fueron portavoces o voceros de Dios mediante la inspiración de las Escrituras; ellos recibieron revelaciones directas del Señor y las transmitieron a la Iglesia. Lo que ellos escribieron de parte del Espíritu Santo quedó registrado como la palabra de Dios.
- Para ellos, el profetismo y el apostolado han sido desconocidos e ignorados por la mayoría de las iglesias cristianas. Creen que el ministerio apostólico no solo fue aplicado en el primer siglo sino que siempre estuvo vigente.
- Consideran que, en algunos sectores del cristianismo, el ministerio apostólico se ha equiparado a la fundación de iglesias locales en diversos lugares donde no se había predicado antes el evangelio.
- Este movimiento sostiene la vigencia del ministerio apostólico, expresando que se trata de una revelación ad portas de la segunda Venida de Cristo, algo así como un desvelamiento especial de última hora, cuyo propósito primordial es movilizar a la iglesia para alcanzar a todas las naciones con el mensaje del evangelio antes de la segunda Venida de Cristo.



- En un sentido primario ya no tenemos apóstoles ni profetas; su ministerio finalizó cuando quedó puesto el fundamento de la Iglesia y cuando se completó el canon del NT. Ya hemos enfatizado que en Ef. 4:11 Pablo está refiriéndose a profetas del NT. Fueron dados por Cristo después de su ascensión. Considerarlos como profetas del AT sería un error de interpretación bíblica.
- En el caso de los apóstoles y profetas, al ser completado el NT, su oficio dejó de existir como tal. Lo mismo ocurrió con los profetas del AT, quienes desaparecieron con la culminación de ese testamento unos 400 años antes de Cristo (Comentario MacArthur del Nuevo Testamento Gálatas, Efesios Pag.178, 179, 180).
- La Iglesia de Cristo en todos los tiempos nunca tendrá apóstoles en el sentido de ministerio que se le da al término en el NT porque ellos fueron únicos. Seguramente habrá hombres con llamado, carácter y frutos de parte de Dios, pero nadie debe tener la pretensión de erigirse como apóstol de Cristo puesto que esta osadía es reprendida por la Escritura (2 Cor. 11:5; 12:11; Ap. 2:2). Además, hoy no necesitamos apóstoles porque ya su legado quedó escrito en el NT; es suficiente su ejemplo y su testimonio de vida para ser edificados en la fe y seguir las pisadas del Maestro como ellos lo hicieron.
- El apóstol pastorea ministerios y es el padre de los ministros porque es un ministerio de gobierno. El apóstol adquiere la facultad de tener cobertura, protección y autoridad.
- Son responsables por el nombramiento de los ancianos y del reconocimiento de otros ministerios que surgen en el seno de la iglesia (Tito 1:5; 1 Tim. 4:14; 2 Tim. 1:6).
- Velan por la buena marcha de las comunidades que están bajo su responsabilidad. A veces, intervienen en un caso de disciplina por mala conducta en la iglesia (1 Cor. 5).
- Determinan el contenido doctrinal de la enseñanza en las iglesias (Jud. 1:3; 2 Ped. 1:12-15; 3:1-2). El apóstol establece sana doctrina como fundamento para crecer en el Señor.
- Abren nuevas fronteras para la predicación del evangelio y la extensión del reino de Dios (Rom. 15:17-20; 2 Cor. 10:14-16; Hch. 13 y 14; etc.). En este trabajo suelen involucrar a las iglesias (Rom 15:24; Hch 14:26-28; 16:1-3).
- Forman equipos de hombres con ministerios variados para efectuar mejor su ministerio apostólico (Hch 16:1-3; 20:4; Tito 1:5). Esto tiende a la formación de nuevos apóstoles y de otros ministerios.
- Proveen un sentido de relación y de unidad entre todas las iglesias, por sus contactos con muchos y por su trabajo de coordinación (Hch. 15; 1 Cor. 16:1-12; 2 Cor. 9:1-3).
- La relación entre los apóstoles de mutua sujeción y de consenso es de gran importancia, a fin de que la obra se realice en unidad (Gál. 2:1-10; Hch. 15).
- Ser apóstol para algunos no necesariamente significaba tener el ministerio apostólico para con otros (1 Cor. 4:15; Gál. 2:7, 8; 2 Cor. 10:14-16).
- El ministerio apostólico es una función relativa a comunidades específicas. Las relaciones varían según los diferentes casos. Es concebible que uno tenga un verdadero apostolado en ciertos lugares, pero en otras comunidades sea reconocido simplemente como maestro o como profeta, etc. Fuera del área de su responsabilidad específica no puede alegar una autoridad apostólica.
- Ellos toman algunas citas bíblicas que referencian la actividad de los verdaderos apóstoles en el NT y las aplican a sí mismos; sin embargo, si estudiamos bien el NT las funciones mencionadas no fueron exclusivamente cumplidas por los apóstoles sino que Dios levantó a muchos ministerios para la edificación de la Iglesia, para administrar las diferentes comunidades de creyentes y para extender el evangelio a muchos lugares en el primer siglo y en toda la historia de la Iglesia Cristiana.
- En cuanto a la formación de apóstoles, el único acreditado para llamar, formar y escoger a los 12 apóstoles y a Pablo, es Cristo (Mt. 10:1-4). En ningún pasaje bíblico se habla de formar o promover apóstoles aparte del llamamiento directo de Cristo (con excepción de Matías y Pablo).
- Si analizamos cada cita que pretende ser usada como base para apoyar el supuesto ministerio apostólico en estos tiempos, tenemos que deducir que Pablo y todos los personajes nombrados en estos pasajes bíblicos tuvieron diversas funciones ministeriales pero en ningún momento se hace referencia a una continuidad del ministerio apostólico.
- No podemos negar que fue Dios mismo quien instituyó todos los ministerios en la Biblia pero es muy interesante observar la historia de la Iglesia y ver en ella que después de la muerte de los apóstoles bíblicos ya no se nombró a nadie de esta forma.
- En la época apostólica (primer siglo) hubo falsos apóstoles y fue necesario entonces buscar criterios bíblicos y de testimonio personal para controlar posibles abusos; gracias a Dios la iglesia supo discernir a los verdaderos apóstoles y rechazó a los impostores. Igual debemos hoy rechazar a los que pretenden llamarse apóstoles y torcer las Escrituras a su antojo.


- Mediante el ministerio apostólico y profético, Cristo va a establecer un reino terrenal con un despertar espiritual y un gran avivamiento. Este ministerio restituye la sana doctrina, el poder y la autoridad, el gobierno o juicio de su pueblo y una nueva y fresca revelación de los planes y propósitos de Dios.
- Se predica mucho sobre el Reino de Dios, el gobierno de la iglesia sobre la tierra, la adquisición de propiedades, bienes y puestos en la política, la prosperidad económica y la sanidad como una promesa universal para todos los creyentes; además, se interpreta siempre la pobreza y la enfermedad como una maldición divina sobre aquellos que no creen en la Palabra de Dios.

- La sana doctrina se basa solo en una interpretación correcta de la Biblia; no se requieren nuevas revelaciones de la verdad de Dios aparte de las Escrituras. Los planes de Dios están enmarcados en su palabra y no necesitamos buscarlos fuera de ella. La realidad es que estos supuestos ministerios apostólicos y proféticos muestran un afán de crecimiento numérico, acumulación de riquezas materiales, poder sobre masas, espectáculos que atraigan multitudes, construcción de megaiglesias, una vida de lujos, extravagancias, los mejores hoteles, los mejores carros, las joyas y la ropa más costosa a expensas de sus seguidores; además, se promueve la falsa doctrina de la prosperidad en la cual todos los creyentes deben tener abundancia material para extender el reino de Dios pero para eso tienen que ofrendar de forma abundante. Por otro lado, muchas de estas iglesias promueven un carácter mundano pues no se busca un nuevo nacimiento del Espíritu Santo que cambie la forma de vivir, escasean verdaderas conversiones, se promueve el recasamiento, se toleran toda clase de pecados en el nombre de Dios, etc. Este parece ser el verdadero avivamiento que prometen a sus seguidores: prosperidad, crecimiento numérico abundante, megaiglesias, etc.

Lamentablemente, líderes o dirigentes destacados de iglesias pentecostales, incluso de iglesias históricas, están aceptando la emergencia del ministerio apostólico y su instauración en el marco de sus denominaciones religiosas. Lo peor es que muchos de ellos, quienes tienen una jerarquía superior en esas organizaciones, buscan también que los llamen apóstoles y profetas.

¿Qué caracteriza a la mayoría de los que pretenden ser apóstoles hoy?
- Buscan exaltar el ministerio apostólico por encima de otros ministerios.
- Afirman que todas las iglesias deben tener cobertura espiritual de un ministerio apostólico.
- Catalogan a quienes rechazan el ministerio apostólico como creyentes ignorantes y religiosos porque no tiene conocimiento bíblico y revelación en este tema.

En resumen, consideremos los conceptos anti bíblicos que este movimiento apostólico y profético promueve y juzguemos a la luz de la Biblia para que no seamos engañados:

- En este movimiento se habla de unos términos técnicos y bíblicos (fuera de contexto) para referirse al ministerio apostólico y profético. Ellos dicen que hay una transferencia de poder que procede del Espíritu Santo, pero que se canaliza a través de la imposición de manos de un nuevo presbiterio, el presbiterio apostólico (o los llamados apóstoles modernos) y comparan esto con el manto de Elías sobre Eliseo (1 Rey. 19:19-21; 2 Rey. 2:1-25). La finalidad de este poder es supuestamente avivar a la iglesia para que cumpla con su misión de evangelizar a todas las naciones y para que salga de su estancamiento institucional.
- Por otro lado, se da un énfasis desmedido a las señales, los portentos milagrosos extraordinarios y la liberación de espíritus malignos como signos del poder de Dios sobre quienes aceptan el movimiento apostólico y profético.
- La perspectiva de este movimiento es que una iglesia apostólica funcionando con sus cinco ministerios, es una iglesia que no está limitada; al contrario, si reconoce y desarrolla el ministerio quíntuple avanza a cumplir con lo establecido por el Señor, rompiendo con las limitaciones estructurales que ahogan, secan y estancan una iglesia, renovando el entendimiento para poder ver el modelo y diseño original con que fue instituida.
- Para este movimiento, la iglesia apostólica y profética es la identidad de Dios que le da dirección y la ubica en línea con lo establecido.
- Para este movimiento, los cinco ministerios deben trabajar en toda su plenitud; las deficiencias debilitantes en las iglesias de hoy se deben principalmente a que solo están funcionando uno, dos y a veces tres de los cinco ministerios (el ministerio evangelístico, el ministerio pastoral y en muchos de los casos, el pastor trabaja como maestro y el maestro como pastor). De esta manera se le está quitando al creyente su potencial de crecimiento y madurez, creando iglesias débiles.
- Según esta corriente, las iglesias no se están moviendo como se deben de mover y se han quedado estancadas; además, Dios tampoco está apoyando a las iglesias que no están trabajando de acuerdo al plano establecido en Ef. 4:11. En otras palabras, la solución a los problemas de las iglesias es reconocer y adoptar el ministerio apostólico y profético; sin embargo, esta posición no es congruente con los principios del NT.
- El propósito de trabajar con los 5 ministerios es producir unidad, edificar, perfeccionar, alcanzar el conocimiento y lograr el crecimiento.
- Para estos falsos apóstoles y profetas, quien se resiste a aceptar esta "investidura “divina” es como resistir a la misma autoridad divina delegada por el Espíritu Santo. Todo depende, por supuesto, del respeto que tengan los líderes por lo sagrado y de su grado de apertura a las supuestas manifestaciones del Espíritu, para que acepten o rechacen, conozcan o desconozcan, reciban o expulsen, la unción apostólica y profética.
- Ponen el ministerio apostólico y profético como una honra de parte de Dios que da a quienes lo reciben una autoridad superior a otros ministerios y a todos los creyentes. En este sentido, ellos ofrecen cobertura espiritual y ministerial (obviamente, bajo condiciones económicas en donde el ministerio apostólico y profético recibe jugosos ingresos). Esta mal llamada “cobertura” la da una persona con visión apostólica que ha sido ungida y delegada supuestamente por Dios para poner vestido espiritual sobre otra persona y así protegerla y cubrirla, pero en realidad lo que se busca es poder, dinero y gloria de los hombres.
- Han llegado muchos al extremo de despreciar y difamar las iglesias y los ministerios que no tengan un apóstol que les otorgue cobertura.
- En este movimiento, la cobertura apostólica es el establecimiento activo de una paternidad apostólica sobre un ministerio. Dicha cobertura provee una gracia que desata un ministerio, lo encamina, lo anima, lo exhorta en amor, lo reconoce, elogia y lo promueve. Para quienes creen en el movimiento apostólico, “algo sobrenatural sucede con un ministerio bajo cobertura apostólica”.
- En este movimiento, el apóstol padre no necesariamente está todo el tiempo cercano en términos físicos, pero si espiritualmente. La cobertura se establece bajo una conexión del Espíritu Santo. Un ministro determinado guiado por el Espíritu descubre la gracia de un apóstol padre y es vinculado a él aún sin conocerlo, de espíritu a espíritu. Luego, viene el acercamiento personal, el diálogo y el compañerismo que confirma la determinación de recibir la cobertura apostólica. Una vez establecida la base de la cobertura, esta relación es recíproca y es fortalecida por medio de todas las vías posibles de comunicación. Humanamente, todo esto suena muy bonito pero los principios que se manejan en este movimiento no provienen de la Escritura sino de los hombres; por tanto, no son sanos ni edifican conforme a la voluntad de Dios, sino que esclavizan a la gente a prácticas que la Biblia no promueve.
- Este movimiento maneja un lenguaje sofisticado e intelectual, con apariencia de conocimiento escritural y hermenéutica sana pero refleja en sí la ignorancia de la Palabra de Dios, la tergiversación de versículos bíblicos, la manipulación de las masas, la diplomacia descarada, las ansias de poder y la búsqueda de enriquecimiento constante.
- Este movimiento intenta imitar a los apóstoles del NT y dice que los ministerios apostólicos y proféticos, normalmente están formados por un apóstol, profeta o varios profetas, y citan el caso del ministerio del apóstol Pablo que contaba con un grupo de colaboradores (Hch. 15:32).
- Las supuestas funciones principales de este ministerio apostólico moderno, aparte de establecer nuevas iglesias o supervisar las ya establecidas por ellos, también es la de proveer cobertura espiritual, enseñando, exhortando, animando, aconsejando y ministrando a las iglesias, a sus pastores y líderes. Prácticamente, estos apóstoles modernos pretenden pastorear a los líderes de las congregaciones, profetizar, impartir dones y ordenar nuevos ministros. 
- Este movimiento considera que los 5 ministerios son el modelo de Dios para estos tiempos (lo llaman ministerio quíntuple) y por eso deben ser restablecidos.

Cristo dijo: “Por los frutos se conoce el árbol” (Mt. 7:15-20). El verdadero ministro llamado por Dios no actuará en contravía de los valores y principios de Cristo. Por ende, huyamos de estas herejías y honremos el evangelio puro y sin adulterar que la Biblia nos presenta. No permitamos que los hombres nos desvíen de la senda de santidad y fe que fue trazada en las Escrituras.

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