o. Ministerio del evangelista
La Iglesia de Cristo es el
cuerpo escogido de personas a quienes Dios ha llamado para que lleven el
mensaje de salvación a todos los habitantes del mundo; delegarlo exclusivamente
a los evangelistas, sería un fracaso en este propósito primordial. Así pues, si
revisamos la vida de Cristo en la tierra, nos damos cuenta que él es el modelo
más extraordinario para imitar que tiene todo creyente fiel que evangeliza y
todo evangelista llamado para este ministerio.
Todo creyente que ha
conocido a Cristo debe hacer la labor del evangelista y compartir con otras
personas de su fe en el evangelio, dando buen testimonio y ejemplo en su casa,
en su vecindario, en el trabajo, en el estudio y en todo lugar donde vaya pero
no todo creyente tiene un ministerio de evangelista.
En el NT, el “evangelista”
ejercía un ministerio enfocado en apoyar la Gran Comisión de Cristo; por
ejemplo, Felipe (originalmente uno de los siete diáconos de Hch. 6), fue
llamado por Dios a ser evangelista (Hch. 21:8).
Timoteo fue un creyente que
se formó como un hijo espiritual al lado del apóstol Pablo (1 Tim. 1:2); Dios
usó a Pablo para encargar a Timoteo de varias funciones pastorales como
corregir a otros (1 Tim. 1:3, 4), equipar a otros para la enseñanza (2 Tim.
2:2); a pesar de que Timoteo claramente fue un pastor de una o varias
congregaciones, el mismo Pablo le anima a hacer la obra del evangelista (2 Tim.
4:5). Definitivamente, un pastor que no trabaja en el área evangelística no
tendrá autoridad para mover a los creyentes a ganar almas y mucho menos verá el
crecimiento integral de la iglesia donde pastorea.
El evangelismo puede ser
personal o colectivo:
- Es personal cuando se
tiene una conversación con alguien acerca del destino de su alma y su relación
con Dios. En este diálogo se debe confrontar a la persona con su condición
perdida en pecado y enseñarle que el perdón que Dios le ofrece es por medio de
Cristo y la obra que él efectuó en la cruz. Es dar a la persona una oportunidad
de poner su fe en Jesucristo y recibir el perdón de pecados y la vida eterna.
- Es colectivo cuando
congregamos varias personas o tenemos la oportunidad de compartir nuestra fe
con un grupo.
La mayoría de la gente está
demasiado ocupada para pensar en las cosas de Dios. Peor aún, tienen poca
preocupación por su salvación. Es nuestro trabajo, al encontrar una persona sin
preocupación por la salvación de su alma, producir en ella esa preocupación.
El ministerio de
evangelismo tiene sus principios en el establecimiento de la iglesia primitiva
y se desarrolló especialmente en los viajes misioneros del apóstol Pablo por
Asia Menor y Europa. Todavía al mencionar a un evangelista nos llega a la mente
una persona que viaja mucho y predica en diferentes iglesias. Aunque es cierto,
el mismo caso de Pablo, es un ejemplo de un ministro de Dios que se detuvo en
muchos lugares donde evangelizaba hasta poder establecer una iglesia. En Filipo
duró unos escasos tres meses, mientras que en Éfeso estuvo dos años.
Hay quienes afirman que
todo evangelista debe tener dones de sanidades y milagros para predicar el
evangelio con poder y demostración de parte de Dios a fin de confirmar la
palabra que predica; sin embargo, los dones no son exclusivos de un ministerio
y las señales fueron prometidas a todo aquel que cree (Mr. 16:17, 18). Además,
en ninguna parte de la Escritura se condiciona un ministerio a tener ciertas
manifestaciones del Espíritu Santo porque él da a quien quiere, como quiere,
cuando quiere y donde quiere (1 Cor. 12:11); lógicamente, todo creyente debe
orar y recibir poder de Dios para servir mejor y ver su respaldo en toda labor
que emprenda para la gloria de Dios (1 Ped. 4:11).
¿Cómo desarrollar el evangelismo en una iglesia local y en nuevos campos
de trabajo?
Existen diversas
estrategias para presentar el evangelio a la gente; miremos algunas de ellas:
- Folletos, volantes y
tratados: no todas las personas están dispuestas a entrar en una iglesia y oír
una predicación, ni toman tiempo para platicar con un predicador del evangelio
(sea un creyente de la iglesia, un líder, un colaborador o un ministro
ordenado); por ende, a bajo costo se puede comprar o diseñar una cantidad
considerable de materiales impresos para distribuir en muchos lugares donde
está la gente. No se preocupe usted si la gente lee o no el folleto porque en
ese momento tuvieron la oportunidad de pensar en Dios, en su llamado al
arrepentimiento o en la salvación; la obra la hace el Espíritu Santo; nosotros
debemos orar y sembrar el evangelio. Existen muchos testimonios de personas que
se entregaron a Cristo tiempo después de leer un folleto porque Dios los movió
al arrepentimiento y encontraron bajo la guía del Espíritu Santo un lugar o una
persona idónea para enseñarles mejor el camino del Señor. Si el creyente no es
experto en la predicación, cada vez que entrega un folleto, es igual que si
predicara porque hay un mensaje de parte de Dios para quien lo lee. Por otra
parte, es importante poner en el folleto los datos de contacto de la iglesia,
el lugar y los horarios de reuniones para invitar a la gente. Si alguien
muestra interés en el evangelio, se pueden tomar sus datos para visitarle y
compartir con más tiempo la palabra de Dios en un proceso de discipulado en una
iglesia local; esta parte es fundamental para darle apoyo espiritual a los
nuevos creyentes que quieran seguir a Cristo de verdad; sembremos la palabra de
Dios y él dará el crecimiento en corazones fértiles (Mt. 13:1-23).
- Películas y videos
evangelísticos: otra forma de presentar el evangelio es ver películas y videos
evangelísticos en casas, locales y lugares públicos.
- Evangelismo en la calle:
predicar en la calle es una tarea que requiere valor y dedicación, pero sobre
todo se requiere de amor por el pecador y una convicción de que Cristo puede
cambiar vidas. Por lo general se predica casa por casa, cuadra por cuadra, en
lugares públicos o parques donde es permitido, pero debe hacerse con prudencia,
respeto y consideración.
- Evangelismo al aire
libre, en carpas o en salones rentados: se puede constituir un equipo de
trabajo para hacer campañas evangelísticas en colaboración con una iglesia
local o con varias iglesias en un sector más amplio. Con este equipo se
requiere buena música, películas cristianas, actividades dinámicas y una
predicación relacionada con el mensaje de salvación. El punto es que la iglesia
o las iglesias que se unen den apoyo espiritual a las decisiones de fe y
brinden un discipulado integral a los interesados en seguir a Cristo.
- Evangelismo en radio y
televisión: Aunque la radio y la televisión son ministerios costosos de operar,
alcanzan a mucha gente. Sin gastar dinero, usted puede aceptar invitaciones
para estar en un programa religioso o secular y hablar de algún tema de
interés, aportando una perspectiva espiritual y presentando el evangelio de
forma efectiva. Oremos a Dios para que sea abran puertas grandes y eficaces.
- Evangelismo por internet
y en redes sociales: Es una forma para alcanzar a mucha gente sin gastar mucho
dinero. Para tener resultados es indispensable investigar bien, asesorarse y
crear sitios web y cuentas en redes sociales que tengan visibilidad. En estos
sitios se pueden desarrollar temas de interés general, presentar el evangelio
de manera clara, montar videos, predicaciones, música cristiana, etc. Este es
un recurso evangelístico tanto para predicadores como para escritores y tiene
un gran potencial pero requiere creatividad, paciencia y tiempo para ver
frutos, esperando en la gracia de Dios.
- La obra misionera: todo
creyente puede ser un misionero en su barrio (o donde se encuentre) porque
cumple la gran comisión del Señor de predicar el evangelio a muchas personas
pero hay hombres y mujeres que Dios llama para abrir una obra en un lugar donde
no hay un centro de predicación del evangelio; el misionero así llamado por
Dios va a donde él lo envíe (sin importar la distancia, las costumbres, el tipo
de comida, etc.); puede tener la vocación exclusiva de abrir una obra hasta que
se ponga a un encargado de pastorear y luego va a otro lugar a abrir nuevas
iglesias… o puede ser un llamado a abrir dicha obra y pastorearla. Ambos casos
son comunes en el medio cristiano. Esta persona puede encontrar un trabajo o
una actividad económica que le permita suplir para sus necesidades o puede
contar con el apoyo temporal de una iglesia local que desee darle un impulso
mientras logra estabilidad con un grupo de personas que se congreguen y apoyen
esta labor.
¿Qué caracteriza a un verdadero evangelista llamado por Dios?
- Debe aprender cómo guiar
a una persona a Cristo. Si usted no lo puede hacer, su ministerio no tiene
futuro porque usted no tiene nada que ofrecerle a la gente. Usted, como ministro, no puede hacer nada por la gente, pero Cristo ya ha hecho todo en la cruz del
Calvario, y sigue transformando las vidas de “todo aquel que en él cree” (Jn.
3:16). Usted, como ministro del evangelio, necesita saber cómo orientar a una
persona para que entienda que está perdida en pecado, antes de que pueda ser
salvo en Cristo. Si una persona no se ve a sí misma como perdida en su pecado
jamás va a pedir ser salva. Enfrentar a la persona con su realidad espiritual
no es un tema de mal gusto ni de incomodar o atacar a la gente… es llegar a su
conciencia a través de la Ley de Dios (expresada en los 10 mandamientos), es
hacerles conscientes de que son pecadores y necesitan reconciliarse con Dios,
es contarles que Cristo es la solución al pecado y es el único que puede
salvarnos y perdonarnos, es contarles la historia de amor más grande del mundo:
que aun siendo pecadores Cristo murió por nosotros (Rom. 5:8).
- Debe demostrar que la
falta de fe en Cristo es ofensiva a Dios y que no hay pecado más grande que
rechazar la obra de Cristo porque es la medicina de Dios para nuestros pecados
(Jn. 3:18, 19; Hch. 2:36, 37). Sin fe es imposible acercarse a Dios y agradarle
(Heb. 11:6). Si el pecador no se acerca con fe a Dios, entonces nunca tendrá
esperanza de recibir perdón (Jn. 8:21, 24).
- Debe traer luz donde hay
oscuridad por falta de conocimiento del amor de Dios. Debe ofrecer una
esperanza de una nueva vida, presentándole a Cristo a la gente, quien es la luz
del mundo.
- Debe enseñar a la gente
que no han puesto a Dios en primer lugar en sus vidas y que algún día tendrán
que rendir cuentas a Dios por sus acciones (Mt. 22:37, 38; Rom. 14:12).
- Debe demostrar por las
Escrituras las horribles consecuencias del pecado y explicar claramente el
significado literal, espiritual y eterno de la muerte (Is. 57:21; Rom. 6:23).
- Debe demostrar a la gente
que lo único que se tiene que hacer para estar perdido es rechazar la salvación
que Dios ofrece (Heb. 2:3; 1 Ped. 2:25) y enseñarle que no solo quien está
hundido en vicios o en delitos escandalosos se encuentra separado de Dios (Jn.
3:36; Rom. 2:4).
- Debe enseñar a otros
creyentes que ya siguen a Jesús a compartir también su fe con otros.
- El trabajo del
evangelista es vital para el ánimo y el crecimiento espiritual y numérico de la
iglesia.
- El ministerio de
evangelismo requiere de una persona versátil y creativa que esté dispuesta a
aprender y a desarrollar diversas actividades y herramientas para llevar el
evangelio a muchas personas.
- Necesita estar atento a
la dirección de Dios para sembrar el evangelio y debe tener claro
el tiempo y el lugar donde Dios lo quiere usar; por tanto, sería recomendable
que esté asociado a una iglesia o a varias iglesias que apoyen su ministerio o
que haga parte de una congregación y apoyar el trabajo ministerial de la
iglesia, enfocado en el don que ha recibido. Otra opción, es que él abra una
obra con el apoyo de hermanos en la fe, y luego se delegue a una persona idónea
para atender la nueva congregación. Según el dicho, “el que mucho abarca, poco
aprieta”; por eso, es importante orar a Dios y pedir su guía en este ministerio
evangelístico porque hay muchos que van de iglesia en iglesia, sin estabilidad
espiritual, sin una autoridad delegada por Dios que los guíe, sin un liderazgo
bíblico que los oriente, no dan frutos ni tienen un testimonio limpio, sino que
muestran ambición por el dinero, afán de ser reconocidos y búsqueda de fama, lo
cual trae descrédito al ministerio del evangelista que debe ser honorable y
conforme a las Escrituras. No obstante, aunque el evangelista no tenga que dar
cuentas por su trabajo ante una congregación, como lo hace un pastor, de todas
maneras es responsable delante de Dios por su ministerio y sus logros, y debería tener una congregación y un pastor que lo orienten.
- Hay casos en los que Dios
llama a un creyente con este ministerio de evangelista para abrir una obra, una
iglesia y no cuenta con el apoyo de ninguna iglesia, pero en su vida hay pasión
por Cristo, obediencia a la Biblia, buen testimonio, amor por las almas y
motivaciones correctas. Dios mostrará su propósito y se levantará una
congregación; Dios llamará a otros ministerios y habrá un orden bíblico, frutos
y la gracia del Señor sobreabundará. Recordemos que toda iglesia tiene un
principio: a veces comienza con una familia, otras veces empieza un creyente
solo, en otras ocasiones hay un grupo de personas en una comunidad, y Dios da
el crecimiento y la consolidación a su obra. Todo es cuestión de tiempo,
trabajo, perseverancia y fidelidad a Dios.
¿Cuál es el mensaje del evangelio?
- Enseñar a la gente que
Jesús llevó nuestros pecados en su cuerpo en la cruz (2 Cor. 5:21) y nos puede
dar el perdón de nuestros pecados (Is. 53:6); todos somos pecadores y no hay un
solo justo (Rom. 3:9-26; Jn. 3:16).
- Demostrar que Jesús es el
Salvador que murió y resucitó; solo él nos puede salvar completamente y nos
puede hacer verdaderos hijos de Dios (Jn. 14:6; Hch. 4:12; Jn. 1:12).
- Invitar a la gente a
confesar a Cristo de forma personal, recibirle como Salvador y pedirle perdón
por sus pecados de forma clara en una oración sincera (Rom. 10:9, 10).
- Instruir a la gente en la
gracia y la facultad de Cristo, no solo para darnos perdón de pecados, sino
también para librarnos del poder del pecado a fin de que vivamos en victoria
sobre la tentación y en santidad, obedeciendo los principios de la palabra de
Dios (Heb. 7:25; Jud.1:24).
- Presentar a Jesús como el
Señor (Hch. 2:36). Aunque somos salvos por gracia y no por obras (Ef. 2:8, 9),
él preparó buenas obras para que andemos en ellas y seamos luz en el mundo y
ejemplo para todos los que nos observan; por esto, no es suficiente conocer a Cristo
como nuestro Salvador… él debe ser también Señor de nuestra vida para que le
glorifiquemos en todo mientras vivimos sobre la tierra.
- Estimular en el oyente
que cree de verdad la seguridad de su salvación en Cristo (Jn. 3:36; Mt.
10:32).
- Llevar a la gente a un
proceso de discipulado cristiano donde pueda aprender a caminar con Dios en una
nueva vida. No es suficiente que la persona reciba a Cristo; hay que enseñarle
a dar pasos de maduración en la fe (1 Ped. 2:2; Is. 40:31). En este discipulado
debe aprender a orar (1 Ts. 5:17), a estudiar la Biblia, memorizarla y
practicarla (Sal. 119:11).
¿Cómo empezar un ministerio de evangelismo?
El creyente que es llamado
a ser evangelista muestra pasión por predicar el evangelio, amor por los
perdidos, compromiso de servir a Dios y a los hermanos en la fe, preparación
bíblica
adecuada para enseñar una
sana doctrina, humildad y espíritu de mansedumbre, y sometimiento a las
autoridades que Dios ponga en cada congregación.
- La formación del
evangelista comienza en el evangelismo personal porque comparte su fe con la
gente de forma espontánea y constante; busca oportunidades para hablar de
Cristo y es prudente para presentar el mensaje de salvación.
- El evangelista también
puede ser invitado a una actividad de evangelismo casa por casa, en un parque o
en un lugar público; además, puede ser invitado a visitar junto a otros
hermanos en la fe a personas que están interesadas en el evangelio.
- A medida que Dios va
capacitando al evangelista, puede ser invitado para predicar en una iglesia o
en un evento de evangelismo masivo; su mensaje obviamente se enfoca en la
salvación de aquellos que no conocen al Señor pero Dios también le usa para
edificar, estimular y enriquecer al liderazgo espiritual de la iglesia y a
todos los hermanos en la fe que asistan a esta actividad.
- En síntesis, el
evangelista tiene que saber cómo guiar a una persona o a varias personas a
Cristo, según las circunstancias que se presenten.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario