- En el Nuevo
Pacto que hizo el Señor Jesucristo con la Iglesia, en la Gracia, todos somos
sacerdotes para Dios: “nos hizo reyes y
sacerdotes para Dios, su Padre” (Ap. 1:6); “vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio” (1 Ped. 2:9).
Por esta razón,
es absolutamente anti bíblico que alguien se atribuya el derecho de ser
sacerdote o levita para pedir o cobrar los diezmos, apoyándose en la Ley de
Moisés. Además de eso, somos sacerdotes para ofrecer sacrificios espirituales,
NO MATERIALES. Mire lo que dice la Biblia: “vosotros
también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio
santo, ara ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de
Jesucristo” (1 Ped. 2:5).
Lamentablemente
hoy en día muchos líderes de iglesias que se han alejado de las ordenanzas
divinas, han aplicado una imposición humana con el diezmo y demuestran con ello
ignorancia bíblica o motivaciones incorrectas.
Cabe aclarar que
hay muchos pastores que predican diezmos por ignorancia de las Escrituras pero
en otras áreas honran al Señor y tienen un buen testimonio; sin embargo, no hay
bases bíblicas para enseñar el diezmo. Por consiguiente, si un pastor está
enseñando o pidiendo diezmos, y estudia bien la Biblia, debe corregir su posición
y solo enseñar el principio de dar de corazón y con alegría.
Los pastores o
predicadores que piden o exigen el diezmo en sus iglesias están
malinterpretando este tema porque a ellos jamás les ha correspondido ese
beneficio (el cual solo aplicó para los levitas en el Antiguo Pacto). El diezmo
fue ordenado por el Señor para ellos porque no se les dio herencia en la tierra
prometida, y hoy, muchos de los que viven ilegítimamente del diezmo son los que
tienen las mayores y mejores propiedades y hasta negocios muy rentables,
trayendo descrédito al evangelio y vergüenza al nombre de Cristo.
Quiero decir que
no estoy en contra del derecho que tiene cada persona (sea creyente o
predicador) de poseer propiedades o de abrir negocios rentables para vivir dignamente,
pero un pastor o un predicador honesto y de buen testimonio no debe estar en
busca de riquezas en abundancia sino que debe confiar en la bendición de Dios
para no ser tropiezo a otros que le observan y debe evitar lujos,
extravagancias y excesos. Lastimosamente, hay muchos pícaros y mentirosos que
se aprovechan de la fe de los ingenuos, y serán cada vez más ricos pero siempre
habrá hombres y mujeres íntegros que no predican por dinero sino por amor a
Cristo y a la gente porque dependen de Dios y él es su proveedor.
Nunca
encontraremos que Pablo, Pedro, Juan o cualquiera de los discípulos del Señor
se enriquecieran o que tuvieran esa inclinación por el dinero; es más, muchos
de ellos pasaron por diversas situaciones de crisis financiera pero fueron
fieles a Cristo hasta la muerte.
Jesús mismo nos
enseñó: “Guardaos de los falsos profetas,
que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos
rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos,
o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol
malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo
dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el
fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis” (Mt. 7:15-20).
Si te encuentras
en una iglesia donde los frutos son malos y se ve la codicia de los que
predican o presiden la congregación, huye de allí y no sigas apoyando a
personas inescrupulosas que buscan enriquecerse a costillas de la fe de la
gente. Busca un lugar donde haya buen testimonio, sana enseñanza, santidad,
amor de Dios, evangelismo y discipulado bíblico; apoya ministerios de Dios y de
buenos frutos… obviamente, no hay iglesia perfecta pero ora al Señor y él te
guiará qué hacer y a dónde ir.
- ¿Es correcto
diezmar en una iglesia cristiana? ¿es el lugar donde la Biblia dice que debe
llevarse el diezmo?
“sino que el lugar que Jehová vuestro Dios escogiere
de entre todas vuestras tribus, para poner allí su nombre para su habitación,
ése buscaréis, y allá iréis. Y allí llevaréis vuestros holocaustos, vuestros
sacrificios, vuestros diezmos, y la ofrenda elevada de vuestras manos, vuestros
votos, vuestras ofrendas voluntarias, y las primicias de vuestras vacas y de
vuestras ovejas”
(Dt. 12:5, 6).
“Cuídate de no ofrecer tus holocaustos en cualquier
lugar que vieres; sino que en el lugar que Jehová escogiere, en una de tus
tribus, allí ofrecerás tus holocaustos, y allí harás todo lo que yo te mando” (Dt. 12:13,
14).
NO ERA EN CUALQUIER
LUGAR, NO ERA EN CUALQUIER NACION, SINO EN ISRAEL
“Malditos sois con maldición, porque vosotros, la
nación toda, me habéis robado” (Mal 3:9).
NO DICE TODAS
LAS NACIONES, SINO LA NACIÓN, HACIENDO REFERENCIA A ISRAEL
Este era un
mandamiento para la nación de Israel, para el pueblo judío y no es para los
cristianos.
Hoy, cuando se
trata del dar, a menudo se habla de Malaquías 3 en el A.T. que dice a los
judíos “Traed todos los diezmos al
alfolí” (Mal. 3:10). A muchos predicadores les gusta igualar el alfolí de
Malaquías con su propia iglesia para que puedan aplicar estas Escrituras a
ellos mismos, pero la realidad es muy diferente; el alfolí de Malaquías no
tiene ninguna similitud con la estructura de la iglesia de hoy. Como ya se ha
dicho antes, el alfolí no fue ningún lugar de reuniones, ni un lugar de
adoración; fue simplemente un almacén para los productos diezmados, que desde
allí fueron repartidos a los levitas que no tenían herencia.
- Para los
cristianos, los aspectos rituales de la Ley tales como la circuncisión, los
días sagrados, la abstención de alimentos impuros, las fiestas judías, etc.
dejaron de estar vigentes a partir del sacrificio de Jesús en la cruz (Nuevo
Pacto); sin embargo, de los diezmos planteados antes de la Ley y durante la Ley
en el A.T. podemos aprender principios muy claros sobre el tema de “dar”. Desafortunadamente,
existen cristianos, predicadores y congregaciones que utilizan testimonios de
prosperidad y de bendiciones materiales para atribuir al diezmo un poder divino
y motivar a otros a que también lo practiquen pero toman frases fuera de
contexto para explicar estas cosas.
“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento
en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os
abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta
que sobreabunde”
(Mal. 3:10).
Debemos recordar
que este pasaje de Malaquías fue dicho solo para los “judíos” que no estaban
cumpliendo la Ley; su compromiso se debe al Pacto que tuvieron con Dios; por
ende, ni la maldición y la bendición anunciada a ellos aplica para los
cristianos.
Si Dios bendice
a los creyentes del N.T. no se debe al hecho de pagar un diezmo; es por su
gracia y porque ellos confían en su provisión pero nadie tiene argumentos
bíblicos ni tiene derecho a reclamar la bendición de Malaquías, solo el pueblo
judío. De igual forma, los llamados a probar la fidelidad de Dios en cuanto al
diezmo es la nación de Israel, no los creyentes del Nuevo Pacto.
Para los creyentes que siguen de verdad a Cristo,
las ventanas de los cielos están abiertas por su gracia y las bendiciones del
Señor son abundantes pero no necesitamos probar si Dios es fiel en este tema
financiero.
- Es cierto que
en el A.T. aprendemos muchos “principios” que son importantes para nuestras
vidas y que el N.T. los confirma; con estos principios de Dios crecemos como
cristianos pero existe una enorme diferencia entre aprender los principios del
A.T. e imitar todos los actos del A.T.; por ende, no debemos imitar todo lo que
hacían los israelitas (A.T.) como si fuese una regla absoluta de fe y conducta
para los creyentes.
Miremos algunos
ejemplos:
Algunos hechos
del A.T.
* ¿Los
cristianos sacrificaríamos a nuestro hijo primogénito?
* ¿Los
cristianos sacrificaríamos animales para adorar a Dios?
* ¿Los
cristianos diezmaríamos de los alimentos y animales como lo hicieron los
israelitas?
* ¿Un cristiano
viviría con su esposa pero también tendría relaciones íntimas con la empleada
doméstica, tal cual lo hizo Abraham?
Obviamente, los
cristianos no somos llamados a hacer estas cosas porque el N.T. nos orienta
acerca de qué cosas debemos imitar del A.T. y qué cosas no debemos imitar. Por
ejemplo, miremos algunos principios aplicados
del A.T. en el N.T.:
· Los cristianos
sí debemos imitar la “fe” de Abraham.
· Los cristianos
sí debemos estar agradecidos con Dios y entregarnos a él en sacrificio vivo.
· Los cristianos
sí debemos ofrecer adoración como lo hicieron los patriarcas.
· Los cristianos
sí debemos aprender a “dar” con generosidad y con alegría.
· Los cristianos
sí debemos considerar los errores de los personajes del A.T. para aprender a
obedecer a Dios y así confiar más en sus promesas.
Obviamente, los
cristianos sí somos llamados a hacer estas cosas…
Oremos al Señor
para que nos enseñe qué cosas debemos imitar de los personajes de la Biblia
pero sobre todo debemos imitar el ejemplo supremo de Cristo y honrar los
principios de Dios que encontramos en las Escrituras.
Nosotros los
cristianos que vivimos bajo la “Gracia” tenemos formas diferentes de llevar a
cabo dichos principios de adoración, agradecimiento, fe y apoyo financiero.
Debemos tener claro que la “Ley” fue superada por la “Gracia” de Jesucristo y esto
incluye el diezmo como parte de esa antigua “Ley”; sin embargo, el estándar de
la “Gracia” es que debemos ser generosos pero nadie nos debe presionar ni
debemos competir con otros porque la medida de cuánto damos la decide cada uno
según la dirección de Dios y la generosidad del corazón.
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