Introducción
Como cristianos
convertidos al Señor y fieles discípulos del Maestro somos celosos de la sana
doctrina; por ende, debemos comprender las bases del Evangelismo en la Biblia,
lo cual es esencial para enseñar a otros sobre este tema y proteger la
integridad del Evangelio de Cristo.
Consideremos una
ilustración clave para entrar en el asunto…
El presidente de una
compañía de seguros decidió tomar un largo viaje de crucero como vacaciones. El
presidente abordó la nave, pero antes de zarpar, comenzó a preocuparse por su
empresa. Así que se sentó, escribió una carta con instrucciones específicas y
la entregó al mensajero justo antes de que saliera el crucero. Varios meses
después, el presidente regresó. Lo primero que hizo fue llamar a una reunión y
la primera pregunta que hizo fue: ¿Recibieron mi carta? ¿Qué si recibimos tu
carta? dijo el gerente a cargo, con una gran sonrisa en su rostro. ¡Solo mira
esto! Gustavo, ¿qué dice la página 5, sección 2, párrafo 1? Gustavo se puso de
pie y, para sorpresa del presidente, citó el párrafo al pie de la letra. Luego,
el gerente dijo: Liliana, ¿qué dice la página 3, párrafo 5? Entonces Liliana citó
todo el párrafo. Y luego, con énfasis, el gerente citó toda la última página
sin omitir ni una palabra. El presidente quedó muy impresionado y dijo: Bueno,
veo que recibieron mi carta. Ahora, en el primer párrafo de la primera página,
les di la instrucción de contratar 10 nuevos prospectos para nuestra póliza de
seguro… ¿cómo va eso? El gerente muy apenado, dijo: Bueno jefe, usted no
entiende. ¡Verá, aún estamos estudiando la carta!
Del igual forma,
cuando Jesús se fue de la tierra, él nos dejó instrucciones claras de cuál es
su voluntad, la cual debemos cumplir hasta que él regrese. La declaración más
importante de su voluntad fue la Gran Comisión (Mt. 28:19, 20). ¡En este
mandato de hacer discípulos, el primer paso claramente es evangelizar! Con el
fin de llevar a cabo la Gran Comisión, los miembros de la iglesia en todo el
mundo deben ser capacitados y movilizados para compartir efectivamente el
Evangelio. Para lograr esto, los pastores y colaboradores de cada iglesia local
necesitan entrenar a su gente pero ellos mismos deben aprender estos
principios, vivirlos y transmitirlos con el ejemplo y con la experiencia
diaria.
“El
discípulo no es superior a su maestro; mas todo el que fuere perfeccionado,
será como su maestro” (Lc. 6:40). Aquí se halla
un importante principio que podemos aplicarlo en este entrenamiento y es que
aquellos a quienes entrenemos, hagan lo mismo que nosotros. Supongamos que
alguien te enseña a compartir tu fe pero que durante el entrenamiento descubres
que esta persona casi nunca comparte su fe con otros. ¿Cuánto podrías aprender
de este maestro? ¿Te ayudaría a ser efectivo con los ejemplos personales que
demuestra? (¡No!) Por lo tanto, parte de nuestra preparación para entrenar a
otros a evangelizar, es mejorar nuestra propia práctica como modelo para los
demás.
Así pues, en este
estudio, nuestros objetivos son:
* Construir una base
teológica sólida para el Evangelismo.
* Mejorar nuestra
habilidad personal para compartir el Evangelio.
* Aprender a entrenar
a los miembros de nuestra iglesia a compartir su fe y prepararlos para hacer lo
mismo. Personalmente, debes ganar al menos 4 conversos para Cristo y para tu
iglesia en los siguientes 4 meses, para ser un buen modelo para aquellos a
quienes enseñas.
* Comenzar a
discipular a estos nuevos creyentes.
* Prepararte para
entrenar a otros líderes a hacer todo esto.
En muchos países del
mundo (e incluso en tu país) la gente y aún pastores, no son claros acerca del
Evangelio. Ya sea accidental o intencionalmente, añaden o quitan algo del
Evangelio. Ciertamente, nada es más importante en la formación de discípulos,
que presentar un mensaje preciso del Evangelio. Por tanto, debemos lograr una
comprensión profunda del Evangelismo.
I. Definiciones bíblicas importantes
Para empezar,
necesitamos estar claros sobre las definiciones de varios términos claves:
a. Evangelismo
Evangelismo es el
proceso de proclamar, predicar o llevar las Buenas Nuevas. Para hacerlo
efectivamente, la Biblia enseña que hay varias responsabilidades de parte de la
persona que lo proclama. Para completar la definición, aclararemos que el
Evangelismo implica presentar el Evangelio verbalmente, en el poder del
Espíritu Santo y dejándole a Dios los resultados. Para familiarizarse con esta
palabra, busquen y lean los siguientes pasajes: Rom. 1:15; Hch. 5:42; 8:4, 12;
11:19-21.
b. Evangelista
Un evangelista es
aquel que proclama las Buenas Nuevas: El Evangelio. Esta persona puede ser
alguien a quien Dios le otorgó el don como lo menciona Ef. 4:11. Sin embargo,
en muchos casos, es un cristiano común como se describe en Hch. 8:4.
La Biblia asume que
todos los cristianos se involucrarán compartiendo el Evangelio con otros,
incluso si es que no tienen el don espiritual del Evangelismo. Por favor,
considera que Hch. 1:8 instruye a todos los discípulos de Jesús a evangelizar.
Además, en Mt. 28:19, 20 les dice a los discípulos que enseñen a todos los
demás a obedecer todo lo que Jesús les mandó (esto incluye evangelizar). Así
pues, Hch. 11:19-21 muestra que la iglesia primitiva entendió y practicó este
mandato. Sin embargo, algunos cristianos tratan de escapar de su
responsabilidad de evangelizar porque dicen: “No tenemos el don de
evangelizar”. Sin embargo, tengan en cuenta que el evangelismo no es solo un
don espiritual… es también una responsabilidad personal, incluso para aquellos
que no tienen el don. Así que, un Evangelista es aquel que presenta el
Evangelio y todo cristiano debe ser Evangelista (2 Cor. 5:20). En otras
palabras, los creyentes que no comparten el evangelio con otros son
directamente desobedientes con Cristo.
c. Evangelio
Evangelio viene de la
palabra griega euangelion, que deriva de dos palabras griegas: eu que significa bueno, y angelos, que significa mensaje. Juntos,
significan Buenas Nuevas. Esta palabra es usada 77 veces en el N.T. Si bien
Buenas Nuevas puede significar cualquier buena nueva, en la Biblia, estas
buenas nuevas son siempre de Jesucristo. Posteriormente, discutiremos el
contenido exacto del Evangelio.
d. Las bases bíblicas para el Evangelismo
En este estudio sobre
Evangelismo podemos considerar CUATRO razones bíblicas que demuestran la
importancia del Evangelismo. Aprendamos cada una de ellas para asegurarnos de
que aplicamos el Evangelismo con la actitud correcta.
- El carácter de Dios
Dios es amor y
compasión. Él cuida profundamente de todas las personas a quienes él creó. Como
resultado de ese carácter, él desea que ninguna persona perezca, sino que todos
sean salvos. Cuando practicamos el Evangelismo, expresamos esta naturaleza de
Dios y esto le complace (Ez. 18:32; Jn. 3:16; 1 Tim. 2:4; 2 Ped. 3:9).
- La condición del
hombre
El ser humano fue
creado originalmente a la imagen de Dios y todas las personas tienen un valor
muy especial para él. Sin embargo, el ser humano pecó en el principio (Adán y
Eva) y sigue pecando al desobedecer los mandamientos de Dios. Esta condición
caída del ser humano es evidente desde temprana edad porque tiende a la
rebeldía, la mentira y la insensatez. Esta situación ha hecho que el hombre
viva distante de su Creador y Dios mismo juzgará todos sus pecados. Todo ser
humano hace lo malo ante Dios y es consciente de la responsabilidad de sus
actos (unos más y otros menos, pero todos tienen distintos grados de
entendimiento del bien y del mal). Sus espíritus están muertos porque están
separados de Dios por causa del pecado y nada de lo que hagan puede ganar la
salvación. Son esclavos del pecado y están destinados al castigo eterno por su
desobediencia a Dios. Debido a esto, solo Dios puede salvarlos y él hace esto a
través Cristo, pero nosotros los cristianos somos los llamados a presentar el
Evangelio. Cuando practicamos el Evangelismo, expresamos nuestra fe en esta
verdad bíblica (Ef. 2:1-3; Rom. 5:12; 3:23; 6:23; 1 Cor. 1:21).
- El pacto de Dios
Sabiendo acerca de la
necesidad del hombre de salvación, Dios hizo un pacto con Abraham, prometiendo
salvación a aquellos que pusieran su fe en Dios. El N.T. revela a Jesucristo el
que provee salvación a todos los que confíen en él como su Salvador. Cuando
evangelizamos, somos parte de la fidelidad de Dios porque confirmamos su
promesa (Gn. 12:1-3; Gál. 3:6-18; Heb. 8:8-12).
- El mandato de
Cristo
Cristo nos dio a
todos los creyentes el mandato de evangelizar; incluso si es que no queremos,
tenemos el mandato de hacerlo por obediencia y cuando obedecemos, complacemos a
Dios, expresamos su carácter, experimentamos su poder y recibimos bendiciones
maravillosas (Mr. 16:15; 2 Cor. 5:14-21; Jn. 15:14).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario