Miremos algunos consejos
prácticos para entrar en la presencia de Dios siempre que queremos orar, sentir
su abrazo, disfrutar de su poder y permanecer en la presencia de Dios todo el
día y todos los días (1 Ts. 5:16, 17):
- Vivir en conexión con
Dios cada momento del día, meditando en él, admirando sus obras en la creación
(Am. 5:8), reconociéndole en los pequeños detalles del día, sintiéndonos
agradecidos por todo (por sus bendiciones y por las dificultades que permite).
Estos es cultivar un corazón sensible para experimentar a Dios siempre.
- Orar a Dios sin cesar
durante todo el día mientras tengamos la oportunidad, meditando y expresando
palabras de fe y poder de las Sagradas Escrituras, luchando contra el pecado y
los demonios, sin distraernos ni afectar nuestras actividades normales del día.
- Tomando un tiempo de
oración en la mañana, en un espacio del día o en la noche, y adorar a Dios,
expresando lo que él es y lo que él hace.
- Reconocer a Dios en cada
situación, invocarlo, buscarlo (1 Crón. 16:11; Sal. 69:32), conocerlo (Jer.
9:24), experimentarlo, tener hambre y sed de su justicia (Mt. 5:6), hacerle
preguntas, leer la Biblia todos los días para aprender a entender el carácter
de Dios y su voluntad perfecta para nuestra vida (Col. 3:1).
- Compartir con los
hermanos en la fe y recibir edificación (Heb. 10:23-25).
- Compartir el evangelio
con otros para que Cristo sea glorificado en la tierra y que muchas vidas le
conozcan de forma personal (Mt. 28:19, 20). Por esta razón, vemos que Cristo
envío al Espíritu Santo, para que los creyentes cumplieran una tarea
primordial: ser testigos de Cristo a todas las naciones (Hch. 1:8).
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