Eclesiástico ó la
sabiduría de Sirac.
Este
texto fue compuesto alrededor del 180 a.C. y su estructura literaria es
semejante al libro canónico de Proverbios; contiene muchos consejos prácticos pero
no hace parte del canon judío. Además, en su prólogo, el mismo libro niega su
inspiración divina. De igual forma, hay muchos elementos que no compaginan con
los principios bíblicos; a continuación revisemos con detalle:
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En 3.3 dice: “Quien honra a su padre expía sus pecados”. Esta expresión no es verdadera
ya que la Biblia no enseña que las buenas obras expíen o purifiquen los pecados
de los hombres.
-
En 3.14 dice: “La compasión hacia el padre no será olvidada, te servirá para
reparar tus pecados”. Aquí encontramos el mismo punto del versículo anterior,
en el cual se pone un énfasis desmedido en las buenas obras, minimizando la
seriedad del pecado. Este pensamiento no es coherente con la Biblia.
-
En 3.30 dice: “La limosna perdona los pecados”. Esta posición es completamente
errada porque sigue la misma línea de los dos versículos anteriores. Dios es
quien perdona los pecados cuando hay un corazón arrepentido de verdad. En el
N.T. hallamos algo mucho más grande: Dios envió a su Hijo para morir por
nuestros pecados y en él tenemos paz y perdón en relación con Dios (Rom. 5:1).
En conclusión, las buenas obras no garantizan el perdón de Dios.
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