La Biblia no aprueba los libros apócrifos
La oración de Manasés
Esta
narración ha sido fechada en el siglo II a.C. Su contenido consiste
precisamente en una plegaria que Manasés presenta delante de Dios; Manasés fue
uno de los reyes más perversos que gobernó en Judá (2 Crón. 33:1-9) y vivió
cerca del año 690 a.C.; por esta razón, este texto no corresponde al contexto
histórico del personaje que menciona y en consecuencia, no debe ser aceptado
como un relato verídico y mucho menos como escritura sagrada.
En
el libro de Crónicas, se registra que Manasés fue llevado cautivo por los asirios
(2 Crón. 33:11-13). Mientras estuvo prisionero, Manasés rogó por misericordia y
al ser liberado y restaurado en el trono, abandonó la idolatría y se volvió a
Dios de todo corazón (2 Crón. 33:15-17). Ahora bien, la Biblia habla sobre la
oración que hizo pero no describe qué dijo: “Los
demás hechos de Manasés, y su oración a su Dios, y las palabras de los videntes
que le hablaron en nombre de Jehová el Dios de Israel, he aquí todo está escrito
en las actas de los reyes de Israel. Su oración también, y cómo fue oído, todos
sus pecados, y su prevaricación, los sitios donde edificó lugares altos y
erigió imágenes de Asera e ídolos, antes que se humillase, he aquí estas cosas
están escritas en las palabras de los videntes” (2 Crón. 33:18, 19).
Puesto
que esta oración no se halla en la Biblia, algún escritor quiso agregarla pero
Dios no lo inspiró ni lo guió porque él dejó escrita su palabra para que
conozcamos su revelación; si el Espíritu Santo omite algo, no debemos añadir a
la Biblia ni aceptar que otros lo hagan porque son especulaciones e
imaginaciones de hombres y no la verdad de Dios, la cual no tiene engaños ni
errores.
La
oración es considerada por judíos, católicos romanos y evangélicos como una
escritura apócrifa y no inspirada por Dios; sin embargo, fue incluida en la
Vulgata a finales del siglo IV, inmediatamente después del libro de 2 Crónicas.
Además, la oración fue incluida en la Biblia del Oso de 1569 y en la Geneva
Bible de 1599, por lo tanto aparece en los libros apócrifos de la King James
Version de 1611. Por otra parte, la oración está incluida en algunas versiones
de la Septuaginta griega.
Para
terminar, miremos un ejemplo de los errores que se encuentran en las escrituras
no inspiradas por Dios… en el versículo 8 dice: “Oh Señor, Dios de los
justos, no has designado el arrepentimiento para el justo, porque Abraham,
Isaac y Jacob, no pecaron contra ti”. Esta afirmación es falsa porque la Biblia
claramente muestra los pecados de muchos personajes que menciona (incluidos Abraham, Isaac y Jacob) y evidentemente,
ella misma afirma: “… no hay justo, ni
aun uno” (Rom. 3:10); “por cuanto
todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Rom. 3:23). Quien
haya leído la Biblia de forma seria, rechazará contundentemente lo que dice la
oración de Manasés en este pasaje.
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