La palabra apócrifo muchas
veces se usaba para la literatura secreta de alguna secta que no revelaba sus
más profundas enseñanzas sino a los adeptos. Este término, en la iglesia
primitiva, vino a representar las escrituras apocalípticas o difíciles de comprender
y más tarde las que eran espurias (falsas) o heréticas; es decir, los libros
apócrifos son los que han sido juzgados NO canónicos por los judíos y por la
iglesia cristiana.
El problema de los libros
apócrifos surge en el siglo II a.C. (los cuales se originan en el periodo entre
el A.T. y el N.T.), cuando por iniciativa de Tolomeo II Filadelfo (un rey
egipcio amante de las letras y la sabiduría) se llevó a cabo el trabajo de traducir
todos los libros religiosos de origen hebreo. Los 70 eruditos judíos
seleccionados por el rey egipcio llevaron al griego los libros del A.T. (22 en
aquel tiempo), más otros 15 libros hebreos que no pertenecían al canon judío.
Sin embargo, la Biblia hebrea y los judíos seguían conservando solo los libros
inspirados.
A comienzos del siglo V, el
escritor cristiano Agustín (354-430), en su opinión de las Sagradas Escrituras,
propuso diferentes grados de autoridad o canonicidad, dando pie a que la Iglesia
Católica Romana, al paso de los años, aceptara otros más en el A.T. Por
consiguiente, las Biblias Católico-Romanas incluyen textos apócrifos en sus
versiones.
9 libros completos:
Tobías, Judit, Sabiduría,
Eclesiástico, Baruc, 1 y 2 de Macabeos, 1 y 2 de Esdras.
* Nota: hay quienes agrupan
los libros de 1 y 2 de Macabeos, 1 y 2 de Esdras en dos libros. En este caso,
se habla de 7 libros. Por otra parte, existen otros dos libros llamados 3 y 4
de Macabeos, los cuales son incluidos en la versión Dios Habla Hoy (realizada
para la Iglesia Católica Romana).
Adiciones a 2 libros
canónicos:
- Adiciones de un texto
griego al libro de Ester (el cap. 10 tiene añadidos 10 versículos y además, hay
6 capítulos completos); así que el libro de Ester, en la versión Vulgata Latina
tiene 16 capítulos en total.
- El cap. 3 del profeta
Daniel, tiene añadidos 66 versículos, desde el 24 al 90, y además 2 capítulos
completos, el 13 y el 14, que cuentan las leyendas de Susana, y Bel y el
Dragón.
La mayoría de estos textos
fueron añadidos oficialmente en el concilio de Trento (1545-1563 d.C., unos
1700 años después de que fueron escritos) por líderes católicos, llamándoles
"deuterocanónicos", es decir, un segundo canon (con otro grado de
canonicidad). Todos fueron escritos alrededor del s. II a.C. a excepción de 3 y
4 de Macabeos que fueron escritos probablemente en el s. III d.C.
En 1826, las Sociedades
Bíblicas Unidas tomaron la resolución de excluir los libros apócrifos de sus
ediciones, pero en 1968 se comprometieron a una cooperación con la Iglesia
Católica Romana; fruto de ello, la Biblia Dios Habla Hoy incluyó 12 libros
apócrifos: 1 y 2 de Esdras, Tobías, Judit, 1, 2, 3 y 4 de Macabeos, Oración de
Manasés, Sabiduría, Sirac y Baruc.
Nuestro deber como
seguidores de Cristo es mantener la pureza de la Palabra de Dios, sin quitarle
y sin añadirle (Ap. 22:18, 19). En este sentido, es elogiable la posición de
las Sociedades Bíblicas Británicas, quienes no pueden incluir los apócrifos en
sus ediciones de la Biblia, puesto que sus estatutos lo impiden.
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