- La oración
debe hacerse con peticiones a Dios. Muchas veces no tenemos algo porque no lo
hemos pedido en oración (Stg. 4:2); simplemente lo pensamos, lo deseamos, pero
olvidamos lo más primordial… pedir a Dios en oración.
En la historia del
ciego Bartimeo (Mr. 10:46-52) también podemos ver este principio: él tenía una
necesidad especifica, y fue eso lo que le pidió a Jesús: “Maestro, que recobre la vista”. Y fue eso lo que recibió: la
vista.
- La oración
debe basarse en las promesas de Dios, las cuales encontramos en su palabra. Si
no leemos ni estudiamos la Biblia, no tendremos la capacidad para comprender
sus promesas; además, no podremos recordarlas en oración.
Debemos ir una y
otra vez a las promesas de la palabra para anhelar y pedir lo que podemos
recibir de Dios, hasta que se haga una realidad en nuestra vida (2 Cor. 4:13).
- La oración
debe hacerse con acción de gracias (Fil. 4:6; Rom. 4:20-22). Al orar debemos
darle gloria a Dios por su misericordia, por su bondad, por su fidelidad y por
todo lo que él es, por lo que ha hecho y por lo que hará. La confianza en Dios
nos ayudará a comprender más su poder y su amor, dándole gracias sin haber
visto aún su respuesta. Así pues, la alabanza a Dios es el nivel más alto de fe
porque tú estás dando gracias a Dios por la respuesta aunque todavía no hayas
confirmado su respuesta con los sentidos (es decir, no has visto, no has oído,
no has palpado la respuesta divina, pero descansas en él y le das gracias).
- La oración debe
ser hecha con un corazón libre de resentimientos y odios. Jesús dijo que cuando
oremos, debemos perdonar para que también el Padre celestial nos perdone (Mr.
11:25, 26). Todos ofendemos a otros de muchas formas y pecamos contra Dios
frecuentemente; así pues, no hay razón para no perdonar, ya que todos
necesitamos el perdón de Dios y el perdón de los demás. De igual forma, no hay
pecado que no podamos perdonar y no hay una persona que no podamos perdonar, ya
que Dios mismo nos ofrece el perdón a todos y sin distinguir la clase de pecado.
Si tienes falta
de perdón decide caminar en el amor de Dios y perdonar a la persona que te
ofendió; así le abrirás la puerta a Dios para que pueda responder tus
oraciones.
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