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jueves, 12 de marzo de 2015

Los requisitos que Dios exige para una oración eficaz Parte II


Cuando oramos en conformidad con la voluntad de Dios (1 Jn. 5:14, 15), el Señor nos dará la sabiduría y la gracia para esperar lo mejor de él, sin angustiarnos y en paz porque habrá confianza en nuestro corazón.

Alguien podría preguntar: ¿Dónde encontramos la voluntad de Dios? La respuesta correcta es: en su palabra que es la Biblia. Así pues, para recibir las cosas que deseamos de Dios, debemos ir a su palabra.

La palabra “confianza” viene del término griego parresia. Esta palabra viene de otros dos términos: pas que significa todo y rhesis que significa parlamento. Otra definición para parresia es “libertad de habla o audiencia”.

Estudiemos un ejemplo al respecto en Est. 4:10, 11; 5:1-3. Para poder entrar en la presencia del rey Asuero, Ester tenía que hallar gracia ante él. Según el texto bíblico, ella tuvo libertad de audiencia para entrar en la presencia del Rey. De igual forma, en Heb. 10:19-22 dice: “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura”.

Nosotros tenemos libertad de audiencia para entrar en la presencia de Dios a través de Cristo pero debemos acercarnos con un corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. Todo esto habla de tener motivaciones limpias, confianza plena en Dios y una vida santificada para él.

Nosotros somos hijos de Dios y tenemos total libertad de audiencia con Dios. Por esta razón podemos citar 1 Jn. 5:14 de esta manera: “Esta es la libertad total de audiencia que tenemos en él”.

Pasemos ahora a la segunda parte de este verso: “que si pedimos alguna cosa”

La palabra “pedir” es aiteo que significa hacer una petición o presentar una solicitud. Esta palabra la encontramos muchas veces en la Biblia, con un énfasis en la promesa de que la oración será respondida (Mt. 7:7, 11; Mr. 11:24; Lc. 11:13; Jn. 14:13, 14; 15:7; 16:23, 24). Así pues, la palabra aiteo, la mayoría de las veces sugiere la actitud de un suplicante… es la petición de alguien que está en menor posición con respecto a quien oye la petición; por ejemplo, en Mt. 7:7 se ve el caso de un hombre pidiendo algo a Dios; en Mt. 7:9, 10 nos habla de un hijo hablando a su padre; en 1 Jn. 5:14, 15 se encuentra en referencia a una petición dirigida a Dios. En Jn. 14:13, 14; 16:23 nos habla de peticiones dirigidas al Padre en el nombre de Jesús. En otras palabras, siempre que vemos aiteo en relación con la oración nos encontramos con pedidos hechos a Dios, y cómo Dios responde a la oración de sus hijos.

Pasemos ahora a la tercera parte de este verso: “conforme a su voluntad”

La palabra “conforme” es kata que significa estar de acuerdo, bajo o cerca de. Am. 3:3 nos da una idea de lo que significa esta palabra: “Andarán dos juntos si no estuvieren de acuerdo”. Por ende, no podemos caminar con Dios si no estamos de acuerdo con él y ahí se aplica la expresión “conforme a su voluntad”.

Pablo dependía de la voluntad de Dios para lograr hacer un viaje a Roma a fin de visitar a los creyentes y a la iglesia en esa ciudad (Rom. 1:10). Además, él mismo expresó que su llamamiento provino de la voluntad de Dios (1 Cor. 1:1) y que el apoyo de los hermanos en la fe hacia su ministerio fue por la voluntad de Dios (2 Cor. 8:5).

De igual forma, la adopción en Cristo, como hijos de Dios para salvación, fue el resultado de la voluntad de Dios (Ef. 1:3-11). Note que al final Pablo plantea que la voluntad de Dios es el fundamento de todas sus obras. Por este motivo, Cristo mismo se sujetó a la voluntad del Padre y por esta obediencia, nosotros hemos sido santificados por la obra de Cristo hecha en la cruz (Heb. 10:7, 10). Asimismo, el hacer la voluntad de Dios asegura la promesa y el galardón de Dios en relación con la vida eterna (Heb. 10:35, 36).

En síntesis, si queremos estar de acuerdo con Dios y orar conforme a la voluntad de Dios, necesitamos estar dispuestos a hacer las cosas en armonía con su palabra (la Biblia).

En 1 Jn. 5:14 dice: “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye”. Otra forma de entender el texto sería: “Y esta es la libertad total de audiencia que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su palabra, él nos oye”.

La palabra “oye” es akouo y es traducida como audiencia, oír, escuchar e informar. En otras palabras, Dios atiende y responde a la oración cuando se hace de acuerdo a su palabra y conforme a su voluntad.

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