Cuando oramos en
conformidad con la voluntad de Dios (1 Jn. 5:14, 15), el Señor nos dará la
sabiduría y la gracia para esperar lo mejor de él, sin angustiarnos y en paz
porque habrá confianza en nuestro corazón.
Alguien podría
preguntar: ¿Dónde encontramos la voluntad de Dios? La respuesta correcta es: en
su palabra que es la Biblia. Así pues, para recibir las cosas que deseamos de
Dios, debemos ir a su palabra.
La palabra “confianza” viene del término griego
parresia. Esta palabra viene de otros dos términos: pas que significa todo y
rhesis que significa parlamento. Otra definición para parresia es “libertad de
habla o audiencia”.
Estudiemos un
ejemplo al respecto en Est. 4:10, 11; 5:1-3. Para poder entrar en la presencia
del rey Asuero, Ester tenía que hallar gracia ante él. Según el texto bíblico,
ella tuvo libertad de audiencia para entrar en la presencia del Rey. De igual
forma, en Heb. 10:19-22 dice: “Así que,
hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de
Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto
es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios,
acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los
corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura”.
Nosotros tenemos
libertad de audiencia para entrar en la presencia de Dios a través de Cristo
pero debemos acercarnos con un corazón sincero, en plena certidumbre de fe,
purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua
pura. Todo esto habla de tener motivaciones limpias, confianza plena en Dios y
una vida santificada para él.
Nosotros somos
hijos de Dios y tenemos total libertad de audiencia con Dios. Por esta razón
podemos citar 1 Jn. 5:14 de esta manera: “Esta
es la libertad total de audiencia que tenemos en él”.
Pasemos ahora a
la segunda parte de este verso: “que si
pedimos alguna cosa”
La palabra “pedir”
es aiteo que significa hacer una petición o presentar una solicitud. Esta
palabra la encontramos muchas veces en la Biblia, con un énfasis en la promesa
de que la oración será respondida (Mt. 7:7, 11; Mr. 11:24; Lc. 11:13; Jn.
14:13, 14; 15:7; 16:23, 24). Así pues, la palabra aiteo, la mayoría de las
veces sugiere la actitud de un suplicante… es la petición de alguien que está
en menor posición con respecto a quien oye la petición; por ejemplo, en Mt. 7:7
se ve el caso de un hombre pidiendo algo a Dios; en Mt. 7:9, 10 nos habla de un
hijo hablando a su padre; en 1 Jn. 5:14, 15 se encuentra en referencia a una
petición dirigida a Dios. En Jn. 14:13, 14; 16:23 nos habla de peticiones
dirigidas al Padre en el nombre de Jesús. En otras palabras, siempre que vemos
aiteo en relación con la oración nos encontramos con pedidos hechos a Dios, y
cómo Dios responde a la oración de sus hijos.
Pasemos ahora a
la tercera parte de este verso: “conforme
a su voluntad”
La palabra “conforme”
es kata que significa estar de acuerdo, bajo o cerca de. Am. 3:3 nos da una
idea de lo que significa esta palabra: “Andarán
dos juntos si no estuvieren de acuerdo”. Por ende, no podemos caminar con
Dios si no estamos de acuerdo con él y ahí se aplica la expresión “conforme a su voluntad”.
Pablo dependía
de la voluntad de Dios para lograr hacer un viaje a Roma a fin de visitar a los
creyentes y a la iglesia en esa ciudad (Rom. 1:10). Además, él mismo expresó
que su llamamiento provino de la voluntad de Dios (1 Cor. 1:1) y que el apoyo
de los hermanos en la fe hacia su ministerio fue por la voluntad de Dios (2
Cor. 8:5).
De igual forma,
la adopción en Cristo, como hijos de Dios para salvación, fue el resultado de
la voluntad de Dios (Ef. 1:3-11). Note que al final Pablo plantea que la
voluntad de Dios es el fundamento de todas sus obras. Por este motivo, Cristo
mismo se sujetó a la voluntad del Padre y por esta obediencia, nosotros hemos
sido santificados por la obra de Cristo hecha en la cruz (Heb. 10:7, 10).
Asimismo, el hacer la voluntad de Dios asegura la promesa y el galardón de Dios
en relación con la vida eterna (Heb. 10:35, 36).
En síntesis, si
queremos estar de acuerdo con Dios y orar conforme a la voluntad de Dios,
necesitamos estar dispuestos a hacer las cosas en armonía con su palabra (la
Biblia).
En 1 Jn. 5:14
dice: “Y esta es la confianza que tenemos
en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye”. Otra
forma de entender el texto sería: “Y esta es la libertad total de audiencia que
tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su palabra, él nos oye”.
La palabra “oye” es akouo y es traducida como
audiencia, oír, escuchar e informar. En otras palabras, Dios atiende y responde
a la oración cuando se hace de acuerdo a su palabra y conforme a su voluntad.
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