Visitas por países (actualizando)

Flag Counter

Bienvenida

Agradecemos su visita

Este blog ha sido creado para brindar un espacio donde queremos compartir el mensaje de la Palabra de Dios mediante diversas herramientas: texto, audio, video, entre otras.

La Iglesia Cristiana Sión tiene como misión el predicar el evangelio a toda criatura y en todas las naciones. Además, la tarea es hacer discípulos auténticos que sigan a Cristo y reflejen su carácter.

Le invitamos a participar con sus comentarios y opiniones

Mayor informes:

Barrio Robledo Parque - Medellín, Colombia

Alejandro Ocampo -2646825 - 3122958775

Barrio El Playón - Medellín, Colombia

Juan Carlos Sánchez -4619040 - 3136619531

domingo, 1 de marzo de 2015

La oración Parte I


El cristianismo tiene como fin primordial el establecer una relación personal y profunda con Dios mediante la obra de Cristo en la cruz. Uno de los medios más importantes para mantener esa relación personal con él es la oración; existen otros medios como la lectura diaria y el estudio de la Biblia, la obediencia a Dios y a su Palabra, la adoración mediante cánticos (los cuales expresan muchas veces diversas oraciones), el congregarnos como hermanos en Cristo en una iglesia local, entre otros. Sin embargo, en esta ocasión vamos a concentrarnos en la oración…

a. ¿Qué es la oración?

Orar es el acto de abrir nuestro corazón a Dios como a un amigo (compañero, hermano, padre, maestro, consejero, guía, etc.) y hablar con él de forma personal. En otras palabras, la oración es una parte vital de nuestra vida como creyentes, en especial porque a través de ella nos comunicamos con Dios y él se comunica con nosotros.

b. ¿Cuáles son los propósitos de la oración?

- Dios conoce nuestra vida y sabe todo lo que hay dentro de nosotros y todo lo que nos rodea (Sal. 139:1-4; Mt. 6:8). Ahora bien, podríamos pensar que no necesitamos decirle lo que sentimos o lo que nos preocupa o lo que nos falta, pero el hecho de saber que Dios todo lo conoce, más bien debe llevarnos a confiar en que Dios está enterado de nuestras necesidades mejor que nosotros mismos, y sabe lo que vamos a pedir, incluso antes de pensarlo o decirlo. El motivo para orar no es para contarle algo que no sepa,  sino para desarrollar una relación cada vez más profunda y sólida con él, en una comunión diaria y constante, donde recibimos gracia, favor, dirección, consuelo, gozo y fuerzas para enfrentar cada situación que se presenta y aprendemos a confiar en él. Realmente, es maravilloso saber que Dios nos escucha, nos comprende y que podemos reposar en él, entregarle nuestras cargas y encontrar paz y esperanza en su presencia.

- La oración no fue diseñada para mover a Dios para que cambie sus propósitos porque él es soberano e inmutable (Stg. 1:17). Todo lo bueno viene de Dios; él es sabio y perfecto en sus métodos; no podemos hacer cambiar de opinión a Dios. Su deseo siempre es hacer el bien y ayudarnos; por tanto, no tenemos que convencerlo de que cambie su forma de pensar o actuar frente a nosotros. Más bien, la oración nos permite entender más sobre su carácter y podemos descansar en su perfecta voluntad. En oración podemos rendir nuestra voluntad inestable, caprichosa, voluble y cambiante, a la voluntad sabia, perfecta, inquebrantable e inmutable de Dios.

- La oración se convierte en una oportunidad para reflexionar en la presencia de Dios y adecuar nuestra vida a la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta (Rom. 12:1, 2: Mt. 6:10; 1 Jn. 5:14). Así pues, la oración eleva nuestra mente a los pensamientos de Dios (Is. 55:6-9).

- Normalmente, Dios actúa de acuerdo a nuestras oraciones; si le tenemos en cuenta y buscamos su dirección, él nos habla y nos muestra el camino. Sin embargo, hay momentos en los cuales sin haber orado, Dios también manifiesta sus propósitos, o por el contrario, estamos orando por algo y Dios parece no responder, pero él sabe manejar los tiempos para cada situación; solo debemos confiar en su sabiduría y amor que se muestran a favor de nosotros.

- Otro motivo que nos lleva a la oración es la necesidad de la sabiduría de Dios para comprender su palabra, para enfrentar situaciones y crisis, para mejorar cada día en todas las áreas de nuestra vida… y la lista sería interminable (Stg. 1:5).

- La oración nos ayuda a permanecer en contacto con Dios y a perseverar en una condición espiritual segura. Descuidar la oración hace que nuestra mente se centre de forma exclusiva en lo terrenal, y podríamos relajarnos moralmente, tomando decisiones inadecuadas, hasta llevar una conducta desordenada. Jesús dijo: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer” (Jn. 15:5). Así pues, la oración sincera y piadosa (acompañada de fe y obediencia) nos ayuda a permanecer en Cristo y así tener la capacidad para dar mucho fruto para Dios.

- La oración es la llave de Dios que abre las puertas en el mundo espiritual, porque cuando usamos la autoridad del nombre de Jesús y confiamos en las promesas de Dios, en su poder y en su fidelidad, veremos cómo Dios abre las puertas que están cerradas (Jn. 16:23, 24). Muchas veces no vemos esta realidad porque no usamos la llave de la oración o porque la usamos de forma incorrecta, o porque queremos que todas las puertas se abran, ignorando la soberanía de Dios para responder conforme a su perfecta voluntad.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario