Visitas por países (actualizando)

Flag Counter

Bienvenida

Agradecemos su visita

Este blog ha sido creado para brindar un espacio donde queremos compartir el mensaje de la Palabra de Dios mediante diversas herramientas: texto, audio, video, entre otras.

La Iglesia Cristiana Sión tiene como misión el predicar el evangelio a toda criatura y en todas las naciones. Además, la tarea es hacer discípulos auténticos que sigan a Cristo y reflejen su carácter.

Le invitamos a participar con sus comentarios y opiniones

Mayor informes:

Barrio Robledo Parque - Medellín, Colombia

Alejandro Ocampo -2646825 - 3122958775

Barrio El Playón - Medellín, Colombia

Juan Carlos Sánchez -4619040 - 3136619531

martes, 23 de junio de 2015

Divorcio y recasamiento Parte I


Introducción
El siguiente estudio tiene como propósito servir de guía a las personas solteras, en unión libre, casadas, divorciadas y recasadas, y a todos los cristianos que desean comprender bien cuál es el plan de Dios para el matrimonio a la luz de las Escrituras. Aquí usted se encontrará con una exposición bíblica sobre la naturaleza del matrimonio y lo que dice Dios sobre su durabilidad y su indisolubilidad. Como ha de ver, contrario a la opinión popular del pseudo-cristianismo moderno, la Biblia no ofrece base alguna para segundas nupcias después de un divorcio; tal acto es siempre considerado como adulterio y eso lo profundizaremos a continuación.

Si usted es una persona recasada, este tema se plantea para llevarle a una reflexión bíblica y seria sobre la necesidad de obedecer a Dios antes que a normas de hombres; el propósito de este estudio es que usted sea restaurado para entender y hacer la voluntad de Dios y posteriormente, usted se convierta en un instrumento para ayudar a otros en situaciones similares a la suya y no en un instrumento para guiar a otros hacia el camino equivocado del recasamiento.

Si usted vive en unión libre y quiere seguir de verdad a Cristo, el Señor le llama a obedecer su palabra, buscando su dirección para que Dios le dé su compañero (a) y así honre el matrimonio haciendo un compromiso formal ante Dios y ante las autoridades correspondientes. Confíe en el Señor porque él contestará a su oración: si es la voluntad de Dios, entonces se casará con su compañero (a) actual; si no es la voluntad de Dios, usted tomará la decisión de terminar con esa relación y consagrará su vida a Cristo, esperando el tiempo del Señor para que disfrute de la bendición del matrimonio como él lo estableció. Por el momento, le recomiendo seguir a Cristo, orar a Dios por su respuesta clara y ser ejemplo para su pareja mientras Dios le contesta qué debe hacer (casarse con esa persona o separarse). En el último caso, no espere mucho tiempo porque su vida está en una unión ilegal delante de Dios y debe resolver su situación en el menor tiempo posible.

En este orden de ideas, espero que este material sirva como ayuda espiritual y que le motive a fortalecer su relación con Dios y con la pareja con la cual vaya a constituir o haya constituido un vínculo matrimonial bíblico. Además, deseo que desarrolle un entendimiento claro sobre este importante tema y se preocupe por tener un matrimonio basado sobre la verdad de la Palabra de Dios y no sobre argumentos humanos. Si tiene problemas en su matrimonio, le aconsejo que busque la forma de llegar a un acuerdo con su pareja y que oren a Dios para que el Espíritu Santo les ayude a cumplir con el mandato divino de Cristo que dijo: “lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” (Mt. 19:6).

a. Miremos el contexto histórico actual

Nuestra sociedad hoy en día refleja el distanciamiento del hombre con Dios y sobre todo la tergiversación de los principios de la Palabra de Dios para justificar toda clase de prácticas pecaminosas. La descomposición moral, espiritual, social y familiar de la gente en la actualidad tiene muchos factores: incredulidad a Dios y a su Palabra, cambio de valores (minimizando los principios bíblicos y resaltando los principios humanistas, donde se pone al hombre y los sentimientos por encima de Dios y de sus mandamientos), materialismo, consumismo, búsqueda de poder económico, ideológico, colectivo, legal y psicológico, drogadicción, alcoholismo, hábitos inadecuados en el manejo del dinero, inmoralidad sexual, maltrato intrafamiliar a nivel psicológico, emocional, físico y sexual, entre otros. No obstante, hay un factor que ha sido determinante en esta realidad y es la desintegración familiar, donde el divorcio ha sido uno de los factores que más ha influido en esta realidad. Obviamente, cada persona asume de forma diferente los cambios que enfrenta en la vida, pero los conflictos al interior de la familia siempre influyen en los conflictos individuales y sociales.

Hace varias décadas atrás, nuestros abuelos eran todavía jóvenes y nuestros bisabuelos estaban en todo el vigor de su vida, los automóviles eran solo para personas pudientes, no había televisores, ni computadoras, y mucho menos internet ni hornos microondas. La vida era muy diferente en comparación con nuestros tiempos porque era más simple. Un radio, una lámpara de gas y un pedazo de pan caliente eran suficientes para vivir tranquilos. En aquellos tiempos, las familias crecían y miraban con optimismo hacia el futuro en el cual vivirían sus descendientes. Hacían planes para sus hijos y los hijos de sus hijos. En ese entonces, el tema del divorcio era algo muy escaso. Las personas que se unían en matrimonio lo hacían en su mayoría para toda la vida, pero mucho ha cambiado desde esos días, no solamente en el mundo sino también en las iglesias cristianas.

Las estadísticas nos muestran que en la actualidad la tasa de divorcio es muy alta en comparación con las generaciones anteriores. Se dice que 1 de cada 2 matrimonios termina en divorcio y la iglesia cristiana no ha salido ilesa de este fenómeno. Son muchas las personas que, profesando ser cristianas, no solo se divorcian, sino que se recasan una o más veces, cayendo así en pecado de adulterio. Es tiempo de que el pueblo que teme a Dios se dé cuenta de lo que está pasando y que no se deje llevar por las corrientes de este mundo que solo continúan yendo en contra de la verdad bíblica y quebrantando los fundamentos espirituales que una vez fueron establecidos por Dios y no por los hombres.

Muchos cristianos se han recasado bajo el consejo de pastores y líderes que, en vez de llevarlos a la verdad, los guían al pecado, y aún muchos de ellos son divorciados y recasados. ¿Qué ejemplo o qué buen consejo pueden dar los “supuestos” ministros cristianos que son recasados a aquellos que buscan orientación de pareja? Y no solo aconsejan a personas divorciadas a casarse nuevamente con otra pareja sino que le aseguran y le profetizan que Dios tiene algo mejor para ellos y que él está en el asunto y para colmo de males, ellos mismos ofician las ceremonias matrimoniales.

En este estudio se demostrará claramente y de acuerdo a la Biblia que todo aquel que se recasa comete adulterio; ésta no es una enseñanza muy popular entre los creyentes de hoy en día, pero Cristo tampoco era popular en su tiempo, cuando enseñaba verdades que confrontaban el pecado de la gente. Asimismo, como seguidores de Cristo, al predicar el evangelio, no debemos buscar hacer “enemigos”, ni tampoco “amigos”… solo debemos buscar presentar la verdad bíblica en torno a la enseñanza del matrimonio. No se trata de evadir el tema, justificándose en la supuesta necesidad de tener amor y misericordia por la gente; mas bien se trata de defender la verdad bíblica por encima de los sentimientos e ideas de la gente. Cuando las personas quitan su mirada de Dios y se dejan llevar por los sentimientos y por los tiempos en que vivimos, entonces encontramos comentarios como éste que alguien escribió recientemente: “¿Si el divorcio es tan malo y está en contra de la Palabra de Dios, porque la mayoría de las iglesias permiten el divorcio y el recasamiento? ¿no prueba eso que la posición conservadora y legalista es incorrecta y que la mayoría de los teólogos estudiosos no ven la regla contra el divorcio como ustedes la ven? Saben, ustedes no son la última palabra en el Cristianismo. ¿Piensan ustedes que alguien tiene que mantenerse en un matrimonio que les hace infeliz y miserable por el resto de sus vidas? ¿O piensan ustedes que Dios quiere que la gente sea feliz? ¿No es cierto que la estricta ley en contra del divorcio proviene de interpretaciones personales, y el hecho de que la mayoría de las iglesias muestran compasión y lo permiten, es prueba de que todos ustedes se han quedado atrás en el tiempo?”

Esa es la manera como piensan los supuestos creyentes modernos; sin embargo, Dios no quiere tanto que seamos felices como que seamos obedientes a su Palabra, porque solo así disfrutamos de la verdadera felicidad. Consideremos lo que dice la Biblia: “Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; el precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos” (Sal. 19:8).

“Si quieres ser popular prédica de la felicidad. Si quieres ser impopular prédica de la santidad” — Leonard Ravenhill.

No se trata de felicidad sino de obediencia. No es falta de compasión, sino lo contrario, es compasión por las almas de los pecadores para que se aparten de sus pecados porque “la paga del pecado es muerte…” (Rom. 6:23). No es que estemos atrasados en el tiempo, sino que no nos conformamos a estos tiempos, como dijo Pablo: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Rom. 12:1, 2).

En este sentido, como el autor del matrimonio es Dios, entonces tomamos de su Palabra, la Biblia, la autoridad para poder saber cuál es su voluntad agradable y perfecta y qué es lo que él ha dicho al respecto. Por ende, no debemos colocar nada por encima de la Palabra de Dios, ni las experiencias personales ni las ideas humanas acerca de la felicidad del hombre.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario