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viernes, 5 de junio de 2015

Santidad interna y externa Parte XIV



¿Qué dice la Biblia sobre el maquillaje?
Ahora que la historia de los cosméticos ha sido expuesta de forma general, veamos más profundamente dentro del tema, examinando qué dice la Biblia al respecto. Alguien podría preguntarse: ¿realmente la Biblia menciona este asunto? ¿qué opinión tiene Dios acerca del maquillaje? ¿es agradable o no delante de sus ojos?

Las palabras “maquillaje, cosméticos, lápiz labial, rubor, base, pestañina, etc.” nunca las vas a encontrar en la Biblia; asimismo, no vas a encontrar en la Biblia las palabras lotería, chance, aguardiente, cigarrillo, marihuana, droga, pornografía, etc. El hecho de que una palabra no se encuentre en la Biblia, no quiere decir que Dios no tenga algún principio espiritual que nos permita evaluar la utilidad, la conveniencia o el valor de algo para nuestra vida cristiana; todo lo contrario, los principios bíblicos son el mapa para comprender la perfecta voluntad de Dios para su pueblo y si no prestamos atención a ellos, nos desviaremos del carácter de Dios y de sus virtudes.

Solo miremos el término maquillaje, el cual proviene del verbo maquillar. Si vamos al diccionario o a un buscador en internet, existen varias definiciones pero hay una que me llama la atención y es “alterar engañosamente la apariencia de un asunto u otra cosa”. El verbo maquillar hace referencia a buscar una apariencia artificial que no se tiene y a una intención de mostrar algo que no se posee a fin de obtener un resultado. En cuanto a la belleza artificial y a buscar una apariencia falsa, podemos ratificar que mucha gente se ha enseñado a maquillarse y se ha vuelto algo normal, pero la Biblia tiene varias referencias significativas al respecto.

A pesar de que la Sagrada Escritura no use el término maquillar o ciertas palabras modernas, sí encontramos alusiones al maquillaje; por ejemplo, hay varias citas muy interesantes que deberíamos conocer y comprender para captar la perspectiva de Dios acerca de este punto.

Una primera cita que se va a analizar se encuentra en el libro de Jeremías, en donde se ilustra la condición espiritual y moral de Israel en su tiempo; Dios guía al profeta a utilizar un lenguaje figurativo para evidenciar el pecado de su pueblo: “Y tú, destruida, ¿qué harás? Aunque te vistas de grana, aunque te adornes con atavíos de oro, aunque pintes con antimonio tus ojos, en vano te engalanas; te menospreciarán tus amantes, buscarán tu vida” (Jer. 4:30). 

El simbolismo es el siguiente:
- Israel se ha desviado de Dios (su esposo espiritual) para adorar a dioses falsos y hacer alianzas con naciones idólatras (amantes).
- Para seducir a sus amantes, Israel se viste de grana (escarlata o rojo); este color escarlata se usa mucho en relación con la apostasía religiosa que es mirada por Dios como una prostitución de la fe; el cuadro perfecto lo encontramos en la descripción de la gran ramera de Apocalipsis que es el sistema religioso pagano que unifica toda institución, ideología y doctrina que está en contra de los principios bíblicos (Ap. 19:1-5). Recuerde a la antigua Semiramis, quien inició la Religión de los Misterios Babilónicos. Ella fue la primera ramera mencionada en la Biblia (vista en relación con la historia de Nimrod en Gn. 10) y un tipo de la religión que ella fundó, la cual ha sobrevivido por miles de años.
- Además, Israel se adorna con atavíos de oro, se pinta con antimonio los ojos y se engalana; sin embargo, sus amantes le menospreciarán y buscarán su vida (intentarán destruirla).

La relación de la inmoralidad sexual con la idolatría está muy clara pero no olvidemos el uso de implementos para los ojos que es una referencia a la seducción que usa una ramera en el contexto histórico y cultural de la época (y que sigue vigente), a fin de atraer la mirada de los hombres para cometer actos de inmoralidad.

Dios no está aprobando el uso de accesorios de vanidad para la mujer y la ilustración define una actitud de rechazo hacia la seducción inmoral, la cual emplea antimonio para cambiar el contorno de los ojos y atraer la mirada.

El antimonio es un elemento de la naturaleza y puede encontrarse en diversos colores: blanco azulado, negro y amarillo. Principalmente se emplea en aleaciones metálicas y en algunos de sus compuestos para dar resistencia contra el fuego, en pinturas, cerámicas, esmaltes, vulcanización del caucho y fuegos artificiales.

En el tema de la seducción, los ojos suelen ser una de las partes del cuerpo que mayor influencia tienen en el momento de buscar que otra persona sea atraída; por eso, un verdadero cristiano (hombre o mujer) jamás tendrá la inclinación de seducir con la mirada a quien no es su esposo (a) porque hay temor de Dios en su corazón y respeto a su Palabra. Por otro lado, las personas que no tienen temor de Dios usan sus ojos para la seducción de forma constante… mire lo que dice la Biblia: “Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, y no dejes la enseñanza de tu madre; átalos siempre en tu corazón, enlázalos a tu cuello. Te guiarán cuando andes; cuando duermas te guardarán; hablarán contigo cuando despiertes. Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, y camino de vida las reprensiones que te instruyen, para que te guarden de la mala mujer, de la blandura de la lengua de la mujer extraña. No codicies su hermosura en tu corazón, ni ella te prenda con sus ojos; porque a causa de la mujer ramera el hombre es reducido a un bocado de pan; y la mujer caza la preciosa alma del varón” (Pr. 5:20-26).

Muchos podrían decir que una mujer cristiana tiene derecho a seducir a su esposo y por tanto, podría utilizar maquillaje para verse más seductora, pero este argumento es completamente pobre y falso porque Dios nunca ha estado de acuerdo con la belleza artificial y la vanidad… antes bien, él es claro y radical contra estos antivalores; precisamente, lo más hermoso del amor de pareja en el matrimonio es que no necesita de artificios para la seducción pues hay formas sanas y efectivas (porque armonizan con la Palabra de Dios) para seducir (atraer, conquistar) a quien amamos y nos ama (solo en el matrimonio); por ejemplo:

- El alimentar una relación afectiva con respeto, consideración y valoración todos los días.
- El uso de palabras amables y románticas.
- El regalar detalles u objetos que son de valor para la persona amada.
- Las caricias tiernas y el amor sincero.
- El desarrollo de una vida sexual en pareja que sea sana y satisfactoria para el hombre y la mujer.

Le invito a que lea Proverbios capítulo 5 y allí encontrará una guía práctica de cómo vencer la inmoralidad sexual y honrar el matrimonio cada día, sin necesidad de emplear la vanidad como elemento de seducción. Es más, el libro de Cantares es una poesía hermosa, creativa e inspirada por Dios y abunda en expresiones sanas del amor de pareja; al leerlo usted encontrará cómo el amor se puede enriquecer y fortalecer.

Volviendo a la ilustración que Dios hace de Israel en el libro de Jeremías (como una mujer vanidosa y ramera), tenemos que deducir que históricamente esta nación buscó mejorar artificialmente en su apariencia exterior (en vez de confiar en la gracia de Dios); además, en la historia bíblica su inclinación ha sido la búsqueda de aprobación de las naciones alrededor, porque quiere imitarlas en sus prácticas y costumbres, las cuales son rechazadas por Dios. Solamente al leer los libros de los profetas del A.T. usted se dará cuenta de esto.

De la misma forma, la mayoría de las mujeres cristianas se inclinan a la vanidad y buscan mejorar artificialmente en su apariencia exterior (en vez de confiar en la gracia de Dios); asimismo, ellas siempre están buscando la aprobación de los demás, imitando las prácticas y las costumbres de quienes no temen a Dios. Lamentablemente, en vez de ser un ejemplo para el mundo, ellas quieren imitar al mundo.

Si miramos las cosas bajo el lente de Dios (por los principios de Dios en la Biblia), si las mujeres que profesan piedad no usaran maquillaje, esto les haría resaltar como luz en las tinieblas y como un ejemplo de sencillez, modestia, autenticidad, pureza y santidad. Obviamente, su conducta debe ser intachable en todas las áreas para que sean de bendición y de buen testimonio, porque la santidad debe ser integral (por dentro y por fuera).

Ore a Dios y pida dirección al respecto. El Espíritu Santo jamás le dejará sin entendimiento si su corazón es recto y completamente honesto delante de él. Que la paz de Dios gobierne en sus pensamientos y en su corazón.

Otra cita bíblica que debemos revisar es Ez. 23:40 “Además, enviaron por hombres que viniesen de lejos, a los cuales había sido enviado mensajero, y he aquí vinieron; y por amor de ellos te lavaste, y pintaste tus ojos, y te ataviaste con adornos”.

En el libro de Ezequiel encontramos múltiples referencias al pecado de Israel y al juicio que vendrá sobre la nación a causa de su alejamiento de Dios. En este sentido, Ezequiel tiene el mismo perfil del mensaje de Jeremías. Por este motivo, hay muchas ilustraciones similares; entre ellas, sigue presente la descripción gráfica de Israel como una mujer vanidosa y adúltera que se prepara para el encuentro de sus amantes mediante el uso de maquillaje, aunque aquí se habla de dos mujeres que son hermanas. Tengamos en mente que Samaria era la capital de la antigua Casa de Israel (con diez tribus) y Jerusalén era la capital de la Casa de Judá (con dos tribus); aquí están representadas las dos hermanas.

En este pasaje se manifiesta el mismo deseo de seducción y uno de los medios utilizados para esto fue el maquillaje, el cual refleja la vanidad que desagrada a Dios.

Una tercera escritura (que habla del maquillaje y de otros accesorios relacionados con la vanidad) la encontramos en Is. 3:16-26 “Asimismo dice Jehová: Por cuanto las hijas de Sion se ensoberbecen, y andan con cuello erguido y con ojos desvergonzados; cuando andan van danzando, y haciendo son con los pies; por tanto, el Señor raerá la cabeza de las hijas de Sion, y Jehová descubrirá sus vergüenzas. Aquel día quitará el Señor el atavío del calzado, las redecillas, las lunetas, los collares, los pendientes y los brazaletes, las cofias, los atavíos de las piernas, los partidores del pelo, los pomitos de olor y los zarcillos, los anillos, y los joyeles de las narices, las ropas de gala, los mantoncillos, los velos, las bolsas, los espejos, el lino fino, las gasas y los tocados. Y en lugar de los perfumes aromáticos vendrá hediondez; y cuerda en lugar de cinturón, y cabeza rapada en lugar de la compostura del cabello; en lugar de ropa de gala ceñimiento de cilicio, y quemadura en vez de hermosura. Tus varones caerán a espada, y tu fuerza en la guerra. Sus puertas se entristecerán y enlutarán, y ella, desamparada, se sentará en tierra.”

Una vez más, como en Jeremías y Ezequiel, el tema de esta profecía son las condiciones, actitudes y pecados nacionales en Israel, pero en el capítulo 3 de Isaías describe un tiempo cuando las mujeres estaban dedicadas a la seducción, la coquetería y la vanidad.

En el v. 16 se habla de “ojos desvergonzados” y esta frase es entendida de la siguiente forma por múltiples fuentes serias de hermenéutica bíblica:
- La Concordancia de Strong define “ojos desvergonzados” como “parpadear coquetamente”. Esto significa “usar los ojos para propósitos seductores”.
- El American Heritage Dictionary (Diccionario Americano del Patrimonio) amplía el significado de “desvergonzados”: “inmoral o incasto; libidinoso”. La pregunta que podría surgir es: ¿qué hace a los ojos “inmorales o libidinosos”? Sigamos analizando las definiciones y comprenderemos mejor.
- El Lange’s Commentary (Comentario de Lange) explica: “El orgullo lujurioso de las mujeres también será humillado (v. 16, 17). El profeta aquí retoma el hilo que había sido perdido o cortado al final del v. 12, y recurre a la indebida predominancia de la influencia femenina, pero particularmente al exceso prevaleciente de lujuria femenina, no solo como pecaminosa en sí misma, sino como una causa principal de la violencia y el desorden social mencionado previamente, y consecuentemente a ser castigado con enfermedad, viudez y exposición vergonzosa”.
- El Comentario de Jamison, Fausset y Brown, añade un elemento crítico adicional a la frase “ojos desvergonzados”, que es de importancia central para lo que se está describiendo: “ojos desvergonzados — Hebreo (mesha-ququeroth, que viene de shaquar, engañar), ‘engañando con sus ojos’… del caldeo, “resaltar los ojos falsamente con pintura”. Los párpados de las mujeres en el Este (oriente) a menudo están coloreados con antimonio o polvo de plomo.

Muchos podrían argumentar a favor del uso del maquillaje e ignorar las Escrituras mencionadas pero el pensamiento de Jeremías, Ezequiel e Isaías es el mismo: la vanidad es desagradable ante los ojos de Dios porque procura una apariencia engañosa para llamar la atención y seducir al sexo opuesto.

Otro apunte clave lo encontramos en el Comentario de Clarke a Is. 2:6 “Ciertamente tú has dejado tu pueblo, la casa de Jacob, porque están llenos de costumbres traídas del oriente…”. Si hacemos un estudio serio sobre los cosméticos, muchos de estos implementos fueron producidos y vendidos en tiempos antiguos… especialmente en Oriente.

Clarke comenta acerca de Is. 3:16: “Sus pestañas, las cuales son largas, y de acuerdo a la costumbre del Oriente, vestidas con antimonio, (como a menudo leemos en las Santas Escrituras de las mujeres hebreas de antaño, Jer. 4:30; Ez. 23:40)… ‘pero ninguna de aquellas damas’, dice el Dr. Shaw en Travels (Viajes) p. 294, ‘se considera estar completamente vestida, hasta que se ha teñido el cabello y los bordes de sus párpados con antimonio, el polvo del plomo…’ Ezequiel 23:40 usa la misma palabra en la forma de un verbo, cachalt eynayik, ‘has vestido tus ojos con antimonio’, lo cual la Septuaginta traduce como ‘has vestido tus ojos con alheña’… compare 2 Rey. 9:30 y Jer. 4:30”.

Clarke identifica una de las más antiguas fuentes conocidas del maquillaje (Oriente), la cual era la fuente de Israel para estos productos.

Una vez que los versículos en Isaías son examinados y entendidos apropiadamente, es claro por qué Dios es “provocado” a ira. Los cosméticos están siendo aplicados para la vanidad y la seducción, y esto es contrario al carácter santo de Dios.

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