El simbolismo
del cabello en la Biblia
Para entender
los principios de Dios en relación con el cabello, debemos mirar el significado
del cabello a la luz de toda la Biblia, con un balance adecuado entre el A.T. y
el N.T.
El A.T. fue
escrito para nuestra enseñanza y para nuestro ejemplo (Rom. 15:4; 1 Cor.
10:11). La Ley es nuestro maestro para traernos a Cristo (Gál. 3:24). El A.T.
es parte de nuestro fundamento como Iglesia de Cristo (Ef. 2:20); por ende, hay
muchos tipos y sombras allí que nos ayudan a apreciar la enseñanza del N.T. y a
entender su valor (Col. 2:16, 17; Heb. 8:5; 10:1).
En este sentido,
un estudio cuidadoso del A.T. nos mostrará mucho del significado que Dios
establece en el cabello.
No nos
engañemos, aunque la Ley no ha perfeccionado a nadie ni puede justificarnos, en
ella hay principios que jamás perderán su vigencia… por ejemplo, la moral, el
orden social, la santidad, la obediencia a Dios y a sus mandamientos, el
respeto a la familia, al matrimonio y a las autoridades delegadas por Dios,
etc. Si alguien rechaza toda la Ley o todo el Antiguo Testamento, argumentando
que no tiene valor ni aplicación, entonces debe pedir al Señor entendimiento
para interpretar mejor las Escrituras porque se está perdiendo de un tesoro
espiritual maravilloso. Recordemos que los aspectos de la Ley que no tienen
vigencia tienen que ver con estatutos ceremoniales y rituales, pero los
principios contenidos en todo lo que Dios dejó en el A.T., lo que enriquece
nuestros valores como creyentes y lo que adorna nuestra vida moral, personal,
familiar y espiritual, jamás perderá vigencia.
En el A.T. el
cabello era símbolo de perfección y fuerza
Entre los
judíos, la abundancia de cabello indicaba perfección y fuerza. La carencia de
cabello simbolizaba lo opuesto: la imperfección, la gloria perdida y la falta
de poder. Por ejemplo, unos jóvenes, en forma despreciativa llamaron “calvo” a
Eliseo (2 Rey. 2:23). Esta palabra era una expresión del A.T. que no
necesariamente indicaba la calvicie actual; mas bien significaba que la persona
así llamada era sin valor, imperfecta y sin gloria.
El corte del
cabello era símbolo de aspectos negativos y desfavorables; por eso, a través
del A.T., vemos las siguientes referencias:
- El cortarse el
cabello simboliza la deshonra (Esd. 9:3; Neh. 13:25) y el luto (Is. 22:12; Ez.
27:31; Miq. 1:16).
- La carencia
del cabello se usa para significar la esterilidad, el pecado y el juicio de
Dios (Is. 3:17, 24; 15:2; Jer. 47:5; 48:37; Ez. 7:18; Am. 8:10).
- En Is.
3:17-24, el juicio de Dios hacia las mujeres orgullosas era que en vez de tener
la compostura del cabello, él les raparía la cabeza. Esto significaba que
estarían sin honor y avergonzadas.
- En Jer. 7:29,
Dios usó la ilustración del cabello corto como símbolo de su rechazo a causa de
la condición de pecado de Israel.
Por otra parte,
el cabello era símbolo de gloria y honra de parte de Dios; veamos algunas citas
bíblicas:
- En Ez. 16:7,
el cabello largo de una mujer simboliza las bendiciones de Dios.
- El cabello de
Ezequiel fue utilizado por Dios como una lección práctica. Dios le hizo cortar
su cabello y usó esto para ilustrar cómo la gloria de Dios saldría de Jerusalén
(Ez. 5). Para hacer esta descripción entera de la salida de la gloria de Dios y
del juicio que vendría, Dios usó el cabello de Ezequiel. El profeta sin su
cabello mostraba en su aspecto la deshonra y la vergüenza; de igual forma,
Jerusalén sería puesta en deshonra porque no quiso honrar la Ley ni determinó
obedecer al Dios que estableció la Ley.
Por otro lado,
el cabello sin cortar era una marca de separación a Dios
- Un ejemplo de
este punto lo hallamos en el nazareato (Núm. 6:1-21). Nazareo viene de la
palabra hebrea “nazir” y quiere decir “separado o consagrado”. Los nazareos
eran personas que tenían que ser separadas para Jehová. Esta separación es conocida
por tres señales externas: un nazareo no debería a) comer uvas o sidras, ni sus
derivados (porque de ahí se preparaban bebidas que tendrían efectos sobre la
conducta); b) tocar un cadáver; c) cortar el cabello de su cabeza de ninguna
forma. Esta última señal era la única que servía para identificar a un nazareo
por su apariencia externa. Un nazareo podría ser hombre o mujer (v. 2) y el
voto se podría tomar por un período temporal o la vida entera. Por ejemplo:
Sansón fue nazareo desde la matriz (Jue. 13:7). La abundancia de cabello
significaba la fuerza, perfección y gloria, y en esto se representaba que una
persona se había dedicado para Dios. Su cabello significaba la consagración a
Dios que tenía sobre su cabeza (Núm. 6:7). Durante el período de su separación
él era santo (consagrado a Dios) y al final del voto él debía cortar su cabello
(v. 5). La razón por la que él no podía profanarse era que la marca de su
separación estaba en su cabeza para que todos pudieran verla (v. 7). Si un
nazareo rompía su voto entonces él tenía que afeitar su cabeza (v. 9). ¿Por
qué? Si él no cortaba su cabello, entonces indicaba que todavía estaba separado
a Jehová. Su apariencia y sus acciones estarían en conflicto, por lo cual sería
una consagración falsa. Cuando el voto se terminaba, su cabello era cortado y
puesto encima del altar para una ofrenda de paz (v. 18).
- Otro hecho
interesante es que, en Israel, cada séptimo año se llamaba el año sabático. Los
árboles y las vides no eran podados, y no se araban ni se sembraban los campos.
En particular, se dejaban sin podar las vides (Lv. 25:5, 11). En el hebreo, la
palabra “podar” es “nazir” que también traduce “nazareo”. No se podaban ni se
cortaban estas vides “nazareas,” pero se permitía que crecieran libremente para
Jehová y era un símbolo de consagración para él.
En resumen
- En el A.T. el
cabello era una señal de poder, perfección, y gloria, pero la falta de cabello
representaba la deshonra y la vergüenza. En este estudio no se está
pretendiendo interpretar este tema de forma literal para los creyentes del N.T.
como si fuera un mandamiento el ser un nazareo para Dios pero hay unos
principios interesantes que Dios atribuyó al cabello y que tienen un sentido
práctico. Por tanto, en el A.T. el cabello fue una marca visible de la
separación del mundo y de la consagración a Dios.
¿Cómo relacionar
estos aspectos con el N.T.?
Hemos revisado
anteriormente la enseñanza de Pablo con respecto al cabello (1 Cor. 11:1-16) y
en conclusión podemos decir lo siguiente:
- Ante Dios y
ante los hombres debe haber una distinción entre los sexos; en otros temas ya
tratados se enseñó la diferencia en la forma de vestir y comportarse; en este
tema, el énfasis es la diferencia en el corte de cabello para distinguir al
hombre y a la mujer.
- El cabello en
el varón debe ser corto porque es una señal de respeto y sujeción a Cristo, el
cual es su cabeza. Sin embargo, el cabello en la mujer debe ser largo porque es
una señal de respeto y sujeción al varón, el cual es su cabeza. La cubierta de la
mujer es un símbolo de la posición que Dios le ha dado sobre la tierra y esta
cubierta es el cabello largo que Dios le concedió.
- Dios ha
requerido siempre que su pueblo tenga marcas específicas que le diferencie del
resto del mundo. Los judíos son un ejemplo: ellos son la única raza de gente
que ha sobrevivido con identidad, cultura y religión nacionales únicas, aunque
estuvieron sin un territorio oficial como nación por casi 1.900 años. La razón
es que los mandamientos y los principios de Dios (que están en el A.T. de la
Biblia) les dieron luz y dirección para guardarse en separación a Dios.
Asimismo, la única manera en que la Iglesia puede sobrevivir como Cristo lo
demanda (en santidad y con un buen testimonio) es manteniendo una separación
del mundo. En este sentido, la apariencia externa sí importa porque nos da una
posición clara a hombres y mujeres dentro del plan de Dios enmarcado en su
palabra.
- Debemos
considerar que la Biblia plantea que el hombre es tipo de Cristo y que la mujer
es tipo de la Iglesia, la esposa del Cordero (Ef. 5:22-32). Entonces, si un
hombre tiene el cabello largo, afrenta su cabeza (que es Cristo) y si una mujer
corta su cabello afrenta su cabeza (que es el varón). Esta tipología viene de
Dios y es parte de una enseñanza divina; por ende, es nuestro deber obedecer a
Dios. No debemos ponerla ligeramente a un lado y desconocer el trasfondo que
contiene; sin embargo, como decía Pablo con respecto al asunto del cabello: “Con todo eso, si alguno quiere ser
contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios” (1
Cor. 11:16). En su tiempo, el modelo presentado por Pablo fue el perfil de las
iglesias cristianas; por tanto, los creyentes que seguimos la línea
conservadora mantendremos el mismo pensamiento, el cual está totalmente
sustentado por las Sagradas Escrituras.
¿Cuál debe ser
la longitud del cabello?
- Existen tres
longitudes básicas del cabello: el cabello largo (sin cortar), el cabello
cortado, y la cabeza rapada.
- El cabello de
un hombre cristiano debe ser suficientemente corto para distinguirle de las
mujeres. Además, su cabello debe estar bien aseado y arreglado; es recomendable
el evitar cortes de cabello que reflejen modas y costumbres que no traen buen
testimonio como cristiano que profesa piedad. En estos casos, el varón de Dios
debe orar al Señor por dirección a fin de ser un ejemplo para otros, mostrando
seriedad, madurez, pudor y masculinidad.
- El cabello de
una mujer cristiana debe ser suficientemente largo para distinguirle.
Obviamente, debe tener todos los cuidados básicos para el bienestar del
cabello, cortando las puntas y lavándolo de forma apropiada; sin embargo, se
recomienda que la mujer cristiana se abstenga de modas y costumbres que no sean
de buen testimonio como cristiana que profesa piedad. De igual forma, la mujer
de Dios debe orar al Señor para que guíe siempre su vida a fin de ser un
ejemplo para otros, mostrando recato, pudor, modestia, pureza y feminidad.
- En el caso de
los copetes, los cachos y otros cortes de cabello similares (en hombres y
mujeres), es mejor evitarlos porque dan lugar a todo tipo de modas para el
cabello que no se ajustan a los principios bíblicos presentados anteriormente
(modestia, castidad, sencillez, naturalidad, autenticidad, buen testimonio,
ejemplo, etc.); antes bien, se ajustan más a los antivalores que promueven los
que no caminan con Dios (llamar la atención de otros, egocentrismo, vanidad,
vanagloria, artificialidad, sensualidad, etc.).
- Como consejo
de parte de Dios, todo corte de cabello que no se ajuste a los valores cristianos
debe ser evitado por un creyente consagrado a Dios porque su ideal es que siempre
buscará agradar al Señor aún en las cosas que parecen más insignificantes y porque
entiende que su cuerpo es del Señor (no suyo) y que es templo del Espíritu
Santo; así pues, su responsabilidad es glorificar a Dios no solo en el espíritu
sino también en el cuerpo.
“¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del
Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois
vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en
vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios” (1 Cor. 6:19,
20).
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