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jueves, 30 de julio de 2015

El sostenimiento financiero de la iglesia local Parte IV


Ahora consideremos otros puntos de análisis que favorecen el rechazo a la continuidad del diezmo en la Iglesia de Cristo, tomando como base la Ley de Moisés:

- Si leemos bien las Escrituras, encontraremos 4 tipos de diezmos en la Ley: diezmo levítico,  diezmo sacerdotal, diezmo anual y diezmo de solidaridad. Revisemos cada uno para comprender mejor:

I. Diezmo entregado a los levitas (DIEZMO LEVÍTICO):

A partir de Éxodo, este tipo de diezmo cumplía una función importante que consistía en el sostenimiento de la tribu israelita de Leví ya que a ellos Dios no les dio herencia en posesiones ni en territorios; su única herencia fue que debían recibir del pueblo israelita el 10% de sus cultivos y ganados en la tierra de Canaán.

“Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión” (Núm. 18:21).

Es importante destacar que el diezmo al que se refería la Ley consistía en “alimentos y/o animales” y no en dinero. Los levitas se dedicaban al servicio de Dios y por esto, ellos recibían los diezmos de los israelitas para cubrir sus necesidades.

En cuanto a la forma de dar el diezmo del ganado, el dueño contaba los animales cuando iban saliendo a pastar, y uno de cada diez era ofrecido para diezmar. De este modo, no se daba la posibilidad de elegir los animales inferiores o de menor calidad para el diezmo: “Y todo diezmo de vacas o de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara, el diezmo será consagrado a Jehová. No mirará si es bueno o malo, ni lo cambiará; y si lo cambiare, tanto él como el que se dio en cambio serán cosas sagradas; no podrán ser rescatados” (Lv. 27:32, 33).  

Si revisamos las Escrituras podremos notar que el diezmo no consistía en “dinero”; siempre fueron alimentos y animales del campo; esto lo podemos ver en varias citas bíblicas:

“Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a Jehová” (Lv. 27:30).

“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde” (Mal. 3:10).

El alfolí consistía en un granero (almacén) en donde los judíos guardaban el diezmo que recogían del pueblo y obviamente consistía en productos del campo y ganado. En ninguna parte de la Escritura se asocia al alfolí como un lugar para llevar o guardar dinero; el mismo pasaje bíblico lo aclara al decir: “Y haya alimento en mi casa” (Mal. 3:10). ¿Lo vio? Dice claramente alimento… no dinero.

Es probable que alguien diga que la razón por la cual en el A.T. se hable de este tipo de productos alimenticios o de ganadería, era porque no existían los billetes y las monedas de hoy; lamento decepcionar a aquellos que afirmen esto sin ninguna base, ya que en tiempos muy antiguos sí existía el dinero; esto lo pueden comprobar revisando los libros de historia, pero en nuestro caso lo podemos confirmar revisando Gn. 20:16 y Gn. 47:13-18. Además, en total existen 28 referencias con la palabra dinero solamente en el libro de Génesis. Es más, a lo largo de toda la Biblia la palabra dinero aparece aproximadamente 131 veces en la versión Reina Valera de 1960; si Dios hubiera establecido que se debía diezmar dinero, ¿no creen que la Biblia lo hubiese mencionado literalmente?; sin embargo, en la Ley, la Biblia solo habla de diezmar del producto de la tierra de Israel y de los animales. Si alguien enseña otra cosa, se basa en especulaciones y falsas interpretaciones, y no en la palabra de Dios.

II. Diezmo entregado por los levitas a los sacerdotes (DIEZMO SACERDOTAL)

“Así hablarás a los levitas, y les dirás: Cuando toméis de los hijos de Israel los diezmos que os he dado de ellos por vuestra heredad, vosotros presentaréis de ellos en ofrenda mecida a Jehová el diezmo de los diezmos” (Núm. 18:26).

Dios mismo estableció que los levitas recibieran el diezmo de los productos y del ganado en la tierra de Israel porque fueron llamados para el servicio del tabernáculo pero también definió que de este diezmo (de la tierra y del ganado, no de dinero), los levitas dieran la décima parte a los sacerdotes; este porcentaje es llamado el diezmo de los diezmos y su propósito era suplir las necesidades de los sacerdotes, quienes estaban dedicados también para servir en el tabernáculo y en el culto a Dios.

III. Diezmo usado para el banquete del santuario una vez al año (DIEZMO ANUAL)

Este tercer diezmo tampoco era en dinero sino en productos de la tierra; se recogía una vez al año y debía ser usado para el banquete del santuario tal como lo indican las Escrituras; además, se traían las primicias (los primogénitos) de los animales para complementar la comida en esta gran asamblea.

“Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año. Y comerás delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tus manadas y de tus ganados, para que aprendas a temer a Jehová tu Dios todos los días” (Dt. 14:22, 23).

Nota: Las primicias fueron otra clase de ofrenda bajo la Ley. Era una ofrenda diferente al diezmo, basada en un concepto distinto. Mucha gente usa el término primicia incorrectamente, como si fuera sinónimo de diezmo. Esa es la fuente de mucha confusión y de enseñanzas incorrectas. El cristiano sabe que Dios debe ser siempre el primero y debido a que confunden primicias con el diezmo, ellos creen que el diezmo es un principio eterno para poner a Dios primero o creen que deben traer lo primero de sus ingresos al iniciar el año para darlo a una iglesia o a un ministerio cristiano en particular pero esto no aplica para los creyentes del Nuevo Pacto. De hecho, hay iglesias que practican la fiesta de las primicias y los creyentes traen lo primero de sus ingresos o alimentos de su casa pero esto no tiene vigencia en el Nuevo Pacto y es una interpretación equivocada de las Escrituras el hecho de aplicarlo a los cristianos y a la Iglesia del Señor.

Dios estableció para Israel la ofrenda de las primicias de los primeros frutos de su tierra cada año (Éx. 23:19; 34:22-26) y las primicias de los animales cada año (Dt. 14:23), pero los cristianos no somos llamados a presentar estas ofrendas y el N.T. jamás ratifica esta práctica judía para la Iglesia de Cristo (ni una vez al año ni mucho menos varias veces al año).

En cuanto al diezmo anual, éste correspondía al producto de la tierra en un año; por tanto, si el camino para recorrer y llevar este diezmo en especie era largo, Dios ordenaba venderlo y guardar el dinero para facilitar su transporte. Al venir al lugar donde estuviera el santuario de Dios, el israelita compraba vacas, ovejas, vino, sidra o cualquier cosa que él deseare para comer delante de Dios y con su familia. Asimismo, él debía compartir estas cosas con los levitas para pasar un tiempo en comunidad y compañerismo como nación.

“Y si el camino fuere tan largo que no puedas llevarlo, por estar lejos de ti el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido para poner en él su nombre, cuando Jehová tu Dios te bendijere, entonces lo venderás y guardarás el dinero en tu mano, y vendrás al lugar que Jehová tu Dios escogiere; y darás el dinero por todo lo que deseas, por vacas, por ovejas, por vino, por sidra, o por cualquier cosa que tú deseares; y comerás allí delante de Jehová tu Dios, y te alegrarás tú y tu familia. Y no desampararás al levita que habitare en tus poblaciones; porque no tiene parte ni heredad contigo” (Dt. 14:24-27).

Nota: este diezmo no era entregado a los levitas; sencillamente, era usado para comer en familia y para compartir un banquete colectivo con los levitas.

IV. Diezmo recolectado cada 3 años y usado para compartir con los levitas, los extranjeros, los huérfanos y las viudas (DIEZMO DE SOLIDARIDAD)

Este cuarto diezmo tampoco consistía en dinero sino en productos de la tierra; debía recogerse cada 3 años y debía ser guardado en cada ciudad para su correspondiente repartición.

“Al fin de cada tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año, y lo guardarás en tus ciudades. Y vendrá el levita, que no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero, el huérfano y la viuda que hubiere en tus poblaciones, y comerán y serán saciados; para que Jehová tu Dios te bendiga en toda obra que tus manos hicieren” (Dt. 14:28, 29).

Cada agricultor separaba la décima parte del producto de la tierra en cada tercer año y era almacenado en cada ciudad; entonces, el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda venían a cada población para comer y ser saciados a través de este diezmo de la tierra.

Nota: este diezmo no era entregado solo a los levitas; sencillamente, era usado para compartir con estos cuatro grupos: levitas, extranjeros, huérfanos y viudas.

Definitivamente, en este punto se reflejan la sabiduría de Dios y la equidad social que debería tener cada nación para que haya justicia, equilibrio, generosidad y unidad entre todas las personas.

Nota: Otro tipo de diezmo que aparece en el A.T. (pero que no fue establecido por Dios) es el diezmo exigido por el rey (diezmo al rey).

El pueblo de Israel rechazó el gobierno de Dios y pidió rey como las otras naciones (1 Sam. 8); por eso, Dios advirtió al pueblo que cuando fueran gobernados por un hombre él les exigiría un diezmo, mas no de parte de Dios sino para la administración de su gobierno. Lamentablemente, esto fue lo que ocurrió: ellos tuvieron que entregar sus diezmos al rey, aparte de los diezmos antes mencionados que aplican para el pueblo (excluyendo el diezmo sacerdotal que provenía de los levitas).

“Dijo, pues: Así hará el rey que reinará sobre vosotros: tomará vuestros hijos, y los pondrá en sus carros y en su gente de a caballo, para que corran delante de su carro; y nombrará para sí jefes de miles y jefes de cincuentenas; los pondrá asimismo a que aren sus campos y sieguen sus mieses, y a que hagan sus armas de guerra y los pertrechos de sus carros. Tomará también a vuestras hijas para que sean perfumadoras, cocineras y amasadoras. Asimismo tomará lo mejor de vuestras tierras, de vuestras viñas y de vuestros olivares, y los dará a sus siervos. Diezmará vuestro grano y vuestras viñas, para dar a sus oficiales y a sus siervos. Tomará vuestros siervos y vuestras siervas, vuestros mejores jóvenes, y vuestros asnos, y con ellos hará sus obras. Diezmará también vuestros rebaños, y seréis sus siervos. Y clamaréis aquel día a causa de vuestro rey que os habréis elegido, mas Jehová no os responderá en aquel día” (1 Sam. 8:11-18).

En tiempos del N.T., los escritos rabínicos mencionan que los judíos daban más importancia a los dos primeros diezmos y el evangelio de Lucas confirma que un fariseo expresa: “doy diezmos de todo lo que gano” (Lc. 18:12); si ésta era la posición de los fariseos en general, entonces no estaban viviendo realmente conforme a los diezmos establecidos por Dios para los judíos porque la Ley nunca habló de todo lo que se gana un judío sino de los productos de la tierra y de los animales. El problema es que ellos dejaban de lado la justicia, la misericordia y la fe (Mt. 23:23; Lc. 11:42) y algunos se vanagloriaban de diezmar aún más de lo que la Ley de Moisés establecía para los israelitas, lo cual ya hemos planteado claramente: diezmo levítico, diezmo anual y diezmo de solidaridad, pero solo de los productos de la tierra y de los animales del campo (no de todo lo que se gana un israelita).

- Es importante aclarar que la Ley de Moisés también establece un tiempo en el cual no se diezmaba de los productos de la tierra y era cada 7 años y cada 50 años; leamos lo que dice la Biblia al respecto:

“Jehová habló a Moisés en el monte de Sinaí, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, la tierra guardará reposo para Jehová. Seis años sembrarás tu tierra, y seis años podarás tu viña y recogerás sus frutos. Pero el séptimo año la tierra tendrá descanso, reposo para Jehová; no sembrarás tu tierra, ni podarás tu viña. Lo que de suyo naciere en tu tierra segada, no lo segarás, y las uvas de tu viñedo no vendimiarás; año de reposo será para la tierra. Mas el descanso de la tierra te dará para comer a ti, a tu siervo, a tu sierva, a tu criado, y a tu extranjero que morare contigo; y a tu animal, y a la bestia que hubiere en tu tierra, será todo el fruto de ella para comer. Y contarás siete semanas de años, siete veces siete años, de modo que los días de las siete semanas de años vendrán a serte cuarenta y nueve años. Entonces harás tocar fuertemente la trompeta en el mes séptimo a los diez días del mes; el día de la expiación haréis tocar la trompeta por toda vuestra tierra. Y santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis libertad en la tierra a todos sus moradores; ese año os será de jubileo, y volveréis cada uno a vuestra posesión, y cada cual volverá a su familia. El año cincuenta os será jubileo; no sembraréis, ni segaréis lo que naciere de suyo en la tierra, ni vendimiaréis sus viñedos, porque es jubileo; santo será a vosotros; el producto de la tierra comeréis” (Lv. 25:1-12). 

En un periodo de 7 años, Dios estableció que el séptimo año no se sembraría la tierra (v. 4) pero los frutos que diera la tierra en ese año serían para el consumo de los israelitas, con sus familias, los extranjeros y todos los animales del campo; con esta medida la tierra reposaría. Lo mismo sucedería cada 50 años. Así pues, ninguno de los 4 tipos de diezmos (de los productos de la tierra) se pagaba en todo un año, cada 7 años y cada 50 años.

- Con esta información clara, tenemos que concluir que el diezmar bajo la Ley no era un 10% preciso sino un 23% anual (sin incluir el año sabático y el año 50 en los cálculos y sin incluir el diezmo al rey).

Si todavía queremos seguir el modelo bíblico en la Ley para el diezmo entonces tendríamos que dar como mínimo un 23%.

La ignorancia de estos temas es terrible; por eso la mayoría de las iglesias cristianas han vivido muchos años bajo un concepto equivocado sobre los diezmos pero el que lee la Biblia, ora a Dios y busca un entendimiento correcto en este tema, abre sus ojos y no sigue a los hombres sino a la Sagrada Escritura. Si los hombres han de ser nuestra guía, entonces no somos verdaderamente seguidores de Cristo, pero si realmente queremos cumplir con el plan de Dios, debemos ajustarnos solo a la Escritura, con una correcta interpretación de cada texto.

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