d. ¿Cuáles son
los propósitos que Cristo diseñó para su Iglesia?
¿Cuál
es el papel de la Iglesia de Cristo aquí en la tierra? ¿Qué debe estar haciendo
la Iglesia?
Cuando
Cristo vino al mundo no dejó ninguna duda sobre lo que su Iglesia debía hacer y
haría. Él la edificó y la seguiría edificando; además, él prometió que ella
existiría hasta su regreso porque las puertas del infierno no prevalecerían
contra ella pues está fundada sobre la Roca que es Cristo mismo (Mt. 16:18).
Sin embargo, hay una crisis de identidad en muchos cristianos porque no
entienden, no están seguros o no quieren asumir la responsabilidad y el
compromiso de cumplir con todos los propósitos que Cristo estableció para su
Iglesia. Unos buscan prosperidad económica, otros buscan fama y reconocimiento;
unos se conforman con creer en Cristo pero no toman en serio sus demandas;
otros prefieren la comodidad material y espiritual que pagar el precio de
seguir el ejemplo del Maestro; unos se aferran a tradiciones humanas, otros se
quedan con los conceptos humanos y anti bíblicos de predicadores que se han
vuelto como sus ídolos (y quienes son supuestamente intocables e
incuestionables); unos van en busca de milagros y sanidades, pero no les
interesa un verdadero arrepentimiento; otros buscan una iglesia que se acomode
a sus gustos y caprichos, pero no leen ni estudian la Biblia de forma sincera y
para obedecer sus principios.
El
panorama es desolador porque muchos mal llamados cristianos en la actualidad
han perdido el temor a Dios y practican el pecado de forma abierta,
justificando sus actos con malas interpretaciones de la Biblia pero no reflejan
de verdad que Cristo mora en ellos porque su carácter es contrario al del
Maestro.
Las
personas no convertidas a Cristo buscan respuestas y están desilusionadas de
sus vidas, de sus pecados, de sus fracasos en el intento de agradar a Dios por
sí mismos o por medio de una religión; además, viven en una sociedad corrupta y
mentirosa que no estimula su fe para entregar su vida a Cristo sino que los
motiva a vivir lejos de la voluntad de Dios. Aquí es donde la Iglesia tiene una
función vital para ser luz en medio de las tinieblas y para ser ejemplo y no
tropiezo para quienes realmente desean salir del pecado y caminar en la senda
de la obediencia a la palabra de Dios.
Por
otra parte, en el mundo existen miles de iglesias y comunidades cristianas con
diversidad de enseñanzas y doctrinas que se contradicen y la gente se confunde,
pero la Iglesia de Cristo está llamada a predicar y a vivir la sana doctrina de
acuerdo a una interpretación objetiva y correcta de la Biblia.
En
este sentido, el objetivo de este estudio es poner sobre la mesa lo que la
Biblia menciona con respecto a los propósitos de la Iglesia de Cristo; a
continuación, consideremos los siguientes puntos:
- La Iglesia de
Cristo debe fomentar y desarrollar el evangelismo y el discipulado de forma
continua
Observemos
lo que Jesús hacía al comienzo de su ministerio: “Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el
evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de
Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio” (Mr. 1:14, 15).
Jesús estaba anunciando la buena noticia de su reino y predicaba el
arrepentimiento, la fe en el evangelio y la conversión.
La
iglesia a la cual usted pertenece ¿hace lo mismo que hacía Cristo? ¡Debería
estar haciéndolo! ¿La iglesia a donde usted asiste le motiva, le instruye y le
hace a usted partícipe en la obra de predicar el evangelio del Reino de Dios?
“Por tanto, id,
y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que
os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del
mundo. Amén”
(Mt. 28:19, 20).
Jesús
encomendó a sus discípulos el trabajo de ir a predicar el evangelio y hacer
discípulos en todas las naciones (y esto aplica para los cristianos de todos
los tiempos). Por tanto, una iglesia que no evangeliza ni forma discípulos es
una iglesia sin visión, ciega, desorientada y muerta porque no está cumpliendo
la gran comisión de Cristo; por tanto, se debe motivar a los creyentes a que se
conviertan en testigos eficaces del evangelio, compartiendo la palabra de Dios
de forma personal a sus conocidos, vecinos, familiares y a otras personas, y
comprometiéndose en los programas de evangelismo de la iglesia local para
expandir el reino de Dios sobre la tierra.
Esta
labor no es exclusiva de pastores, colaboradores, evangelistas, predicadores,
ministros… este trabajo es para cada creyente que ha nacido de nuevo y que ha
entendido la grandeza de la salvación que Cristo le ha dado a él y a todo aquel
que crea en su nombre.
La
Iglesia debe ser un faro de luz en el lugar donde esté, guiando a la gente
hacia Cristo. La salvación es del Señor; la Iglesia solo es un instrumento que
Cristo usa para dar a conocer su obra en la cruz y su palabra; la Iglesia no
salva a nadie, la Iglesia no cambia vidas, la Iglesia no perdona pecados, la
Iglesia no tiene la capacidad de llevar al cielo a nadie; su gran
responsabilidad es ser un portavoz de la Biblia y un ejemplo a seguir
(reflejando a Cristo) para que la gente se arrepienta y se convierta de todo
corazón al Señor.
Si
tú dices que Dios es importante para ti, recuerda que las personas son muy
importantes para Dios; por tanto, las personas deben ser muy importantes para
ti.
Toda
iglesia que profese seguir a Cristo debe capacitar a sus miembros para cumplir
la Gran Comisión de Cristo; tiene la responsabilidad de instruir y preparar a
los creyentes para que sean fieles testigos del Señor porque una iglesia
cristiana que no gane a los perdidos para Cristo no tiene propósito alguno de
existir; su mayor prioridad debe ser el cumplir con la Gran Comisión; es la
salvación de las almas por lo que debemos luchar y trabajar como pueblo de
Dios, unidos, constantes, fructíferos y efectivos en esta tarea.
El
mensaje que predicamos debe estar centrado en el arrepentimiento y debemos
confrontar la conciencia de la gente, mostrándoles el espejo de la Ley de Dios
para que vean su condición de pecado; además, tenemos que enseñarles que el
pecado los llevará a una condenación eterna; no obstante, el evangelismo
moderno ha suprimido las palabras PECADO, ARREPENTIMIENTO, JUICIO DE DIOS,
CASTIGO, INFIERNO y las ha sustituido por FELICIDAD, PAZ, BENDICIÓN y
PROPERIDAD, tratando de no ofender a las personas para motivarles a buscar de
Dios, pero este método no es el que Jesús y los discípulos usaron para predicar
el evangelio.
Ciertamente,
Cristo nos da bendiciones y nos da una paz maravillosa, pero el mensaje del
evangelio no consiste en hablarle a la gente solo de estas cosas porque el
seguir a Cristo también representa pruebas, tentaciones y dificultades porque
nuestra fe y nuestro carácter necesitan ser desarrollados según la soberanía de
Dios.
Si
realmente queremos conversiones genuinas tenemos que predicar la necesidad de
arrepentirse, la urgencia de reconocer el pecado ante Dios, poniendo la fe en
Cristo como el único que puede salvarnos de las consecuencias de la
desobediencia a Dios y renunciando al pecado para vivir conforme a la perfecta
voluntad de Dios.
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